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Jesús López Requena

Cuenca, 2014. Ediciones Olcades. Caja conteniendo: Introducción y Estudio, 231 pp. 41 láminas de mapas.

El trazado de los mapas de un territorio bien puede incluirse como una especialidad digna de figurar entre las Bellas Artes, si atendemos a la precisión de las líneas, la belleza de los accidentes geográficos insinuados, el detalle en la fijación de límites territoriales o lugares habitados. Desde el mítico mapa trazado por Ptolomeo hasta los modernos (y digitalizados) diseños orientados a reflejar y recoger con el máximo detalle preciso los perfiles de un territorio, la ciencia geográfica ha recorrido un maravilloso camino plagado de ensoñaciones y hallazgos. En este volumen singular se recogen 41 de esos mapas de carácter histórico referidos a un espacio muy concreto y delimitado, la provincia de Cuenca, cuya evolución seguimos a través de la visión y los dibujos que fueron realizando puntillosos miniaturistas hasta conformar un trabajo espléndido y también sorprendente.

La relación de mapas reproducidos arranca con la presencia de Cuenca en la Tabula Europae, de Claudio Ptolomeo, datada en el siglo II, sigue con la espectacular Tabula Peuntingeriana, del siglo III y continúa avanzando por la historia con auténticas maravillas de la ciencia cartográfica, como la Tabula rogeriana del musulmán El-Idrisi (1154), el Repertorio de Villuga o el Atlas de El Escorial, ya en el siglo XVI, y así hasta llegar a épocas más recientes, en que a medida que progresa la precisión descriptiva y las técnicas de fijación de medidas, los perfiles geográficos quedan más definidos, figurando entre ellos los mapas de Benito Cuaranta (1868), Mediamarca (1869), Botella y Cortázar (1875), Martínez y Alfaro (1878), Valverde y Álvarez (1880), Domínguez Alonso (1885), Benito Chías (1901), hasta llegar al Mapa oficial del Instituto Geográfico y Catastral (1942) que nos introduce plenamente en la modernidad.

            Si la colección de mapas, algunos verdaderas joyas tipográficas, obras de arte elaboradas a mano y reproducidas con total fidelidad, el texto que los acompaña, en volumen aparte resulta no menos interesante en cuanto que se trata de una explicación amplia, detallada, llena de datos, ideas y sugerencias, que al comentar las circunstancias de cada mapa contribuyen también a formular un auténtico compendio de geografía provincial, disciplina, por cierto, muy poco cultivada entre nosotros, ya que apenas si hay textos que ofrezcan descripciones y reflexiones sobre este destacado aspecto de la cultura.

            En el capítulo de introducción, el autor del libro, Jesús López Requena, profesor en el instituto Alfonso VIII de Cuenca traza un rápido panorama sobre la importancia de los mapas, desde la más remota actualidad, como instrumentos necesarios para el conocimiento del territorio, pues “los mapas son consustanciales a la civilización humana” de manera que los de cada época vienen a reflejar el pensamiento variable de la especie humana.

            Por otro lado, aparte el valor intrínseco de la obra en sí misma, hay que destacar en este caso el importante esfuerzo editorial realizado, algo poco frecuente entre nosotros, al dar a luz un volumen de considerable valor tipográfico y excelente presentación material.

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