Abellán, José María

JOSÉ MARÍA ABELLÁN LÓPEZ

N. Santander 05-08-1949

Trasladado a Cuenca cuando aún era un niño, en la ciudad inició sus estudios y culminó los de Magisterio, profesión que empezó a ejercer inmediatamente. Poeta vocacional, de cálido aliento poético, publicó su primer libro en edifición patrocinada por la Escuela de Magisterio. Su primer poema contiene una decidida declaración religiosa –“Toma mis manos, Dios mío”- que con matices seguirá permanente a lo largo de toda su obra posterior. Destinado a Belmonte, en la noble villa manchega fundó con Ángel Sevilla Panadero y Andrés Duro del Hoyo la revista poética Aquí el alma navega y la colección literaria «El alma navega» y allí concibe su segundo libro, La Semana, mucho más elaborado y denso, dedicado íntegramente a versificar el contenido procesional de la Semana Santa de Cuenca, aunque sin hacer referencias a pasos concretos y supone, como dice Carlos de la Rica en el prólogo, un avance estético de importancia con relación a la obra primerirza, porque en esta “los aciertos e intuiciones son mayores, con esquemas más logrados, de más ancho cauce, más redondos”. Inspirado por una auténtica fiebre literaria, en los años siguientes publica un libro tras otro hasta obtener el premio «Ciudad de Cuenca» de poesía en 1973, trayectoria en la que abandona su inicial tendencia hacia el lirismo religiosa para investigar otros caminos expresivos, algunos vinculados directamente a la vanguardia de la época, como ocurre en Gebel al Tarik, un pequeño volumen cargado de insinuaciones y abstracciones, sin llegar a la total experimentación verbal. Para entonces ya había fijado su residencia en Cuenca, ejerciendo el Magisterio, para dirigir el Colegio Público «Federico Muelas» hasta su jubilación. En esa trayectoria poética resulta de especial importancia la publicación en 1990 de Alteia, con la que inicia su trilogía sobre «el mito», una deriva poética en busca de las raíces del espíritu conquense, que se inicia precisamente con esta recreación de una de las figuras legendarias más potentes para intentar justificar la invención de Cuenca, un camino que no ha sido suficientemente explorado en la ciudad, más preocupada por cuestiones cotidianas que metafísicas o poéticas. En este sentido, la poesía de Abellán, en los años 90, avanza entre los límites que marcan lo visible y lo invisible, lo real y lo imaginado. Como escribió Florencio Martínez Ruiz, «entre parábolas y voces, quiere hacer oir una voz tramada no tanto en los laboratorios sofisticados, sino en la honda raigambre de un pueblo con el que el joven cántabro se ha identificado de manera total». Un buen ejemplo lo encontramos en Voces, donde intenta una inmersión por caminos hasta entonces no trillados –conveniente su apelación inicial a Bukowski-, que el mismo Abellán confirma con una declaración rupturista: “Cuando las palabras estallan, se convierten en sangre. Habrá que cambiar los objetivos de la poesía, salir a la calle a combatir la estupidez y el miedo y el dolor de ser humanos”. Tras este paréntesis, continúa su recorrido a través de los mitos vinculados directamente a la especificidad de Cuenca y retorna así a la temática religiosa, con El mito de la fe, nueva recreación en torno a la Semana Santa y a una vertiente de poesía descriptiva hasta entonces no explorada por Abellán, con El mito encantado, en torno a las figuras rocosas de extraordinaria expresividad situadas en la Ciudad Encantada, un tema que, en contra de lo que el tópico pudiera imaginar, apenas si ha sido objeto de los escritores conquenses, quizá lastrados por la fuerza incontenible que emana el famoso soneto de García Lorca. Ese periodo deriva hacia una actitud completamente diferente con un libro de título extraño pero de versos de extraordinaria fuerza atractiva, En el boulevard de la xenofobia ambiental que viene a suponer el trabajo poético más complejo a la vez que más elaborado, en la obra del autor. Ha sido pregonero de la Semana Santa de Cuenca (1994), de las fiestas de San Mateo (1997) y de las fiestas de San Julián (2013).

* Obra publicada

Por senderos casi prohibidos (Cuenca, 1969)

La semana (1970)

El carnaval del recuerdo (Cuenca, 1970)

El camino (Cuenca, 1971)

Parábola de luto y sangre (Cuenca, 1972)

Recital número 2 (Cuenca, 1972, en colab.)

Malaventuranzas (Cuenca, 1974)

Gebel el Tarik (Cuenca, 1978)

Crónica del regocijo y la esperanza (Cuenca, 1988)

Alteia (Cuenca, 1990)

Voces (Madrid, 1993)

El mito de la fe (Cuenca, 1995)

El mito encantado (Cuenca, 1997, 2014)

A un lado y otro del arco iris (Cuenca, 1999)

Cuenca, la razón del mito (Cuenca, 2001)

En el boulevard de la xenofobia ambiental (Cuenca, 2009)

A un lado y al otro del Arco Iris II (Cuenca, 2012)

* Bibliografía

            Florencio Martínez Ruiz, El Día de Cuenca, 09-11-1997, pp. 28-29.