García López, Anastasio

N. Ledaña 27-04-1823 / M. Sevilla, 01-05-1897

Personaje polifacético, capaz de orientar sus intereses hacia campos muy variados. Licenciado en Filosofía y Letras, doctor en Medicina, especialista en la aplicación de la hidrología a la salud, entró de lleno en el terreno de la medicina homeopática, fue un auténtico apóstol del espiritismo y aún tuvo tiempo para ocupar escaño parlamentario.  Nació en una familia humilde, pero su madre, viuda cuando él tenía sólo cinco años, realizó los esfuerzos necesarios para que pudiera estudiar en el Seminario de Murcia y luego en el Instituto de la misma ciudad, hasta obtener el grado de Bachiller en Filosofía y luego la licenciatura en Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid. Contando con el auxilio de becas y pensiones, en 1841 comenzó la carrera de Medicina en Madrid concluyendo los estudios con los máximos honores académicos (1848), periodo en el que tuvo que auxiliarse ofreciendo clases particulares con las que poder completar su reducida disponibilidad económica. A la vez, comenzó a publicar artículos en diversos medios profesionales y hacer traducciones del francés, mientras completaba su y seguidamente el licenciado en Medicina, que completó con el doctorado por la Universidad de Salamanca (1868). Antes había ejercido la profesión en diversos lugares: Cebreros (Ávila), Navalmoral de la Mata (Cáceres), subdelegado de Medicina en Cáceres y Soria, médico director del hospital de esta última ciudad. Es precisamente durante su estancia en la ciudad soriana cuando comienza a sentir interés por la medicina homeopática impulsada por el doctor Hahnemann que estaba empezando a difundirse en España y en la que pensó encontraría remedios para compensar la ineficacia de los métodos tradicionales.

Tras su etapa como médico de familia, ingresó por oposición en el Cuerpo de Médicos Directores de Baños (1859), con destino sucesivo en los de Cestona, Alhama de Aragón, Panticosa, Ledesma, Caldas de Oviedo y Archena. Convencido ya de la utilidad de los métodos homeopáticos a pacientes de enfermedades infecciosas, en poco tiempo se convirtió en el pionero de estas prácticas en España, impartiendo en 1871 un curso especial de Medicina Homeopática, que fue el primero que tuvo cabida en una Universidad Española. La aceptación de estas ideas le sugirió la idea de fundar el Instituto y Hospital Homeopático de San José, en Madrid (1878), que luego amplió con otro establecimiento similar en Barcelona (1889). En este terreno, fue elegido presidente de la Sociedad Española de Hidrología Médica y contribuyó a la celebración del primer Congreso Hidrológico Nacional (1888). Paralelamente, fue el introductor en nuestro país del espiritismo y presidente de la Sociedad Espiritista Española, lo que provocó algún conflicto con la Iglesia, incluyendo la excomunión dictada contra él por el obispo de Osma-Soria, Pedro María Lagüera, en 1873, tras la publicación del folleto Exposición y defensa de los verdaderos fundamentos del espiritismo, doctrina que García López consideraba perfectamente compatible con el cristianismo mediante la armonización de la religión con la ciencia y la filosofía.

Miembro activo de la masonería, obtuvo el grado de teniente gran comendador del Gran Oriente Nacional y fue presidente del grupo Fraternidad Universal, variada dedicación intelectual y personal que no le apartó de su carrera profesional docente, en la que alcanzó la cátedra de Fisiología e Higiene en la Universidad de Salamanca y ser Regente de la cátedra de Psicología y Lógica en la Universidad Central.

 Sintió la tentación de la política, que le llevó a obtener un escaño de diputado a las Cortes Constituyentes por el distrito de Almazán (Soria), en 1873, experiencia que ya no repitió más. También hizo una incursión en el ámbito de la economía, adquiriendo la propiedad de las salinas de Saelices de la Sal (Guadalajara), que sus descendientes mantuvieron activas hasta 1921. Su activa dedicación a la medicina le granjeó numerosas condecoraciones y reconocimientos oficiales.

Al término de la guerra civil, el general Franco instituyó el denominado Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo que, además de actuar contra sospechosos de practicar tales doctrinas, abrió también sumarios post morten; uno de ellos se dirigió contra el doctor García López, 44 años después de su muerte, lo que, si bien se mira, es un acto verdaderamente indigno.

Fue un escritor fecundo en el ámbito profesional, con multitud de artículos publicados en diferentes medios especializados, pero también firmó, con el seudónimo de Pitágoras, una novela científica titulada La magia del siglo XIX, en la que desarrolla fenómenos espiritistas. Colaborador habitual de la revista El Criterio Médico, en ella publicó numerosos trabajos entre 1860 y 1890, singularmente unas “Cartas críticas sobre la medicina y los médicos” que luego recopiló en forma de libro. Fue también el fundador del periódico El criterio espiritista, del que fue director.

Obra publicada

La intoxicación paludiana o el paludismo (Madrid, 1861)

Del estado de la doctrina homeopática y de su porvenir en la ciencia (Madrid, 1868)

Tratado de Hidrología médica (Madrid, 1869)

Cartas críticas sobre la medicina y los médicos (Salamanca, 1871)

Lecciones de medicina homeopática (Madrid, 1872)

Refutación del materialismo (Madrid, 1874)

Exposición y defensa de las verdades fundamentales del espiritismo (1875)

Hidrología médica (Salamanca, 1875)

Monografía de las aguas y baños minerales de Ledesma (Madrid, 1884)

Conferencias espiritistas (Madrid, 1888)

Breve manual de piedad cristiana (Madrid, 1900, 7ª edición)

Referencias: Juan José Fernández Sanz, Diccionario Biográfico Español; Real Academia de la Historia / Enrique P. Navarro Garrido, Ledaña. Procedencia del nombre e historia de su pasado. Cuenca, 2000, pp. 138-140.