MIGUEL ÁNGEL MOSET APARICIO
Cuenca 29‑07‑1953 / Cuenca, 05-10-2020
Pintor, uno de los más destacados miembros de su generación, la que surgió en el tramo final del siglo XX y se mostró activa en el primer cuarto del XXI. De formación autodidacta trabaja pintura, grabados y serigrafía. Descubrió su afición por la pintura cuando, siendo estudiante, en el colegio de los Salesianos, participó en un concurso sobre arte abstracto y su trabajo fue seleccionado. A partir de ahí empezó a mostrar curiosidad por el arte, haciéndose asiduo visitante del Museo de Arte Abstracto, no solo de sus salas de exposiciones, sino también de la biblioteca. Del bachillerato pasó a seguir estudios de Delineación; tenía solo 16 años cuando con su amigo Eduardo Arcas abrió un primer estudio, en el barrio de Tiradores, a la vez que empieza a tener relaciones y contactos con otros artistas incipientes de su generación, como Adrián Moya, Carlos Pérez, etc. En 1973 empieza a trabajar como delineante, en 1977 presenta su primera exposición individual en la Casa de Cultura y al año siguiente en la Galería Jamete. Unos años más tarde entra en el mundo del grabado, a través del taller organizado por el Museo de Cuenca, contando en esos momentos con el magisterio indudable de Bonifacio.
Ha obtenido diversos premios: «Molino de Plata» en Valdepeñas (1982), Certamen de Miniaturas Galería Círculo II, Certamen de dibujo «Antonio del Rincón»; «Ciudad de Tarancón» (1992). Desde 1977 viene realizando exposiciones individuales y colectivas, destacando entre las primeras: Ciudad Real (1979), Jaén (1980), Segovia (1980), Vitoria (1984), Tarancón (1985), Valladolid (1987), Madrid (1988), Barcelona (1989, 1997), Padova (1991), Madrid (1991, 1996), Iniesta (1994, 2004), Uña (1996), León (1997, 2002), Gerona (1998), Requena (2005). En Cuenca ha expuesto en la Casa de Cultura (1977), Sala Jamete (1978, 1981, 1982, 1991), Caja de Ahorros (1980), Galería Granero (1987), Carmelitas (1990), Galería Pilares (1993, 1994, 1998, 2001, 2005), Fundación Antonio Saura (2004, 2005 y una extraordinaria antológica en 2006). Tiene obra en el Museo de Arte Abstracto, Museo de Cuenca, Aeropuerto de Foronda (Vitoria), Museo Florencio de la Fuente (Huete) y en distintos organismos oficiales y bancos. Carlos de la Rica le llama «indagador» y añade: «Los movimientos de los objetos suscitan una concreción misteriosa donde el bulto es halo; la impresión del paisaje, reflejo fluvial, clima; los planos ganan a la imagen en superposiciones. Investigar y lograr, jugar con el ojo la materia de las cosas, superponer. Y conseguir la síntesis de las presencias y sus entes» (El Día de Cuenca, 05‑01‑1996). En octubre de 1996 llevó a cabo una exposición en la galería Tocre, de Madrid. En el año 1992 hizo el cartel anunciador de la Semana de Música Religiosa y en 2001 el de la Semana Santa de Cuenca. Artista polifacético, durante la década de los 90 entró también en el terreno de la edición, ilustrando carpetas y libros. Ingresó en la Real Academia Conquense de Artes y Letras el día 25 de mayo de 2006 con un discurso titulado “Del ver al sentir”. En marzo de 2019 presentó en el Centro Cultural Aguirre una atractiva exposición bajo el título “Miniaturas”. Dotado de una amplia capacidad natural para intervenir en todos los sectores del arte, participó en los trabajos de restauración de la iglesia de San Felipe Neri de Cuenca y la Iglesia de la Merced de Huete en los años 80 del siglo XX al frente de un grupo de alumnos interesados por esa especialidad.

