MARÍA DOLORES GONZÁLEZ-BLANCO GUTIÉRREZ
Cuenca 20-05-1892 / Madrid, 23-02-1963
Hija del Inspector de Primera Enseñanza Andrés González-Blanco y hermana del escritor del mismo nombre. Maestra de Primera Enseñanza con título obtenido en la Escuela Superior del Magisterio (sección de Letras), periodo en el que mantuvo relaciones con la Institución Libre de Enseñanza, nada más terminar sus estudios (1920) fue nombrada auxiliar de la Sección de Letras en la Escuela Normal femenina de Cuenca pasando en 1925 a ser profesora numeraria de Historia en la de Jaén y en 1932 en la de Melilla, regresando en 1934 a Cuenca como profesora de Filosofía y Psicología, por nombramiento ministerial del 31-12-1934 y luego también de Pedagogía.
Para entonces ya había empezado a mostrar un gran interés por conocer experiencias educativas en el extranjero, obteniendo sucesivas becas de la Junta para la Ampliación de Estudios (Francia, Holanda, Suiza, Bélgica, Italia) o asistiendo a congresos internacionales (Bruselas, 1921; Ginebra, 1922), lo que le permitió adquirir conocimientos para participar en la reforma educativa española en los sectores de la orientación profesional, la pedagogía de anormales, las escuelas nuevas europeas y métodos modernos para la enseñanza de la historia. En 1925 su obra La educación intelectual y moral de los niños mentalmente anormales ganó el concurso convocado por el Consejo Superior de Protección a la Infancia y se publicó bajo el patrocinio del Museo Pedagógico Nacional. En los años siguientes participa en numerosos cursos de especialización en diferentes ciudades europeas, en las que también visitaba escuelas, sobre todo las dedicadas a educación especial.
Al instaurarse la II República, su participación fue muy activa en los planes desarrollados desde el ministerio bajo la dirección de Rodolfo Llopis y por ello insistió en lograr una pensión de la Junta para continuar investigando en la actividad de centros renovadores europeos: en esos momentos disponía ya de una respetable bibliografía publicada, logrando la concesión de una ayuda que disfrutó en Paris entre diciembre de 1932 y julio de 1933. Al año siguiente volvió a solicitar otra pensión de la JAE que no pudo obtener por dificultades administrativas. Por entonces, sus intereses habían sufrido una leve modificación, porque aunque seguía muy interesada en la aplicación de métodos activos estaba cada vez más preocupada por la influencia de factores psicológicos, por lo que consideraba como muy importante conocer los métodos de examen para conocer los campos de la conducta de los alumnos. En 1935 recibió una nueva pensión pero en la modalidad de grupo que pidió cambiar por la individual y, en efecto, se le concedió, pero el estallido de la guerra civil parece que frustró semejante propósito.
Durante el periodo republicano se mostró muy activa en el terreno teórico, profundizando en el conocimiento y metodología de las enseñanzas especiales para niños con problemas. Al término de la guerra civil fue separada de su puesto durante dos años, calificada de desafecta al régimen triunfante volviendo luego a la actividad docente en la Escuela Normal de Cuenca, en la que permaneció hasta su jubilación el 20-05-1962.
Además del que parece ser su único trabajo publicado, preparó otros materiales que permanecen inéditos: “La seriación de los test de Binet”, ponencia presentada al Congreso de Psiquiatría de San Sebastián (1925); la memoria de investigación “La escuela nueva según Ferrière, Decroly y Cousinet” (1936) y un plan de trabajo sobre “Medidas antroprométricas en los niños de Cuenca”. En el archivo personal de su hermano Andrés, que se conserva en el Ministerio de Educación, Ciencia y Deportes, hay una considerable cantidad de manuscritos originales de Dolores que incluyen cartas, poemas o cuentos. Uno de ellos, titulado “Amanecer en Cuenca”, está fechado el 17-06-1945 y otra narración, “El olmo nuevo”, el 28-04-1952, además de un poema sin fecha titulado “Cuenca”.