N. Madrid, 24-03-1861 / M. Madrid, 19-01-1923
El nombre de Vicente Lampérez aparece aquí por su vinculación, durante muchos años, a la catedral de Cuenca, cuyo conocimiento ayudó a difundir y a la que, por otro lado, hizo víctima de una desgraciada intervención, al decidir, por su cuenta, desmontar por completo la dañada fachada barroca para sustituirla por otra diseñada por él en estilo neogótico que no se pudo terminar de construir, dejándola en la situación anómala que ahora puede verse. Miembro de la Real Academia de la Historia y director de la Escuela de Arquitectura de Madrid, encabezó la corriente “restauradora” frente a la “conservacionista”; la teoría de aquella le permitía intervenir en el proceso restaurador no solo para recuperar una obra dañada sino para corregir en ella posibles errores que se hubieran cometido a lo largo del tiempo.
“La catedral de Cuenca” apareció en el número XXXVII de La Ilustración Española y Americana (1900) y aunque el texto es breve, la información resulta excelente y esclarecedora sobre las bellezas del templo, al que siguió “El triforium de la catedral de Cuenca”, en el Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, IX (Madrid, 1901). Más rigor documental contiene otro artículo del mismo título, publicado en la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 3ª época, VII (1902) poco después de haberse producido el espectacular hundimiento de la torre de campanas. Algunos de sus trabajos durante el proceso posterior quedaron reflejados en distintas páginas, como ocurrió con el titulado “Un fragmento curioso”, en el que describe el hallazgo de un trozo de arco labrado, que se encontró durante el derribo de la fachada y que apareció en el Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, XVII (Madrid, 1909). Insistió en sus planteamientos, ahora ya con vistas a la reconstrucción del edificio, en “La fachada principal de la catedral de Cuenca”, en la Revista de Arquitectura y Construcción (Madrid, 1912).