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Jesús de las Heras

Madrid, 2010. Editorial Edaf, 317 pp.

La alusión a la Orden de Santiago abre de inmediato un amplio espacio a la imaginación, que retrocede, real y virtualmente, hacia tiempos de ensoñaciones y aventuras, de misticismo y heroicidades, en las que la aventura humana se entremezcla con la fe religiosa llevada hasta sus últimos extremos para dar lugar a un espacio físico y temporal susceptible de ser ocupado por aquellos caballeros, mitad monjes, mitad soldados que, surgidos al socaire de una cita histórica, la lucha con el infiel musulmán que ocupaba la mayor parte del territorio hispánico, derivó hacia una poderosa estructura de poder territorial y económico.

            Cuatro fueron las grandes órdenes religiosas medievales que actuaron en la península, pero muy probablemente es la de Santiago la que con mayor firmeza viene a ejemplificar todo lo que significó aquel mundo dirigido por unos mecanismos estrictamente organizados de acuerdo a unos cánones insuperables que, sin embargo, con frecuencia quisieron ser alterados para acomodarlos a su gusto, por los reyes de turno o sus validos, dando así lugar a una apasionante red de intrigas en la que no faltó la pretenciosa vanidad derivada del honor de poder vestir el hábito santiaguista.

            La Orden de Santiago quedó vinculada de manera prioritaria a la provincia de Cuenca, en la que estuvo su sede matriz, arraigada en el monasterio de Uclés, desde donde extendió su dominio por un gran espacio de La Mancha, en la que aún perviven y con timbre de gloria, el título de la orden vinculado a numerosos lugares. La autonomía funcional se mantuvo hasta finales del siglo XV, cuando los Reyes Católicos desarrollaron su política encaminada a suprimir privilegios nobiliarios, asumiendo por sí mismos el control del poderoso entramado. Habían pasado los tiempos de gloria, poder y riqueza y aunque el prestigio se mantuvo (díganlo, si no, Quevedo o Velázquez), ya nada fue lo mismo hasta que en el siglo XIX finalmente quedó abolida.

            Todo eso, aquí insinuado, ha sido objeto de multitud de estudios que han ido analizando a lo largo de los años los innumerables matices de todo tipo que suscita el conocimiento de tan singular institución. La obra actual, firmada por Jesús de las Heras (Cuenca, 1943) viene a ser un expresivo y utilísimo trabajo de síntesis encaminado a difundir para el gran público lo que fue y significó la Orden de Santiago. En un estilo directo, asequible, exento de pretensiones, el autor recorre de forma exhaustiva todo lo que tiene que ver con la Orden de Santiago, con una minuciosidad tal que el libro viene a convertirse en una auténtica enciclopedia de conocimientos, en los que no falta detalle alguno, siguiendo un planteamiento ortodoxo que comienza por la exposición analítica de las circunstancias del territorio español en el momento inicial para seguir puntualmente los pasos que conducen a través de la Edad Media y las luchas con los musulmanes para llegar al auténtico meollo de la cuestión, el complejo mundo santiaguista, con sus matices y condicionantes. En este apretado volumen puede encontrarse cuanto uno quiera saber sobre la materia, desde la forma en que se construyó el monasterio de Uclés, a través de sus diversas etapas o el significado de los símbolos característicos, desde las intrigas que marcaron los momentos de esplendor hasta el significado actual. Todo ello puede leerse con la misma atención que se presta a una novela pues, en verdad, mucho de novelesco y apasionante hay en el devenir histórico de la singular Orden de Santiago.

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