Palomares del Campo, 14-12-1911 / Cuenca, 14-08-1985
Sacerdote y musicólogo. Era un niño cuando ingresó en el Colegio de Infantes de Coro de la catedral (1921) recinto en el que aparte la interpretación musical sintió también interés por la composición y la dirección coral, que empezó a practicar cuando ingresó en el seminario conciliar de Cuenca (1926), pero el comienzo de la guerra civil le impidió continuar estudios en el conservatorio de Madrid, como era su intención.
Ordenado sacerdote en 1941, fue designado coadjutor de la parroquia de El Salvador, y poco después profesor de música del Seminario además de impartir otras disciplinas, que compaginó con el encargo de la capellanía del Frente de Juventudes a lo que unió una decidida actividad como director de coros, promocionando varios de ellos. En 1947 fue elegido primer organista para posteriormente, a la muerte de su maestro Julián Ortiz, pasar a ser Organista Mayor, que desempeñó hasta su jubilación en 1980. De manera simultánea, fue nombrado asesor religioso de la Sección Femenina y en esa tarea participó activamente en la búsqueda y recuperación del folklore tradicional de la provincia de Cuenca, a la vez que promovió la formación de una Masa Coral.
Aunque parecía destinado a dedicarse casi exclusivamente a la investigación musical, en cierto momento, y al estar en contacto con los archivos, tanto el catedralicio como el diocesano y el inquisitorial, se le despertó el interés por otras cuestiones, sobre todo de naturaleza histórica y artística, lo que dio lugar a utilizar el contenido de esos documentos en multitud de trabajos de investigación generalmente difundidos a través de la prensa, especializándose de manera destacada en las figuras de los hermanos Valdés. En 1971 publicó en colaboración con Gloria Martínez, un folleto sobre El villancico y la navidad en la catedral de Cuenca, adelanto del profundo trabajo de investigación que desarrolló hasta culminar con un Cancionero folklórico popular (Cuenca, 1974), al que los entendidos reprocharon que hubiera “corregido” algunas letras algo picantes, pero auténticas, para endulzarlas al gusto de la pureza del nacionalcatolicismo. Hizo también un intento de composición, poniendo música a un Himno al Santísimo Cristo de Hornillos, con letra del canónigo Aristeo del Rey Palomero.
Enrique Domínguez Millán ha hecho un retrato bastante exacto de tan curiosa personalidad: “Por defender la verdad no le importaba enfrentarse a los más conspicuos especialistas sin parar mientes en las posibles consecuencias. Era un polemista terrible porque se sabía siempre victorioso. Adusto de carácter, su corazón rebosaba generosidad. Fue músico y musicólogo, excepcional organista en nuestra catedral y derramó su saber en numerosas activades docentes”,a lo que, estando de acuerdo en lo general, habría que puntualizar que no siempre salió victorioso de polémicas en las que no tenía razón pero en las que se embarcaba audazmente, convencido de tenerla.
Colaboró con su compañero en el cabildo catedralicio, el maestro de capilla Restituto Navarro Gonzalo, en la recuperación y publicación de varios textos conservados en el archivo de la catedral.
En 1980 sufrió un ictus cerebral que le dejó incapacitado para cualquier actividad intelectual. Después de morir, su hermano Vicente recogió un ingente material inédito para dar forma a una Historia musical de la catedral de Cuenca.
Obra publicada
Polifonía de la Santa Iglesia Catedral Basílica de Cuenca. Juan de Castro Mallagaray y anónimos (Cuenca, 1966; en colab. con Restituto Navarro)
Polifonía de la Santa Iglesia Catedral Basílica de Cuenca. Alonso Xuárez y Julián Martínez Diaz (Cuenca, 1970; en colab. con Restituto Navarro)
El villancico y la navidad en la catedral de Cuenca (Cuenca, 1971; en colab. con Gloria Martínez)
Cancionero folklórico popular (Cuenca, 1974)
Los hermanos conquenses Alfonso y Juan de Valdés (Cuenca, 1976)
Historia musical de la catedral de Cuenca (Cuenca, 1988)