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Manuel Olarte Madero

Cuenca, 2010. Edición del Autor, 158 pp.     

Es cosa sabida que la historia general, por amplia e importante que sea, necesita el apoyo de esa otra historia minúscula, cuanto más pequeña mejor, que recoge situaciones íntimas, incluso anecdóticas, a partir de hechos puntuales que tienen un mínimo apoyo documental pero que cuentan con el inestimable testimonio personal de quienes llegaron a conocer las situaciones que se relatan y que, de ese modo, cuentan con el apoyo de las vivencias directas, quizá no muy científicamente expuestas, pero con un indudable valor humano.

            El preámbulo sirve para poner en valor este pequeño libro que desde su sencillez expositiva, en un estilo escueto, directo, sin florituras literarias, aporta una visión de importancia considerable sobre uno de los aspectos más dramáticos de la guerra civil española -un tema siempre inagotable- en especial en lo que tiene que ver con la provincia de Cuenca, al acercarnos al Hospital Inglés de Huete, uno de los numerosos que se instalaron en distintos lugares (recordemos aquí, una vez más, que Cuenca permaneció en retaguardia, lejos de los frentes de batalla, hasta el final del conflicto) para poder atender a heridos y desplazados por las circunstancias bélicas.

            El Hospital Inglés de Huete se establece en 1937 por iniciativa de las Brigadas Internacionales, con el objeto de atender de manera específica a combatientes de esa nacionalidad retirados desde los frentes de Teruel y de Madrid. Para situar la instalación hospitalaria, los responsables eligieron el enorme caserón abandonado del monasterio de la Merced, quizá el edificio más emblemático de la ciudad optense. Antes de llegar a esta cuestión, evidentemente el núcleo del libro, su autor, Manuel Olarte Madero (Huete, 1953), licenciado en Filología Inglea y catedrático de esta materia en el instituto Fernando Zóbel de la capital conquense, realiza una aproximación general al tema para situar en su contexto histórico -la guerra, el papel de las Brigadas Internacionales, la situación de Huete en la época- el tema central de su trabajo que es, obviamente, el que corresponde al título del volumen.

            De esa manera, Manuel Olarte nos lleva, como de la mano, a través de las páginas de un texto que se sigue con auténtico interés, como si fuéramos dando un apacible paseo por un momento ciertamente dramático en la vida de este país, para conocer detalles íntimos de la organización del hospital, la vida diaria en su interior, las características de médicos y pacientes, la naturaleza de quienes allí se vieron obligados a permanecer, las aportaciones, siempre valiosas, de las fuentes orales. Todo ello se completa con referencias a otros hospitales igualmente improvisados en la zona, empezando por el Hospital de Sangre situado en otro convento de Huete, El Cristo y pasando por los de Villa Paz, El Castillejo y Tarancón, vinculados a las tropas estadounidenses, los de Uclés y Valdeganga, también británicos.

            El libro que comentamos tiene un evidente interés en cuanto que ayuda a completar uno de los aspectos menos conocido del desarrollo de la guerra civil en nuestra provincia, por lo que con su publicación contribuye de manera notable a que se vayan cerrando los enormes huecos que sobre esta cuestión existen todavía y que, por fortuna, se van cubriendo de manera paulatina. Entre esas lagunas de consideración se encuentra, precisamente, todo lo que hace referencia a la asistencia sanitaria y no solo en el terreno militar, pero también a cuanto tiene que ver con el complicado desenvolvimiento cotidiano de una provincia no implicada directamente en el desarrollo de las operaciones militares, pero que sí sufrió de manera intensa las consecuencias del conflicto, como desplazamientos de refugiados, subsistencia diaria, escasez de bienes y servicios y, por supuesto, una asistencia sanitaria condicionada por una situación de penuria permanente.

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