N. Cuenca 1887
El destino le llevó hasta la catedral de Cuenca un fatídico día, el 2 de abril de 1902. Jugando estaba en el interior del vetusto templo cuando la torre de campanas se vino abajo con horroroso estruendo, según él mismo pudo contar luego. Animado por la buena suerte que tuvo al salvar la vida aquella jornada decidió seguir la carrera sacerdotal, ingresando en el seminario de san Julián, pero no llegó a ordenarse, cambiando la sotana por el oficio de maestro. En su carrera docente fue maestro interino en Fresneda de la Sierra y luego obtuvo plaza estable en Guadalajara, Mota del Cuervo, Valdeganga, San Lorenzo de la Parrilla y Pinarejo. Publicó en los periódicos y revistas locales largas tiradas de versos, y finalmente consiguió ver impresos dos libros de poemas.
Obra publicada
¿Me quieres leer? (Cuenca, 1964)
Mis ratos perdidos (Cuenca, 1967)