Sánchez Almonacid, Mariano

Huete, 1828/ Cuenca 05-07-1894

Catedrático, director del Instituto de Segunda Enseñanza de Cuenca durante una larga temporada, miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia, investigador y numismático. Fundó y dirigió el periódico El Eco de Cuenca, mostró una abierta e intensa preocupación por la conservación del patrimonio arquitectónico y fue miembro activo de los movimientos culturales y sociales de la época. Perteneció a la Sociedad Económica de Amigos del País, fue miembro y presidente de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la provincia y sintió la llamada de la política, que ejerció como concejal del Ayuntamiento de Cuenca. Inició su carrera docente en el Instituto al ser nombrado profesor interino en 1855 para ocuparse de materias del ámbito de las Humanidades (Literatura, Historia, Latín). Tras hacer las oportunas oposiciones, ingresó en el cuerpo de Catedráticos el 27 de noviembre de 1863, con un primer destino en Castellón y luego en Alicante (1867), desde donde tramitó el traslado a Cuenca que se le concedió el 07-11-1868, situación que le fue confirmada por R.O. del 13-04-1871 y que ocuparía ya toda su vida docente. Fue bibliotecario del centro y durante ese periodo  ocupó en distintas etapas la dirección, al albur de las tendencias políticas imperantes en cada momento, hasta que finalmente se pudo estabilizar el nombramiento por R.O. de 10-12-1875 ocupando el puesto hasta el cese definitivo el 06-02-1885. 

Como profesor fue uno de los pioneros en Cuenca en la aspiración de generalizar la enseñanza para que pudiera llegar a todos los niveles y no sólo a las élites sociales, idea acompañada de criterios progresistas en cuanto a la libertad de enseñanza y la incorporación de nuevos métodos pedagógicos. y trasladó su preocupación educativa al terreno social, promoviendo la creación de una escuela para adultos en 1869.

Esta actitud parece ser contradictoria con un carácter severo e inflexible, poco dado a las bromas, lo que provocaba algunas burlas de sus alumnos, como recoge uno de ellos, Federico Muelas: “Mínimo de estatura y extraordinariamente delgado, los estudiantes hacían ironías a su costa cantando una coplilla en la que mezclaban a otro de los profesores, caracterizado también por lo exiguo de su talla y su inverosímil delgadez. Vistió siempre, en cátedra, birrete; sombrero de copa en la calle y nadie recordaba haberle visto sonreír jamás. Latinista eminente y hombre de amplísima cultura, dedicó gran parte de su vida a la investigación, adentrándose en la historia de Cuenca y desentrañando interesantes pasajes hasta él torpemente interpretados”. Material que podemos imaginar de enorme interés pero del que ha sobrevivido muy poco editado, con la desgracia añadida del asalto de los milicianos a la casa familiar de la calle Estrecha, durante los primeros meses de la guerra civil, con la práctica destrucción de casi todos los manuscritos que allí había.

Académico correspondiente de la de Bellas Artes de San Fernando y, desde 1869, vicepresidente de la Junta provincial de Agricultura, Industria y Comercio, propició la implantación en Cuenca de iniciativas precursoras de la modernidad, como la Escuela de Adultos o unas cátedras populares en el Círculo Conquense, lo que le vincula directamente con la generación que en las postrimerías del siglo XIX impulsó la conciencia crítica y sentó las bases para establecer una acción regeneradora de la vida nacional.

Sánchez Almonacid es uno de los nombres más fuertemente implicados en la actividad social y política de Cuenca en el último cuarto del siglo XX. Encontramos su nombre lo mismo en las crónicas de sociedad que en las actividades culturales, como en las funciones dramáticas de la Sociedad El Fénix y, como también era asunto muy propio de las circunstancias, se internó en el terreno periodístico, al fundar y ser redactor destacado del semanario El Eco de Cuenca, cuyo primer número se publicó el 8 de enero de 1862, con un subtítulo muy explicativo: “Periódico de intereses morales y materiales” en el que se publican bastantes artículos de contenido educativo y que posteriormente modificó levemente su orientación para presentarse como “Periódico político y liberal” etapa en la que Sánchez Almonacid se implica de manera más activa con artículos incisivos y reivindicativos sobre asuntos como el ferrocarril y las carreteras. Cuando murió, era procurador síndico en el Ayuntamiento de Cuenca.

Señalaré como último apunte biográfico que fue padre de los hermanos Sánchez Vera. Según reconocieron sus herederos, dejó una importante y valiosa colección de monedas.

La primera de las obras que conocemos de Sánchez Almonacid es un largo poemario, en octavo, que se publicó inicialmente como folletón publicado a lo largo de varios números El Eco de Cuenca. Tres años después dio a la imprenta Venganza de amor y honor, una novela al gusto romántico en la que se contraponen el amor y la razón de estado. Se conoce la existencia de un “Discurso sobre Cervantes y sus obras”, pronunciado en Alicante en 1868 y reproducido en Cádiz en 1872. En el año 1998, la Fundación Sánchez Vera recuperó un manuscrito fechado en 1885 pero que había permanecido inédito, en el que el autor traza una biografía muy detallada de Fermín Caballero, utilizando para ello, en buena medida, las memorias, igualmente inéditas, que había esbozado el gran polígrafo de Barajas de Melo.

Obra publicada

Cuadro general de mitología griega y romana para uso de los alumnos (Cuenca, 1856)

Ensayos de leyendas poéticas (Cuenca, 1862)

Programa de geografía física, política y astronómica (Cuenca, 1862)

Colección de cuadros sinópticos y sincrónicos para facilitar el estudio de la Historia (Cuenca, 1862)

Venganza de amor y honor (Cuenca, 1865)

Las dos sombras (cuento fantástico en verso) (Cuenca, 1877)

Fermín Caballero: una circunstanciada historia viva (Cuenca, 1998)