Encarnación Sánchez García firma la obra Nombres y hombres. Onomásticas de los personajes y significación del ‘Diálogo de la lengua’ (de Juan de Valdés), editado por Iberoamericana Vervuert, en la que se propone una lectura del clásico valdesiano Diálogo de la lengua considerando, por primera vez, los nombres de los tres interlocutores de Juan de Valdés (Cuenca, 1499-, 1541) en el coloquio (Martio, Coriolano y Pacheco), elementos compositivos importantes e identificando a las personas reales a las que representan, de manera equivalente a como ya se hace desde hace más de un siglo con el interlocutor Valdés. Si detrás de este nombre reconocemos al autor (Juan de Valdés), el desvelamiento de los referentes históricos de los dos italianos (e incluso del silencioso Aurelio) descubre el paisaje cultural en el que nació la obra: el del cenáculo humanístico de Bernardino y Coriolano Martirano, heredero, entre otros napolitanos, de la tradición de la academia de Pontano, a través de su alumno A. G. Parrasio. Los dos Martirano, humanistas también, apoyaban desde sus cargos la política imperial de Carlos V en Italia, como también lo hacía Valdés. Por su parte, el personaje de Pacheco, alter ego de Diego Pacheco Enríquez, III marqués de Villena, autoriza con su prestigio social y su cercanía al emperador la dimensión política del simposio, mientras refuerza simbólicamente el pasado español de Valdés. Las epifanías de los personajes confirman que el modelo de lengua castellana ‘cortesana’ que Valdés bosqueja es una exigencia que sienten los mismos italianos.