Cano y Nieto, Alonso

N. Mota del Cuervo 23-01-1711 / M. Segorbe 07-04-1780

Pariente por línea paterna de Melchor Cano (era descendiente de un hermano de éste), desde muy pequeño estuvo orientado hacia la vida sacerdotal, ingresando en la Orden trinitaria en Madrid (1726). Estudió Filosofía en Burgos y Teología en Alcalá de Henares. Lector en el convento de Toledo, ocupó también la cátedra de Escritura en la misma ciudad, antes de regresar a Alcalá donde fue lector de Teología durante seis años. Ya ordenado sacerdote, fue teólogo del rey en la Real Junta de la Inmaculada Concepción, examinador sinodal de los arzobispados de Burgos y Toledo, académico de la Historia. El 17 de marzo de 1746 fue nombrado Presidente del Real Hospicio o Colegio de Roma, cargo que ocupó durante seis años; de regreso a Madrid, asumió el argo de Administrador General de la Redención de Cautivos y procurador de la provincia de Castilla (1752) puesto que desempeñó hasta que el 25 de abril de 1766 fue elegido provincial de la Orden. Como corresponde a un personaje de firme ortodoxia y absoluta fidelidad al sistema, recibió encargos disciplinarios, como calificador del Santo Oficio de la Inquisición y censor de libros, para cuidar, en ambos aspectos, que nadie pudiera alterar los severos esquemas del orden establecido.

Escritor prolífico, abarcó varios terrenos y, aunque en la primera parte de su vida parecía haber olvidado la finalidad de la orden a la que pertenecía, lo recordó en 1769, en que hizo un viaje a tierras del Norte de África para la redención de cautivos. A propuesta del rey, fue nombrado obispo de Segorbe el 22 de junio de 1770, diócesis en la que hizo su entrada el 8 de diciembre del mismo año. Concluyó las obras del seminario que había iniciado su antecesor, dotándole de suficientes rentas para el mantenimiento, llevando también a cabo la fundación de 51 dotes de 1000 reales para doncellas y otros tantos lotes del mismo importe para agricultores pobres (51 eran los pueblos de su diócesis), además de promover la creación de un pósito para ordenar el abastecimiento y producción de trigo. El 6 de septiembre de 1772 presidió en Garaballa los actos de consagración de la iglesia del monasterio de Tejeda. Preocupado por el bajo nivel cultural de su diócesis -se cuenta que de los más de 300 regidores de los pueblos del obispado sólo dos sabían leer y escribir- preparó un plan de creación de escuelas, que presentó al Real Consejo el 15 de diciembre de 1774 y que desarrolló con todo entusiasmo, buscando la forma de estimular la asistencia de los niños a clase, estableciendo exámenes y premios para los más aventajados, llegando a conseguir el establecimiento de 19 centros de enseñanza. Esa actividad indica que fue un miembro activo de la generación de ilustrados que en el tramo final del siglo XVIII intentó la renovación de la vida española. Interesado por conocer lo que sucedía en el recinto de Sagunto, patrocinó varias excavaciones en las que obtuvo gran cantidad de materiales que envió a la Academia de la Historia, de la que fue uno de sus primeros miembros.

Sus biógrafos cuentan que fomentó la agricultura y la industria, promoviendo la implantación de olivare, castaños y otros frutales, a la vez que trabajó por impulsar el reparto de tierras entre labradores pobres. Creó montepíos agrícolas, escuelas de hilazas y telares, a semejanza de lo que haría en Cuenca su coetáneo Antonio Palafox. A ello añadía, en lo personal, una vida discreta, sin lujos de ningún tipo junto con una serie de disposiciones encaminadas a frenar los dispendios en fiestas públicas. Por todo ello, mereció los elogios de la Sociedad Economica de Amigos del País de Valencia (1777).

Como escritor, su obra tiene características muy variadas. Por un lado prestó atención a algunos asuntos propios de la orden, como ocurre con la biografía del beato Simón de Roja, mientras que por otro relató su experiencia en la gestión del Real Hospicio establecido en Roma, pero también dedicó atención a temas relativos a la problemática agrícola de su tiempo.

Obra publicada

Oración panegírica en la fiesta anual de la muy noble congreración de nacionales de Nueva España a la milagrosa imagen de Nuestra Señora de Guadalupe (Madrid, 1743).

Oración pangírica hidrográfica-nánutica en la fiesta de la aparición de la Virgen de Guadalupe, que dijo a su Real Congregación en el convento de S. Felipe el Real de Madrid (Madrid, 1744).

Panegírico funeral el el colegio mayor de Alcalá en honor del cardenal Francisco Jiménez de Cisneros (Alcalá, 1746).

Aprobación al tratado de arquitectura civil de J. de Hermosilla (Roma, 1750).

Oración fúnebre en las exequias hechas por la Real Academia de la Historia al señor D. Agustín de Montiano y Luyando, su Director primero y perpetuo (Madrid, 1765)

“Noticia histórico-económica de la Cabaña Real o ganados trashumantes de España” (1762), en Biblioteca general de la historia, ciencias, artes y literatura (Madrid, 1834)

Compendio histórico de la vida y virtudes y fama póstuma del beato Simón de Rojas (Madrid, 1766).

Método de estudios monásticos que debe observarse en la provincia de Castilla del Orden de la Santísima Trinidad de redentores calzados (Madrid, 1767).

Constituciones de el Real Seminario “ad normam Concilii” de la ciudd y obispado de Segorbe (Segorbe, 1771).

Referencias: José María Álvarez Martínez del Peral, “Conquenses ilustres”. El Día de Cuenca, 17-02-1927 / Juan Pujana Ascorbeitia, Diccionario Biográficoa Español, Real Academia de la Historia / Revista Malena, núm. 18, p. 26 / R. Simón Abad y D. Montolío Torán, D. Alonso Cano, obispo de Segorbe y su pensamiento taurino; Segorbe, 2015 / “La renovación ilustrada de la catedral de Seborge: del obispo Alonso Cano al arquitecto Vicente Gascó”; Valencia, 2001, Fundación de la Comunidad Valenciana La Luz de las Imágenes, pp. 36-39 /