N. Salmeroncillos de Abajo, 27-11-1845 / M. Madrid, 18-01-1911
Tras estudiar el bachillerato en Guadalajara, se trasladó a Madrid (1868) para seguir los estudios de Derecho y Filosofía y Letras, licenciándose en ambas disciplinas, además de obtener el título en la Escuela Diplomática. Su primer trabajo le vincula a la Sociedad Económica Matritense, en la que ingresó como simple oficinista pasando luego a secretario de actas (1894) y secretario general hasta su muerte. Como era costumbre en la época, pronto empezó a colaborar en diversos periódicos y revistas publicando artículos muy variados, generalmente sobre temas culturales.
Pronto empezó a mostrar una capacidad natural para la investigación, que le llevó a publicar un primer trabajo sobre las pinturas murales del castillo de Brihuega, en la revista El arte en España(1868). Su prestigio intelectual aumentó de manera tan rápida que en seguida fue elegido académico correspondiente de la Historia en la provincia de Guadalajara (1870), lo que le animó a seguir profundizando en el territorio de la investigación histórica, arqueológica y bibliófila. En 1885 ingresó en el cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, en cuyo escalafón alcanzaría el número 1 en el momento de morir. Profesor de Arqueología y Ordenación de Museos de la Escuela Diplomática (1885), cuando ésta fue suprimida pasó a la Universidad Central como profesor de Arqueología, Numismática y Epigrafía, ocupando luego el cargo de director del Museo Arqueológico Nacional, en Madrid. La publicación, en 1889, del monumental Ensayo de una tipografía complutense fue el definitivo espaldarazo que le consagró como un respetado intelectual de sólida formación y que culminó con su elección como académico numerario de la Real Academia de la Historia, el 18 de abril de 1890, en la que ingresó de manera efectiva con el discurso leído el 27 de mayo de 1894 sobre La Alcarria en los dos primeros siglos de su Reconquista.
Dedicó buena parte de su trabajo de investigación a la provincia de Guadalajara y a la Alcarria en general, sobre las que publicó varias obras definitivas para el entendimiento de la historia, el arte y el paisaje. Publicó no menos de 66 obras de diversa consideración, además de multitud de trabajos en medios periodísticos. Fue el primer cronista oficial de la provincia de Guadalajara y dejó inédito un Catálogo Monumental de la provincia de Guadalajara, que finalmente se editó en el año 2001.
Sobre su personalidad ha escrito José Serrano Belinchón: “No es florido, ni aireado debidamente, ni considerado en justicia, el recuerdo de este hombre insigne entre sus paisanos. Guadalajara se limitó a publicar, con el mecenazgo de las instituciones, algunas de aquellas obras valiosas que escribió, a dedicarle una calle y en la capital y a contarle como a uno más en la lista, aún breve, de sus cronistas provinciales. En su pueblo natal -pequeño, por cierto, pero pintoresco y saludable, junto a las exiguas corrientes del arroyo Girigay- ignoran que haya existido, tal vez porque alguna de las villas vecinas se haya querido apropiar, por simples razones de afinidad con su infancia, el don de su nacimiento”. No estuvo tampoco ajeno a la política, ocupando por tres veces un escaño en el Senado, en 1904-1905, 1907-1908 y 1910-1911.En el año 2023, el editor Antonio Herrera Casado recuperó el original que se daba por perdido del Catálogo monumental de la provincia de la Guadalajara y lo publicó a través de su editorial Aache.
Además de su obra publicada en forma de libro, que se relaciona a continuación, dio a la imprenta un considerable repertorio de artículos sobre las materias de su interés, figurando entre ellos solo uno referido a su provincia natal, “La catedral de Cuenca”, publicado en el Boletín de la Real Academia de la Historia número 41 (1902), pp. 469-471, con un contenido estrictamente divulgativo.
Obra publicada
Vuelos arqueológicos (narraciones de arte) (s.a.)
Catálogo de la Biblioteca de la Sociedad Económica Matritense (Madrid, 1870)
El municipio durante la monarquía visigoda (Madrid, 1872)
Historia sucinta de Nuestra Señora de la Almudena (Madrid, 1874)
Datos bibliográficos de la Sociedad Económica Matritense (1877).
La Edad de Piedra (Madrid, 1878)
El hombre terciario (Madrid, 1879)
El Libro de la Provincia de Guadalajara (Guadalajara, 1881).
Rasgo histórico acerca de Nuestra Señora de la Antigua de Guadalajara (Madrid, 1884)
El madroñal de Auñón (Madrid, 1884)
El Fuero de Brihuega, precedido de algunos apuntamientos históricos acerca de dicha villa (Madrid, 1887)
Ensayo de una Tipografía complutense (Madrid, 1889)
Santa María de Huerta (1891)
Castilla y León durante los reinados de Pedro I, Enrique II, Juan I y Enrique III (Madrid, 1891-1893)
La Alcarria en los dos primeros siglos de su Reconquista (Madrid, 1894).
Elogio del padre Sigüenza (Madrid, 1897; con M. Danvila)
Biblioteca de escritores de la provincia de Guadalajara y bibliografía de la misma hasta el siglo XIX (Madrid, 1899).
Inventario de las antigüedades y objetos de arte que posee la Real Academia de la Historia (Madrid, 1903)
Relaciones topográficas de España. Provincia de Guadalajara (Madrid, 1903-1905)
Cervantes y el Quijote (Madrid, 1905; en colab.)
Elogio del P. Sigüenza (Madrid, 1906).
Embajada del conde de Fernán Núñez en París durante el primer periodo de la Revolución Francesa (Madrid, 1907), en colab. con Juan Pérez de Guzmán.
Índice general alfabético de los XXV primeros tomos del Boletín de la Real Academia de la Historia (Madrid, 1907).
Catálogo monumental de la provincia de Guadalajara (Guadalajara, 2023)
Referencias: Antonio Herrera Casado, “Los cronistas provinciales de Guadalajara”; Wal-al-Hayara, núm. 14, 1987, pp. 347-349 / M. Pérez Villamil, “Necrología. D. Juan Catalina García y López”, Boletín de la Real Academia de la Historia, número 58, 1911, pp. 149-154 /