N. Cañada del Hoyo / M. Zaragoza, 1879
Escritor y periodista, estudió en el Instituto de Cuenca antes de arraigar en tierras aragonesas, donde fue director del Diario de Zaragoza, en el que, según Fermín Caballero “prueba su inteligencia y buen juicio”, además de figurar como colaborador en otros medios, como la Revista de Aragón o el Diario del Alto Aragón, que se editaba en Huesca.
Su figura humana y su labor literaria no son bien conocidas, pero sabemos que escribió varios opúsculos en verso y que estrenó algunos dramas intrascendentes que ni siquiera llegaron a imprimirse. Entre ellos, el texto más conocido es El huérfano de Monpellier o Vida de San Roque, opúsculo en verso.
Director del Diario de Zaragoza en 1869, merece cálidos elogios de Fermín Caballero por «sus buenas disposiciones poéticas y literarias». Muñoz y Soliva le hace natural de Carboneras y empleado en las oficinas de beneficencia de Zaragoza y comenta que escribió “el bellísimo y malogrado poema El hijo de María, en 1851. Sus Majestades doña Isabel II y su augusto esposo concedieron al Sr. Cavero el singular honor de escuchar en tres ratos la lectura de su producción y, según nuestros informes, quedaron sumamente complacidas; pero teniendo el D. Juan Clemente la candidez de entregar su poema a una persona poco conocida para que lo diese a la prensa, se lo extravió”. Añade el historiador que le consta tiene aprobados cinco dramas, de los que únicamente parece pasó a la imprenta el titulado El huérfano de Mompelier o vida de San Roque. De otro, El conde Arturo, se conserva un manuscrito en la Biblioteca Nacional y, al parecer, pudo llegar a ser representado en el Teatro de la Paz, de Cuenca.
Tras esta etapa conquense, el nombre de Cavero aparece en Zaragoza como propietario de una imprenta que llevaba su nombre y en la que él mismo figura como autor de un par de folletos de carácter divulgativo, hasta que da el salto a la dirección de Diario de Zaragoza, y en ese papel es citado por Mariano de Cavia al recordar que en 1877 había hecho sus primeras armas periodísticas ese periódico, que entonces dirigía Juan Clemente Cavero, “un hombre chiquito que se hacía acompañar siempre de un perro mastín de gran alzada”.
A pesar de esas dedicaciones, no debió olvidar su afición por el teatro, ya que resulta citado en la tesis doctoral “Teatro patriótico y nacionalismo en España 1859-1900”, de María Salgues, que en su recorrido por el tema menciona el caso de una obra titulada Viva España, de Juan Clemente Cavero, que la censura rechazó de plano pero fue aceptada cuando el autor utilizó la argucia de cambiarle el título por el de El genio de Castilla y así pudo pasar adelante. La Biblioteca Nacional conserva el manuscrito de una obra titulada El conde Arturo: drama en tres actos y en verso, estrenada en el Teatro de la Paz
De otra presunta obra, El dos de mayo, publicada en Albacete según Muñoz y Soliva, no hay el menor rastro. Otras obras de contenido administrativo que se le atribuyen en algunos textos (Estudio sobre los temas sexto y octavo del programa de la Liga Nacional de Contribuyentes y Reformas necesarias en la administración provincial y municipal) no parece razonablemente que fueran escritas por él. La confusión en estas atribuciones puede proceder del hecho de que fue propietario de una imprenta en Zaragoza, en la que se han datado algunos libros en 1876 y 1877, pero no necesariamente escritos por él.
Obra publicada
El huérfano de Mompelier o vida de san Roque (Cuenca, 1857)
El dos de mayo (Albacete)
El genio de Castilla, juguete cómico-dramático(1860)
Delirios y martirios
Referencias: Fermín Caballero, La imprenta en Cuenca. Madrid, 1869, p. 88 / Muñoz y Soliva, Historia de Cuenca, II (1867), p. 710
(Web 20-01-2022)