Caballero, Fermín

(Fermín Caballero Morgáez)

N. Barajas de Melo, 07‑07‑1800 / M. Madrid 17-06-1876

Como escritor, Caballero se desenvolvió con magistral soltura en el amplio campo de conocimientos al que había dedicado su atención desde joven: la Geografía, la Historia, la Botánica, la Agricultura, terreno en el que era un auténtico experto, desde sus años de juvenil formación en las tierras de su pueblo natal y al que dedicó varios trabajos, que se pueden sintetizar en uno verdamenta luminoso, Fomento de la población rural, cuyo conocimiento sería utilísimo para todos los que casi doscientos años después debaten y polemizan sobre los problemas de la España vacía. El grueso de su obra lo ocupan tratados geográficos que abarcan un amplísimo repertorio, desde los itinerarios cervantinos hasta textos sobre Turquía, incluyendo un libro de texto para sus alumnos de la cátedra de Geografía en la universidad madrileña.    

Entró Caballero en el mundo de las letras con una vigoroso irrupción seriada para poner en solfa el trabajo que estaba desarrollando el presbítero Miñano, que desmenuza casi letra por letra para poner de manifiesto errores y contradicciones lo que, de otro lado, es un aviso a navegantes de que acaba de llegar a la literatura científica alguien a quien va a resultar difícil engañar con trampantojos.

En su amplísima bibliografía las cuestiones referentes a Cuenca ocupan un bloque fundamental, en el que destaca sobremanera, por su trascendencia más allá del interés local, las Relaciones topográficas, resultado además de un concienzudo trabajo de investigación que le permitió localizar los manuscritos del interrogatorio aplicado por Felipe II a todos los pueblos de la monarquía y que le sirvieron de pauta a Caballero para su discurso de ingreso en la Real Academia de la Historia, quedando acuñado por él mismo el término “Relaciones topográficas”, que desde entonces es de uso común en todas las referencias a aquel episodio.

Escribe con sorprendente naturalidad, en un estilo que avanza las normas literarias que habrán de implantarse en el siglo XX, desechando formas alambicadas que todavía estaban en vigor en su época. Es un estilo elegante, directo, que refleja un amplio conocimiento del idioma y sus matices pero al que incorpora numerosas formas del lenguaje castizo popular, como se puede apreciar en trabajos menores como “El alcalde de Monterilla”, “El cura de misa y olla”, “El ejecutor”, “El dómine” y otros muchos que sancionan al autor como escritor costumbrista que no desdeña el recurso a la ironía y la sátira como elementos literarios. Azorín refleja con admirable precisión el estilo literario de Caballero, al decir que “escribe una prosa sólida, maciza, castellanísima (…) y lejos de dejarse llevar por la corriente, toma su sustancia en la vieja realidad española. Hombre apasionado del campo, conocedor de todas las labores de la agricultura, labrador él mismo, a pesar de sus tráfagos políticos, la prosa de este escritor tiene todo el sabor, todo el encanto de una charla campesina, del relato de un labriego, con sus giros, voces y modismos creados por el pueblo”, y lo escribe en su libro Lecturas españolas, al comentar el texto de Caballero sobre los procuradores en Cortes de 1834 a 1836.

No es frecuente que los tratadistas de amplios vuelos dediquen mucha atención a su provincia natal, sobre todo si esta es pequeña o de escasa influencia en el total nacional. Caballero es una brillante excepción. Probablemente no hay ningún otro autor, de su importancia, que haya dedicado tanta atención a difundir el conocimiento sobre la provincia en que nació. En ese aspecto, su monumental trabajo en torno a Conquenses Ilustres es un empeño de extraordinaria importancia a la vez que un alarde de erudición investigadora. Los tratados biográficos del doctor Alonso Díaz de Montalvo, los Hermanos Valdés o Melchor Cano son auténticos modelos de investigación rigurosa y sistemática y hacen de estos volúmenes piezas capitales en cualquier trabajo que sobre los citados quiera emprender cualquier otro estudioso. A ello se añaden otros textos sobre cuestiones concretas, como la división territorial, el mapa de Cuenca, la cuestión de los ferrocarriles, etc., sin olvidar la verdaderamente trascendental La Imprenta en Cuenca que nos ayuda todavía hoy a conocer hechos de este segmento que nos resultarían totalmente ignorados si Caballero no los hubiera recogido en su momento y, de manera muy especial, el texto que formó parte de su discurso de ingreso en la Real Academia de la Historia, las Relaciones Topográficas ordenadas realizar por Felipe II, unos gruesos legajos manuscritos almacenados en oscuros rincones de la institución, de donde Caballero los rescató para transcribirlos y darlos a conocer.

En su irregular y caprichoso La tierra iluminada. Un Diccionario literario de Castilla-La Mancha, Gómez-Porro sintetiza la obra de Caballero con una frase lapidaria: “Escritor costumbrista”. Con una expresión tan banal (por no decir absurda, casi un insulto) se resume el trabajo de un polígrafo insigne, un gigante de la investigación, un polemista de primer orden, un apasionado divulgador de conocimientos que predicen la modernidad, miembro de dos Reales Academias y de otras 15 instituciones culturales, un espíritu de enorme amplitud liberal y, a la vez, sujeto con emoción a los requerimientos de su tierra natal. Ciertamente, a Fermín Caballero se le pueden adjudicar no pocos epítetos, tal es el enorme abanico de conocimientos y sabiduría que desplegó a través de una obra ingente, pero nunca el de “costumbrista”.

