José Luis Muñoz
Cuenca, 2017. Ediciones Olcades, 323 pp.
La Semana Santa representa para Cuenca una ocasión especial; especialísima, incluso, habría que decir. Es la cita anual que concita la concurrencia de millares de voluntades y sus correspondientes esfuerzos, coincidentes todos en dar forma plástica, estética, visual, emocional, a una serie de sensaciones que se viven con singular entusiasmo. Es una fiesta anónima, en la que no hay protagonistas individuales sino que todos los participantes renuncian a su propia gloria personal para integrarse entre túnicas y capuces, en una escenificación colectiva que tiene, como soporte necesario, imprescindible, el tremendo escenario de las calles de una ciudad que parece hecha para acoger cada año el rito procesional que, por otro lado, suscita el interés de otros miles de personas que acuden desde todas las partes del mundo para contemplar tan singular espectáculo que, ciertamente, ofrece otros muchos escenarios, sobre todo en España (aunque también, con menor intensidad, en otros países del Mediterráneo).
Sobre la Semana Santa se vienen escribiendo en los últimos años bastantes libros, que se podrían agrupar en dos grandes sectores: de un lado, los que editan las propias cofradías sobre su historia y realidades; de otro, docenas de libros literarios y fotográficos, los primeros con una inacabable colección de poemas, los otros con otra no menos fecunda colección de imágenes fotográficas que nos ofrecen todos los aspectos más recónditos de cada paso procesional. Lo que no hay son libros generales, que atiendan a la totalidad del proceso y que, por ello, abarque el conjunto de lo que es la Semana Santa de Cuenca, no solo de los aspectos singulares de cada cofradía.
Por ello, la originalidad de este libro reside en que recoge la estructura, organización y desarrollo de la Semana Santa de Cuenca en su integridad, aportando todos los datos y detalles necesarios para conocer cuanto hay en el carácter de las cofradías y en la ejecución, paro a paso, de las procesiones diarias. Para llegar a ese desarrollo global e integrador, el autor ofrece inicialmente un capítulo a modo de ensayo en el que se recogen las características que forman el entramado de la celebración, tanto en su formulación religiosa como escenográfica y gremial, para pasar seguidamente a un capítulo histórico, en el que a partir de otros textos de investigación rastrea los orígenes, por ahora confusos e indeterminados, del rito procesional, que puede remontarse hasta la Edad Media, sin bien de ello no hay ningún dato concluyente, como tampoco lo hay de la posible presencia en Cuenca de disciplinantes, muy propios de aquella época. Las procesiones, tal como han llegado hasta nosotros, se originan durante el Barroco, al amparo de la protección prestada por los monarcas de la Casa de Austria a todas las costumbres encaminadas a reforzar la religiosidad popular. Ese sentimiento costumbrista permaneció latente durante dos siglos, hasta llegar a la explosión del XX, cuando después de la guerra civil lo que era una actividad reservada a unos pocos, miembros de las cofradías, se extiende como un reguero, abarcando a miles de personas y convirtiéndose en un fenómeno turístico de primer orden.
Tras esta introducción histórica el libro entra en el territorio pormenorizado de todas y cada una de las cofradías que dan forma a la Semana Santa de Cuenca, exponiendo, por orden de antigüedad, las circunstancias de su origen, forma en que han ido evolucionando y los datos esenciales que la integran, incluyendo los referidos a las imágenes que cada una de ellas saca en procesión, asunto al que se dedica un nuevo capítulo, titulado “La escenografía procesional conquense”, relativo a los muy variados aspectos que tienen que ver con la implicación del rito en el escenario callejero de la ciudad, aportando explicaciones encaminadas a conocer los detalles más íntimos de cómo se organizan los desfiles que, a continuación, se comentan, también en forma muy detallada, siguiendo el orden desde el domingo de Ramos al de Resurrección, comentando los pasos correspondientes, uniformidad de los nazarenos y cuantos detalles conviene conocer. Concluye el libro con un capítulo en que se analizan de forma exhaustiva los grandes temas vinculados a la Semana Santa, como el Cabildo de Caballeros y Escuderos, el Miserere, las Turba, el Museo de la Semana Santa, la Semana de Música Religiosa, la gastronomía y las iglesias vinculadas a las cofradías, para terminar con un vocabulario en el que se recogen los términos propios de esta celebración.