MOYA ESCUTIA, Adrián

Villalba de la Sierra 1951 / Cuenca, 17-04-2012

Considerado como pintor autodidacta, dotado de una fuerte personalidad creativa, en 1968 participó en su primera exposición colectiva, en la Casa de Cultura de Cuenca, a la que siguieron otras, también en Cuenca (Sala Honda, 1971), Madrid (1972), Cambridge, Massachutses (1972) y otra vez la Casa de Cultura conquense (1973) antes de presentar su primera muestra en solitario, en la Galería Egam, de Madrid (1973) desarrollando desde entonces una activísima labor expositora que llevó su obra a Toledo y Sevilla (1973), Pollensa (1979), Palma de Mallorca (1981), Alarcón y Mota del Cuervo (1982), Granada y Alcázar de San Juan (1983), además de comparecer repetidamente en Madrid y Cuenca. En abril de 1987 expuso por quinta vez en Madrid, en la Galería Sumer. En mayo de 1997 expuso en la Galería La Escalera de Cuenca. Comentando esta muestra, Jesús Cotillas escribía: “Apresa la realidad, o los sueños, o los anhelos y los revienta-fragmenta y aisla para su mejor comprensión; los recompone en collage, y de esta forma novísima y original reinventa la realidad, ofreciéndonos un mosaico denso y profundo. Narra la que ve, elimina lo superfluo, capta las líneas vitales de la acción pero las construye y transforma, incluso tacha cuanto sobre, negándolo pero dejándolo oculto tras abigarradas líneas, creando un submundo que nos es arrebatado. Es una forma de minimalismo, quizá de acotación, que permite una investigación y análisis más certero de lo que está sucediendo” [El Día de Cuenca, 14-05-1999]. Volvió a exponer en Cuenca, en la Galería Jamete, en julio de 2007, en una muestra reducida a la superficie de la pequeña sala (sólo doce cuadros) ofreciendo a los visitantes una muestra más de su peculiar imaginario surrealista poblado de sugerentes figuras de animales fantásticos. Artista multidisciplinar ajeno a cualquier corriente estética, estuvo vinculado al ambiente artístico de la Plaza Mayor en los tiempos en que esta zona se prestaba a tales cosas antes de convertirse en un chiringuito para turistas generalmente despreocupados de lo que sucede en el mundo del arte. En una exposición en la galería Jamete para celebrar los diez años de la Sala, el comentario anónimo del catálogo ejemplifica muy acertadamente la personalidad de Adrián Moya: Nos enseñó sus fantásticos personajes esquematizados, casi geométricos, integrados en un espacio donde se instalan ciertas construcciones arquitectónicas con un trasfondo paisajístico, pequeños relatos de su imaginaria fauna ambigua, lasciva e irónica, distribuyéndola en prcelas sobre la superficie de la tela, sugiriendo las páginas de un comic”. La obra del artista se encuentra en el Museo de Arte Abstracto, Museo de Cuenca, Fundación Antonio Pérez, Pinacoteca de Tarancón y Museo Florencio de la Fuente, en Huete. Apareció muerto en su domicilio de la avenida República Argentina, seguramente por causas naturales no identificadas en un primer momento.