Montalvo, Alonso Díaz de

Arévalo, 1405 / Huete, 1499

            Reputado jurista y hombre de letras vinculado durante toda su vida al gobierno de la monarquía. Vecino de Huete, donde tenía casa y hacienda, llegó a la ciudad optense cuando su padre obtuvo allí un destino judicial. Lo cita la Relación Topográfica de Barajas de Melo (1578) como «vecino de la dicha villa», calificándolo de «persona muy señalada en letras que recopiló las Leyes y fue del Consejo de S.M.». Fue en Huete donde escribió en 1484 el Ordenamiento real, como se evidencia por la nota que tiene el códice de la biblioteca de El Escorial, encontrado en 1517 por Bernardino de Cárdenas en el Alcázar de Segovia: «Codex chartaceus majore forma 11 novembris in urbi optensi anno 1484 ut inejusdem fine legitur scriptus: cui haec recentiore manu subduntur» [Caballero, Imprenta, 16]. Dos años después el texto, también conocido como Compilación de Leyes fue impreso en Salamanca, donde entonces residía como profesor de Cánones.

            Debemos a la incansable investigación de Fermín Caballero (que dedicó a Montalvo su discurso de ingreso en la Real Academia) la información más completa sobre la vida y la obra de este singular personaje en el que coexisten una amplia cultura clásica, un profundo conocimiento de la legislación castellana y un sobrio estilo literario que, sin embargo, ayuda al asentamiento de la lengua en uno de sus momentos iniciales.

            Había estudiado Derecho civil y canónico en Lérida y Salamanca, ciudad esta última en la que se graduó, tras haber ocupado cardos administrativos, como corregidor en Baza y Murcia (ciudad que defendió en 1445 con eficacia ante las pretensiones belicosas del infante Enrique de Aragón), asistente de la ciudad de Toledo (1461), gobernador y alcalde mayor de la Orden de Santiago en Castilla, juez pesquisidor en Madrid donde dejó señales de una importante actividad judicial, hasta alcanzar puestos en la Audiencia y el Consejo Real, como refrendario del rey (esto es, secretario para las firmas de los documentos reales) y consejero real en los reinados de Juan II, Enrique IV y los Reyes Católicos.

            Estuvo casado en tres ocasiones con damas de la más alta sociedad conquense. Su primera mujer fue Elvira Ortiz, con la que tuvo sus únicos hijos, Teresa y Martín; al fallecer aquella contrajo segundo matrimonio con María Vélez de Guevara y al fallecer también esta, volvió a casarse con María de León.

            El rey Juan II le encargó la redacción actualizada y glosada (comentada, diríamos hoy) del Fuero Real de España, aunque las primeras ediciones que se conservan son de fecha más tardía. En Sevilla aparece impreso su Repertorium o Compendium manuale (1477), que comprende 539 términos de Derecho canónico, por orden alfabético; una segunda compilación de términos, en este caso sobre el Derecho real, aparece en Salamanca en 1485. Son los dos pasos previos a los que habrían de marcar la importancia jurídica del trabajo del doctor Montalvo, que completó seguidamente con la Secunda compilatio legum en la que incorporaba a las anteriores las leyes promulgadas hasta el reinado de Isabel y Fernando.

            En las Cortes reunidas en Toledo en 1480, los Reyes Católicos le ordenaron llevar a cabo una compilación de las leyes, ordenanzas y pragmáticas existentes y que daban lugar a una prolija y generalmente confusa legislación aplicada en la corona de Castilla. Cumpliendo ese encargo, en 1484 publicó el resultado de su trabajo (que había llevado a cabo en su residencia de Huete), conocido coloquialmente como Ordenamiento de Montalvo aunque desde 1490 su título correcto fue el de Ordenanzas reales por las cuales primeramente se han de librar los pleitos. La obra recopila la totalidad de los preceptos y leyes vigentes en Castilla hasta esos momentos (1163 documentos), se estructura en ocho libros y 115 títulos, indicando en cada caso la fecha y el nombre del rey que dictó o sancionó la norma recogida.

            A pesar de su aceptación inmediata sobre su utilidad, precisamente por introducir rigor y sistematización en un problema ciertamente enrevesado, algunos juristas quisieron minusvalorar el trabajo, lo que no obstaculizó su rápida propagación, con más de 30 reimpresiones en los primeros años del siglo XVI, hasta que fue sustituida por la Nueva Recopilación, de 1567, y eso a pesar de que en las Cortes de 1523 la obra fue censurada agriamente porque sus críticos pusieron la mirada en bastantes omisiones, mutilaciones y arreglos que hizo por su cuenta el autor que, antes de eso, ya había justificado su trabajo, realizado “entre fatigosas ocupaciones y los tempestuosos mareos curiales” además de defender con hábil argumentación el derecho a interpretar las leyes y no sólo a reproducirlas textualmente.

