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Marco Antonio de la Ossa Martínez

Albacete, 2017. Uno Editorial, 306 pp.

Desde los inicios de la década actual, Marco Antonio de la Ossa (Cuenca, 1978) viene mostrando una envidiable capacidad para tener y desarrollar iniciativas vinculadas de manera directa con la gestión musical, que complementan su dedicación profesional como profesor asociado en el departamento de Expresión Musical, Plástica y Corporal de la Universidad de Castilla-La Mancha, tarea que desarrolla en la Facultad de Educación de Cuenca y a lo que se añaden iniciativas como las Jornadas de Didáctica de la Música y la Musicología en la UIMP o la dirección del festival Estival Cuenca, que desde hace cinco años se ha convertido en la gran cita musical del verano conquense. Esa dedicación, digamos hacia las formas externas o públicas de la cultura no le han impedido, en absoluto, desarrollar un severo trabajo de investigación, que le valió en 2009 el premio Nacional de Musicología por su tesis doctoral “La música en la guerra civil española”, un título que tiene mucho que ver con el que ahora ocupa nuestra atención y que, integrado en ese mismo ámbito temporal e histórico, abarca una dimensión muy concreta que tiene que ver con Cuenca y su Banda de Música.

        El libro es importante en su propio planteamiento. Como ya he indicado en alguna ocasión anterior y por diferentes motivos, la guerra civil en Cuenca sigue siendo un periodo extraordinariamente oscuro para el conocimiento colectivo y ello a pesar de algunos muy valiosos trabajos (Ángel Luis López Villaverde, Ana Belén Rodríguez Patiño) que no han concluido, ni mucho menos, de sacar a la luz todo lo que fue, ocurrió y significó aquel dramático momento y menos aún en sus consecuencias tras la terminación del conflicto. Por eso el libro de Marco Antonio de la Ossa viene a cubrir, como generalmente se dice -y es verdad- un hueco de importancia en el objetivo deseado de llegar a conocer la trascendencia de aquel periodo histórico. Y lo hace mediante una inmersión en uno de los aspectos en apariencia tangenciales, pero que ayudan, como todos, a una más amplia comprensión del conflicto y sus circunstancias sociales y humanas.

       Como es lógico, el autor ha elegido una materia en la que se desenvuelve con soltura y de la que ha extraído abundante documentación, dentro de las limitaciones que en este aspecto se pueden encontrar en una provincia que no fue especialmente cuidadosa. Siguiendo un planteamiento de ordenamiento ortodoxo, comienza por establecer unas generalidades sobre la importancia de las bandas de música y su aportación a la guerra civil, para seguir con un breve apunte histórico sobre la Banda de Cuenca (que, por cierto, sigue teniendo pendiente que se le haga una auténtica historia total) para entrar en el análisis del papel de la agrupación musical durante la etapa bélica, sin duda la etapa más interesante a efectos del libro y de la que el autor ha podido extraer algunas valiosas noticias, pese a la destrucción de los archivos. Periodo que se completa con el que vino a continuación, el de la depuración de los miembros que el régimen triunfante consideró inadecuados para sus propósitos, mediante la puesta en marcha de aquellos terribles procedimientos persecutorios que tantos daños personales produjeron.

        La segunda parte del libro se mueve entre la documentación y la especulación. En efecto, Marco Antonio de la Ossa efectúa un detenido estudio del repertorio musical vigente durante la guerra civil, incluyendo himnos, canciones y marchas para intentar establecer cuales de esas composiciones pudieron haber integrado los programas de los conciertos ofrecidos por la Banda Municipal de Cuenca y que, entre sonidos vibrantes y alegres forman como el amplio decorado, en este caso musical, que envuelve y quizá suaviza, el devenir de un conflicto sangriento y, como enfrentamiento civil, más doloroso que ningún otro.

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