Castillo de Garcimuñoz, ¿1490? / Guadalajara, ¿1560?
Jurista y escritor de cuya vida se conocen muy pocos datos ciertos. Estudió en la Universidad de Salamanca, donde su presencia está registrada hasta 1511 y se doctoró en Derecho por la de Valencia, según él mismo declara en alguna de sus obras, título que le facultó para ejercer como abogado de los Reales Consejos, actuando en diversos tribunales, hasta que entró al servicio del duque del Infantado como letrado de cámara (1546) y desde entonces residió la mayor parte del tiempo en Guadalajara. Perteneció al Consejo de Justicia del ducado y fue preceptor del cardenal Pedro González de Mendoza, además de desempeñar varios cargos públicos en la ciudad alcarreña, en la que finalmente murió, en una fecha posterior a 1552, dejando publicada una obra corta pero densa en materia de legislación y que recibió en su época los elogios de los expertos en Derecho. Además, fue autor de una obra en castellano de contenido bien diferente, dedicada al mundo de la caza, y en que en algunos lugares se atribuye erróneamente a su hijo Diego de Avendaño, porque en 1564 fue el editor de las obras de su padre. En ella, el autor defiende con argumentos legales y sociales esta práctica desarrollada por los señores en las tierras de sus dominios y lo hace bajo la forma narrativa de doce cuestiones planteadas como dudas a las que da razonable respuesta, en favor de sus tesis. Su obra más conocida y la que obtuvo mayor reconocimiento en su época, tras ser editada por el hijo, es la dedicada al obispo de Cuenca, Bernardo de Fresneda, en la que ofrece una versión completa en dos partes, de sus comentarios a los capítulos de corregidores de 1500, todo un referente en materia de ciudades y de bienes comunales para los juristas castellanos coetáneos y posteriores. Explica Salustiano de Dios, que en Salamanca, en 1569, dedicados por su hijo al presidente de Castilla, Diego de Espinosa, se imprimieron ampliadas, hasta el número definitivo de cuarenta, las respuestas o dictámenes a las consultas que se le ofrecieron a lo largo de la vida de Pedro de Avendaño, con el añadido de cuatro tratados paternos hasta entonces inéditos; el más notable, sobre el recurso de segunda suplicación, también llamado de las “mil quinientas doblas”, además de una nueva edición del diccionario hispano que cierra el volumen. Sus libros gozaron de ediciones en Salamanca, Madrid y Nápoles.
Obra publicada
Aviso de caçadores y de caça (Alcalá de Henares, 1543)
De exequendis mandatis Regum Hispaniae, quae Rectoribus Civitatum dantur liber (Alcalá, 1543)
Quadraginta responsa, quibus quamplurimae leges regiae explicantur (Salamanca, 1569)
Referencias: José María Álvarez del Manzano, “Conquenses ilustres”. El Día de Cuenca, 09-12-1927 / Salustiano de Dios de Dios, Diccionario Biográfico Español, Real Academia de la Historia / Julián Zarco Cuevas, Relaciones de Pueblos del Obispado de Cuenca. Cuenca, 1927. Imprenta del Seminario, II, p. 285