            Sobre esta obra básica, las Ordenanzas Reales, se mantiene aún hoy la incógnita de si fue escrita o impresa en Huete. El origen del dilema se encuentra en el colofón del libro: «Acabóse de escribir en la ciudad de Huete, a once días del mes de noviembre de mil cuatrocientos ochenta y cuatro». El problema es si el término «escribir» hay que aceptarlo en su estricto significado o si aparece aquí como sinónimo de imprimir. En el primer caso, la referencia debe producir extrañeza, ya que no era normal en esa época que un escritor dejase constancia de la fecha en que terminaba de elaborar un manuscrito. En el segundo caso, se trataría de la primera obra impresa en un taller tipográfico de Cuenca. Fermín Caballero duda de que ello fuese posible, basándose en el hecho de que no hay ninguna otra noticia de obras impresas en Huete en todo el siglo XV, pero esta realidad no puede hacernos olvidar otra: que era normal trasladar equipos de impresión a donde fuera necesario y en esta circunstancia bien podía serlo, teniendo en cuenta la personalidad del autor y el trabajo que le habían encargado los Reyes Católicos. De manera que es más que posible que el doctor Montalvo, residente en Huete, consiguiera con suma facilidad que el impresor trasladara a esta ciudad sus, por otra parte, elementales equipos de trabajo. En cualquier caso, el libro era desconocido hasta que lo descubrió Rafael Floranes en 1794, citándolo en sus «Apuntamientos al padre Méndez».

            No menos éxito y difusión que las Ordenanzas tuvo otra obra de similar importancia del doctor Montalvo, la edición glosada del Fuero Real, evidentemente de mucho mayor calado jurídico, como sucedió también con sus ediciones de Las Siete Partidas del rey Alfonso X y en las que se puede apreciar un mayor aliento literario del autor, inspirado sin duda por el que previamente había demostrado el ilustrado monarca impulsor del libro original y que Montalvo pone en relación con las normas emanadas del nuevo Derecho. Se estuvo publicando hasta 1550 en que una nueva versión, a cargo de Gregorio López, vino a sustituirla.

            Tenía 91 años de edad cuando el 4 de mayo de 1496 otorgó testamento ante el escribano Álvaro González del Castillo, falleciendo tres años después, al parecer cubierto de achaques y casi ciego. Fue enterrado en la capilla que había fundado en la iglesia del convento de San Francisco, en Huete. Las tres piezas de mármol labradas que cubrieron el sepulcro se encuentran en la actualidad en el Museo de la Real Academia de la Historia, al que fueron cedidas por Fermín Caballero. En la central aparece la figura representativa del doctor Montalvo, en posición de cúbito supino, vestido con el hábito de San Francisco, la cabeza apoyada sobre dos almohadones, con los atributos propios del doctor, birrete de consejero real y apoyado sobre el pecho, un libro tachonado con cinco clavos.

            En Huete, en el número 1 de la calle Guadalupe, frente al antiguo convento de jesuitas, un severo y noble edificio es conocido como Casa de Montalvo, donde algunos estudiosos locales sitúan no solo la residencia familiar sino también la ubicación de la imprenta que sirvió para dar forma inicial a la histórica edición de las Ordenanzas.

Obra publicada

Glossae Ordinamenti de Briviesca et Alcalá (Toulouse 1472)

Repertorium quaestionum super Nicolaum de Tedeschis (Sevilla, 1477)

Ordenamiento de Montalvo u Ordenanzas Reales de Castilla (1484, con sucesivas ediciones posteriores)

Fuero Real, Fuero de Leyes o Fuero Castellano (Venecia, 1491)

El Fuero Real de España (1533, 1541, 1544, 1547, 1569, 1781)

Leyes del estilo y declaraciones sobre las del Fuero (Cuenca, 1539)

Leyes del quaderno nuevo de las rentas de las alcabalas y franquezas (Cuenca, 1539)

La cuarta y quinta partida del noble rey don Alfonso noveno (Alcalá de Henares, 1542)

Las Siete Partidas, de Alfonso X el Sabio, Glosadas (Lyon, 1550)

Copilación de las leyes del Reino. Edición facsímil de las Ordenanzas Reales de Castilla de 1484. Valladolid, 1986. Edición de E. González Díez.

La causa conversa (Madrid, 2008)

 Acerca de la pena del crimen de Estado de cierto conde de Dacia.

De que los judíos convertidos a la fe son admisibles a los oficios públicos y honores eclesiásticos.

Secunda compilatio legum et ordinationem Regni Castellane.

Cuaderno de las ordenanzas y arancel de Derechos.

Bibliografía

            Fermín Caballero, Elogio del Doctor Montalvo. Discurso leído en junta pública de la Academia de la Historia, el 26 de junio de 1870.

            Fermín Caballero, Conquenses ilustres: Noticias de la vida, cargos y escritos del doctor Alonso Díaz de Montalvo (Madrid, 1873)

            Salustiano de Dios, “Alfonso Díaz de Montalvo: juez y jurisprudente en Castilla durante el siglo XV”. Glossae, 2016. European Journal of Legal Historya, 13, pp. 108-164.

            María de Jesús María e Izquierdo, Las fuentes del ordenamiento jurídico de Montalvo. Madrid, 2004.

            Juan Torres Fontes, “Alonso Díaz de Montalvo, corregidor de Murcia (1444-1445)”. Murcia, 1965. Anales de la Universidad de Murcia, vol. 23, núms. 1-2, 45 pp.