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Martín Muelas Herraiz

Cuenca, 2009; Real Academia Conquense de Artes y Letras, 133 págs.

En los tiempos globalizadores que nos ha tocado vivir casi resulta una incongruencia pretender señalar territorios capaces de distinguirse de los vecinos por algún matiz diferenciador. Todo en nuestro mundo contribuye a la homogenización de las costumbres, los modos de vida, las formas de trabajo, las influencias sociales, económicas y políticas y, por supuesto, también el habla, al menos en los ámbitos territoriales sujetos a un idioma común y pese a los mecanismos que en defensa de su propio idioma ancestral emprenden las políticas sectoriales empeñadas en hacer batalla a través del lenguaje. El antiguo marquesado de Moya (en realidad, el título sigue existiendo, aunque subsumido por la Casa de Alba) es de los pocos casos vigentes en que aún se mantienen algunas de esas características diferenciadoras. El territorio incluido en ese concepto, al este de la provincia de Cuenca, tiene una configuración geográfica concreta y también lo ha sido la historia común de los pueblos afectados como igualmente mucha de las costumbres (con predominio absoluto de la peregrinación septenal a la ruinosa villa de Moya, siguiendo a la virgen de Tejeda. De esa situación participa también, todavía, el habla extendida a lo largo de esa cuarentena de pueblos extendidos desde Carboneras de Guadazaón hasta Mira y Landete y a estudiarla, comprensivamente, atiende este libro del profesor Martín Muelas, partiendo de una hipótesis que considera el territorio moyano situado a caballo durante siglos de tres dominios lingüisticos y culturales bien diferenciados: Castilla, Aragón y Valencia. Mediante un amplio trabajo de campo, recogiendo muestras, observaciones y matices a lo largo del tiempo, se desarrollan en este volumen las líneas de influencia e interrelación que han ido marcando los comportamientos del habla peculiar de los habitantes de esta zona hasta establecer las circunstancias de un dominio idiomático prácticamente desaparecido en la actualidad, pero que en otro tiempo tuvo su propia idiosincrasia.

    El libro se inicia con unas consideraciones generales sobre geografía e historia para continuar con un apartado referido a temas sociolingüisticos y pasar luego a la exposición del método de trabajo empleado en la elaboración del estudio y entrar así en los componentes estrictamente científicos, mediante un exhaustivo análisis de los elementos estudiados, con la aplicación de las técnicas metodológicas al uso en la materia. Concluye el volumen con un amplio e ilustrador vocabulario seleccionado y unos mapas de distribución territorial de algunas de esas palabras -abarrenado, amolairas, balaguero, cochura, cornijal, cuitio, escarfollar, falordia…- que renacen del fondo de sus adormecidas cenizas históricas para cobrar forma actualizada en nuestro tiempo, donde estas palabras, siempre entrañables, adquieren un sonido de resonancias musicales que transmiten el alma de un pueblo dotado de una personalidad inconfundible.

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