Obra publicada

Corrección fraterna al presbítero doctor don Sebastián Miñano (Madrid, 1826 a 1830)

El dique crítico contra las irrupciones del nuevo Torrente, o sea, fe de erratas a la Geografía universal, física, política e histórica, que se está publicando (Madrid, 1827)

La Turquía, teatro de la guerra presente entre rusos y turcos (Madrid, 1828)

La Turquía victoriosa de las sandeces, falsedades e ignorancias (Madrid, 1829)

Cuadro político de las cinco partes del mundo (Madrid, 1829)

La Cordobada (Madrid, 1829)

Apuntamientos de historia universal moderna (Madrid, 1831-1832)

Nomenclatura geográfica de España (Madrid, 1834)

El sepulturero de los periódicos (Madrid, 1834)

Fisonomía natural y política de los procuradores en las Cortes de 1834, 1835 y 1836 por un asistente diario a las tribunas (Madrid, 1836)

El gobierno y las cortes del Estatuto: materiales para su historia (Madrid, 1837)

Resultado de las últimas elecciones para diputados y senadores (Madrid, 1837)

Fermín Caballero a sus detractores (Madrid, 1837)

Advertencias útiles a los electores y a las juntas electorales de distrito y de provincia, sacadas de la experiencia y los precedentes (Madrid, 1839)

Voz de alerta a los españoles constitucionales sobre la cuestión del día (Madrid, 1839)

Noticias topográfico-estadísticas sobre la administración de Madrid (Madrid, 1840)

Casamiento de doña María Cristina con don Fernando Muñoz (Madrid, 1840)

Dictamen sobre la división de Madrid (Madrid, 1840)

Pericia geográfica de Miguel de Cervantes (Madrid, 1840)

Interrogatorio para la descripción de los pueblos (Madrid, 1841)

Manual geográfico-administrativo de la Monarquía española (Madrid, 1844)

Sinopsis geográfica (Madrid 1845)

Vida del Excmo. Sr. D. Joaquín María López (Madrid, 1857)

Memoria sobre el fomento de la población rural (Madrid, 1863)

 Informe al señor Gobernador de la provincia de Cuenca… en el expediente sobre la instancia dirigida a S.M. (q.D.g.) por algunos pueblos que pretenden segregarse de dicha provincia (Cuenca, 1863)

 Informe sobre la línea del Este del plan general de ferrocarriles (Cuenca, 1864)

Las Relaciones de Felipe II (Madrid, 1866)

Memoria sobre algunas mejoras que pueden hacerse en la instrucción primaria (Madrid, 1866)

Reseña geográfico-estadística de España para la Exposición de París (Madrid, 1867)

Discurso en su recepción en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas (Madrid, 1867)

Noticias del doctor don Nicolás Heredero (Madrid, 1868)

Memoria sobre la instrucción primaria (Madrid, 1868)

Conquenses ilustres: el abate Hervás (Madrid, 1868)

La imprenta en Cuenca (Cuenca, 1869)

Sobre la educación mixta de los niños de ambos sexos (Madrid, 1869)

Elogio del doctor Alonso Díaz de Montalvo (Madrid, 1870)

Conquenses ilustres: Melchor Cano (Madrid, 1871)

Conquenses ilustres: Noticias de la vida, cargos y escritos del doctor Alonso Díaz de Montalvo (Madrid, 1873)

Biografía del doctor don Vicente Asuero y Cortázar (Madrid, 1873)

Conquenses ilustres: Alonso y Juan de Valdés (Madrid, 1875)

Adiciones de don Fermín Caballero al Diccionario de Muñoz y Romero (Madrid, 1947)

Páginas costumbristas (Cuenca, 1976)

* Bibliografía

José María Álvarez Martínez del Peral, “Conquenses ilustres”. El Día de Cuenca, 23-03-1927 / María Teresa Caballero, “Un jardín botánico en Cuenca. Diario de Cuenca, 03-07-1976 / Jesús Garrido Gallego: Fermín Caballero (1800-1876). Ciudad Real, 2007; Almud. / Jesús Garrido Gallego:  “Iconografía de Fermín Caballero”. El Día de Cuenca, 13-07-2003, pp. 14-15 / Jesús Garrido Gallego: “Fermín Caballero, periodista, defensor de la libertad de imprenta”. El Día de Cuenca, 15-02-2000, p. 24 / Juan Gimenez de Aguilar, “Don Fermín Caballero y su obra”. Conferencia pronunciada en el Instituto de Cuenca y reproducida en el diario El Mundo, los días 5, 6, 7, 9, 10, 11, 12 y 13 de octubre de 1911 / Juan Morán Bravo, Tres agraristas españoles: Jovellanos, Fermín Caballero, Costa. Córdoba, 1931; La Unión / Marino Poves Jiménez, Fermín Caballero y la educación popular. Revista Cuenca, núm. 16, segundo semestre 1979; pp. 47-69 / Marino Poves Jiménez, “Hallazgo de una posible obra inédita de Fermín Caballero”. Diario de Cuenca, 07 y 08-03-1979 / José Torres Mena, Noticias Conquenses. Madrid, 1878; Imprenta Revista de Legislación, pp. 576-577.