Miguel Ángel Moset ha sido autor de una obra marcada por una abrumadora personalidad, inspirada y bebida en la generación abstracta que implantó en Cuenca Fernando Zóbel a cuya sombra el joven artista consiguió definir su propio estilo que desarrolló mediante una concienzuda elaboración mental en busca de un concepto plástico y estético que finalmente harían que su obra pueda ser fácilmente reconocida a poco que el espectador tenga alguna conciencia artística. O, como ha escrito su compañero y amigo José Ángel García, uno de los comentaristas que mejor conoce la obra de Moset, es fácil reconocer en sus cuadros “la absoluta condición protagonista de la línea, la mancha, el color y la composición, algo que se puede constatar tanto en cada trabajo individual como en el conjunto de los que conformaron las numerosas series con las que se iba poniendo sucesivos retos”, vinculados en buena parte a los paisajes naturales de Cuenca, que le sirvieron de inspiración para dar forma a una obra antológica, marcada por una estética a la vez colorista y elegante, en la que se manifiesta la capacidad reflexiva del artista a la hora de afrontar la realización del cuadro.
Sus pensamientos en torno a la creación artística quedaron expuestos de manera clara en su discurso de ingreso en la RACAL, titulado de manera muy expresiva Del ver al sentir, en el que declara que “la visión que desde la referencia figurativa pretendo quiere ser una lectura íntima y silenciosa en ese proceso de desarrollo del pensamiento que el hombre aplica sobre el mundo que le rodea”. La pintura fue, para Moset, el elemento vital imprescindible, el universo en que estuvo enclavado toda su vida, desde que empezó a dar los primeros por aquel territorio en principio desconocido pero al que se dedicó a explorar con un entusiasmo ciertamente envidiable, que mantuvo activo durante toda su vida. Dotado de una capacidad innata para mirar y captar en un solo segundo el fundamento de lo aprehendido, desde ese objetivo visual afrontó con auténtico vitalismo creativo la realización de una obra amplia, rotunda y, sobre todo, coherente, dotado de una delicada, sutil, belleza.
Como acto de póstumo reconocimiento a su vida personal y su obra, la Real Academia Conquense de Artes y Letras organizó una extraordinaria exposición antológica, inaugurada el 3 de febrero de 2022 y desarrollada simultáneamente en cuatro salas: la Sala Iberia, la Sala de Exposiciones Temporales del Museo de Cuenca en la calle Princesa Zaida, el Centro Cultural Aguirre y el Palacio de la Diputación Provincial de Cuenca, en las que se pudo ver una selección de más de 180 lienzos propiedad de la familia del artista, que no habían sido vistos hasta entonces.
Ediciones
1981. Tauromaquia. Carpeta de seis serigrafías
1983. Semana Santa de Cuenca. Carpeta con cinco serigrafías y cinco aguafuertes; textos de Pedro Cerrillo
1987. Otoño. Carpeta con seis serigrafías y una acuarela original
1991. Invierno. Carpeta con seis serigrafías y una acuarela original.
1992. Bodegón. Carpeta con cuatro serigrafías de Antonio Santos y otras cuatro de Moset
1993. A la verde verdurita. Carpeta de seis aguafuertes. Ediciones El pergamino de trapo
1993. Borrador de tránsitos. Libro de poemas de José Ángel García
1995. Ritmos de luz y sombras. Ocho serigrafías con poemas de José Ángel García
1996. Soledad. Carpeta con cuatro serigrafías de Julián Grau Santos, José María Lillo, Gustavo Torner y Miguel Ángel Moset
2004. Sólo pájaros en vuelo. Libro de poemas de José Ángel García.
Fin de siglo (Colectiva de Buena Tinta Ediciones)
Bellezas ocultas
Repetición de agredeces y arte de amor (Libro de artista de Eduardo Scala, coeditado con Juan Carlos Valera)
Sinfonía marítima (con texto de Enrique Domínguez Millán)
Gist Holders (libro vídeo de Mit Borrás)
Laberinto de la razón
El jardín de Maktub (con poemas de Santiago Gómez Valverde y música de David Hurtado Valleet)
Yantas a chirla come (con Pedro Castrortega)
Amalgama gráfica contemporánea (en Ediciones Patanegra)
Al Horru III (en Ediciones Patanegra)
Referencias: José Ángel García, “Un hacer de senderos que confluyen”. En Moset. Cuenca, 2022; Diputación Provincial de Cuenca / Miguel Ángel Vila, “El pintor taoísta al borde del río”. Ciudad Real, Diario Lanza, 04-08-2013 / J. Monreal, Entrevista. La Tribuna de Cuenca, 02-03-2019.