NICOLÁS MATEO SAHUQUILLO
Cuenca, 1941.
Artista plástico, cursó estudios de Bachillerato y Magisterio en Cuenca y posteriormente en el Real Conservatorio de Música, el Liceo Francés, la Escuela Superior de Ingenieros de Telecomunicación en Madrid y la Universidad Autónoma (Pedagogía Musical). En su currículo se recogen numerosísimas exposiciones en Cuenca, Madrid, Pamplona, Gävle (Suecia), Tarragona, Sagunto, Tarancón o Iniesta. Tiene obra en museos y colecciones tanto de España (Cuenca, en el Museo de Arte Abstracto y en el Museo de Cuenca; Madrid, Valencia, Albacete, Tarancón, Illescas, Huete, Buenache de la Sierra, Abadiano) como de otros países (las ciudades estadounidenses de Nueva York, San Francisco, Los Ángeles, Pensacola y Pittsburgh, o Tánger). Entre sus galardones, la Medalla de Bronce del Concurso Nacional de Pintura de Educación y Descanso, el Primer Premio de Pintura del Septenario de Moya, el del Ayuntamiento de La Roda de La Mancha, el del Ayuntamiento de Buenache de la Sierra, el Ciudad de Cuenca Fausto Culebras o el Ciudad de Tarancón. En 1965 Fernando Zóbel le propuso formar parte del equipo del Museo de Arte Abstracto Español de las Casas Colgadas, del que fue secretario y conservador hasta 1995. Ha colaborado en múltiples actividades artísticas, en publicaciones, conferencias y programas didácticos. Participó en la instalación de la Sala Honda, en el casco antiguo de la capital conquense. Ingresó en la Real Academia Conquense de Artes y Letras el 19 de mayo de 1989 con un discurso titulado “Empirismo, arcano y utopía de la pintura contemporánea en Cuenca”. Fue director de la entidad académica entre los años 1998 y 2005. La obra de Sahuquillo entronca con la tradición paisajística, género en el que su pincel muestra una gran ductilidad a la vez que fantasía cromática, orientándose hacia unas formas que se acercan a la abstracción lírica, con tonos muy suaves y gran profundidad de sentimientos. En ese sentido, destacan sus paisajes surgidos de la contemplación de la naturaleza más cercana, la de Cuenca, tanto de la ciudad como de la provincia, buscando siempre la fijación en lo etéreo, que da protagonismo a la atmósfera ambiental circundante.
Imagen: Foto de Santiago Torralba