CARLOS MORALES DEL COSO
Tarancón, 04-11-1959
Tras estudiar en su ciudad natal se trasladó a Madrid con la intención de hacer la carrera de Medicina, que abandonó en 1980 habiendo adquirido experiencia humanística y buenas dosis de fuerza para mantener el compromiso social militante, adquiridos en contactos con círculos de pensamiento y debate, bagaje con el que pudo volver a Tarancón. Esas influencias le llevan a promover, junto a Maika Jiménez, una serie de recitales poéticos que llevaron a cabo por toda la comarca manchega entre 1980 y 1982 con una fuerte carga social, teniendo por escenario cualquier lugar, desde una casa de cultura hasta el campo abierto o una cantina. Comienza entonces un agitado proceso de elaboración de la palabra poética ajustada a sus intenciones más íntimas, poniéndose de manifiesto en sus colaboraciones en la prensa provincial. Publica sus versos en Diario de Cuenca, comienza a estudiar la licenciatura en Historia, hace crítica literaria en revistas y mantiene una intensa actividad cultural de base. Todo ese proceso, se dice en la Antología de poetas taranconeros, “fue decisivo en la medida en que este oficio de juglar incendiario, que Carlos Morales tomó para sí entre 1980 y 1982, consolidó su visión de la poesía como un arma de combate social, al tiempo que le permitió entrar en contacto con círculos culturales de proyección más amplia”. En ese recorrido conoce a Carlos de la Rica, que se convierte en su valedor y apoyo y le edita su primer libro. En 1984 funda la editorial “Catoblepas” y su revista La burbuja, con Ángel de la Rica y Felipe Lázaro y anima la creación del Centro Internacional de Estudios Poéticos Hispanoamericanos. Con su amigo y paisano Juan Ramón Mansilla codirigió la revista Hilos de araña y en televisión, condujo algunos programas dedicados a la cultura, entre los que destacó el tan recordado “Suelo perdido”.
A continuación de publicar su segundo libro funda la colección “Perceval”, de poesía, de corta andadura y promueve, en el ámbito del periódico El Debate, de Tarancón, el suplemento cultural “El Juglar de la Frontera”, sin duda el de mayor calidad en la materia de cuantos han visto la luz durante el último cuarto de siglo y que se editó entre los años 1997 y 1998. Al morir Carlos de la Rica hereda de él la responsabilidad de continuar editando la colección “El Toro de Barro”.
En la actualidad, parece haber abandonado la creación poética para dedicarse con mayor intensidad a la investigación histórica y a la edición. En abril de 2000 ganó la segunda edición del premio “Luis Rius”, convocado por el Ayuntamiento de Tarancón, por su poema “Una voz en el jardín” y en 2005 recibió el Juan Alcaide por El Libro del Santo Lapicero.
La curiosidad de Carlos Morales por todos los territorios poéticos le lleva a introducirse de manera constante en espacios que le resultan novedosos, además de los ya citados, como el estudio de los maestros del postismo y del realismo mágico. A juicio de muchos críticos, su versión de El Cantar de los Cantares, de Fray Luis de León, es la más hermosa que se ha realizado. El interés por quienes considera sus maestros, Federico Muelas y Carlos de la Rica, le ha llevado a estudiarlos y editarlos.
Esa inquietud intelectual orientada hacia el activismo editorial le llevó fundar en 2000 la Colección de Cuadernos del Mediterráneo y al año siguiente, junto con la escritora israelí Margarit Matitiahu, los Kuadernos sefardíes para culminar en 2004 con la Biblioteca del Holocausto, empresa en la que contó con la ayuda del poeta Jaime Vándor, iniciativas todas encaminadas a promover el mundo judaico y sefardita y que culminó en 2022 con la edición de una obra por demás ambiciosa, In nomine Auschwitz: Antología de la poesía del holocausto, en la que se concreta una abrumadora tarea iniciada en 1997 para recopilar la poesía generada en todo el mundo por la enorme tragedia del holocausto del que fue víctima el pueblo judío durante la etapa nazi.
Obra publicada
Palabras de tierra y vino (Carboneras de Guadazaón, 1982)
S (Madrid, 1984)
Un rostro en el jardín (Cuenca, 2000)
El libro del Santo Lapicero (Valdepeñas, 2000)
Il tridente nel Giardino (Tarancón, 2000)
Federico Muelas: Poesía secreta (Federico Muelas) (Tarancón, 2000, editor y prólogo)
Salmo de los pájaros negros (Nuevo Baztán, 2005)
Coexistence (Tarancón, 2002)
In nomine Auschwitz (Málaga, 2022)
Referencias: Antología de poetas taranconeros. Tarancón, 1997; Ayuntamiento de Tarancón, pp. 305-312 / Alicia Caro, “Carlos Morales: una voz emerge”. El Día de Cuenca, 17-11-2000, p. 2 / Miguel Casado, Mar interior. Poetas de Castilla-La Mancha. Toledo, 2002; Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, pp. 405-414 / Pedro Cerrillo, “La poesía de Carlos Morales”. Cuenca, 1981; Olcades, núm. 6, pp. 307-309 / Isabel Loeches Camba, “El Toro de Barro, con el tiempo, contra el tiempo; la editorial pionera en CLM”. Toledo, 2005; Añil, núm. 29, verano-otoño, pp. 86-88. / Ángel Luis Luján Atienza, Los rostros de Medusa. 20 años de poesía conquense. Ciudad Real, 2009; Almud, pp. 140-157