Montesino, Ambrosio

MONTESINO, Ambrosio

Huete ¿1445-1450?/ Madrid, 1513-1515

Prácticamente no se sabe casi de los primeros años y juventud de este fraile franciscano, salvo que nació en una familia de hidalgos de la ciudad de Huete, en cuyo convento debió ingresar, estudiando en el Colegio de Menores, pero nada más se sabe de él hasta que aparece con una personalidad ya definida en el círculo de los Reyes Católicos, como predicador y confesor real, a lo hay que añadir sus amplias relaciones con destacados miembros de la nobleza. En esa etapa, lo encontramos acompañando a los reyes en Barcelona, Cifuentes, Granada y Alcalá de Henares, ciudad en la que entraría también en el círculo de influencias del cardenal Cisneros. Sin embargo, en todo tiempo mantuvo sus relaciones con Huete, como lo demuestran diversos documentos que le vinculan con acciones de caridad para dotar de ornamentos sus iglesias o en su intervención en el pleito abierto por la Inquisición con “la beata de Huete”. Incluso puede ser que terminara en su ciudad natal, en 1499, la redacción del cuarto volumen de la Vita Christi.

     Durante ese tiempo hay suficientes indicios de cómo fue aumentando su influencia en el círculo de proximidad de los reyes, muy en especial de la reina Isabel, que le encargó la resolución de varios asuntos domésticos y que mostró en todo momento una sentida predilección hacia su poesía, a lo que el fraile optense respondió con un apoyo total a las ideas políticas de la soberana. Situación en la que encontró el apoyo también creciente de Cisneros, a quien impresionó el profundo soporte cultural de Montesino y su fama de predicador popular, virtud muy apreciada por un cardenal siempre necesitado de vectores de influencia en el convulso pueblo castellano, al que poder llevar con claridad su sentido de la política. Una personalidad que otro conquense, fray Francisco de Ávila, resumió en versos esclarecedores:

     Yo seré muy triunfante

     d’aquel poeta lozano

     orador muy elegante

     en el metro castellano

     gran pregonero cristiano

     del sacro verbo divino

     Fray Ambrosio Montesino,

     traductor del Cartujano.

Hay una noticia algo confusa que le hace obispo de Sarde (Albania) y no de Cerdeña, como dicen Mateo López (y los autores que le copian, entre ellos Muñoz y Soliva y María Luisa Vallejo), quizá por confundir el término «sardo» que corresponde a los naturales de la isla mediterránea con el de la ciudad albanesa. En cualquier caso, no parece que llegara a tomar posesión de esa mitra pero sí más tarde fue nombrado auxiliar de Cisneros (1514) y en esa situación se encontraba cuando falleció.

 Pero la trascendencia del fraile optense no viene tanto de su labor religiosa, sino de la poética. En efecto, nos encontramos ante el más claro precedente de lo que ha de ser la mística española del Siglo de Oro, si bien Montesino se mantiene fiel a la tradición nacional, recurriendo al verso octosílabo y no aceptando todavía la influencia italianizante que va a predominar de inmediato. Este popularismo formal, sin embargo, no impide que se trate de una poesía evidentemente culta, que alcanza una auténtica dimensión emotiva y religiosa. El conjunto de su obra fue recogido en un volumen, el Cancionero de diversas obras de nuevo trovadas, en el que junto a algunos poemas de sencilla ingenuidad franciscana -“Romance en honra y gloria de San Francisco”-  hay otros de profundidad teológica –“In navitate Christi”-, conjunto que merece de Menéndez Pelayo el juicio de que «no sólo es recomendable por razones arqueológicas y de genealogía literaria, sino también por su intrínseco valor poético».

Por encargo de los Reyes Católicos, de quienes fue predicador y confesor, tradujo la «Vita Christi» (Alcalá de Henares, 1502) del monje alemán Landulfo de Sajonia (o Dionisio Cartujano) y las «Meditaciones» de San Agustín, un verdadero ejemplo de elegancia en prosa culta. La obra de Ambrosio de Montesino tuvo un enorme influjo en su tiempo, como se deduce de las recomendaciones que sobre ella hicieron Juan de Ávila y Teresa de Jesús. Como señalan José Antonio Silva e Hilario Priego, “la crítica ha puesto de relieve la importancia de estos trabajos y ha resaltado, por ejemplo, la preocupación del autor por documental con un criterio científico propio de la tradición humanística, las citas de la Sagrada Escritura, de los Santos Padres y de los escritores escolásticos”.

Dentro de la obra de Montesino adquiere una importancia especial la Vita Christi, original del fraile cartujo Landulfo de Sajonia pero que el optense no se limitó a traducir, sino que la interpretó de manera tan personal que bien se puede decir que es una obra propia, como reconoció Gregorio Mayans al señalar que se publicó “con tantas mejoras propias, que debe mirarse como trabajo suyo original y no romanzado”. Está formada por cuatro volúmenes, los tres primeros editados en Alcalá de Henares entre 1502 y 1503 por el polaco Estanislao; el cuarto tomo fue impreso en Sevilla en 1543 por Juan Cromberger y a partir de entonces se realización numerosísimas reediciones, lo que convierte a esta obra en una de las más populares de la época. El libro fue considerado entonces como un gran compendio evangélico en el que se recogían las prácticas más piadosas y recomendables para mantener en su integridad la pureza del cristianismo. Ambrosio de Montesino tomó el texto original y llevó a cabo una ingente tarea de armonización de las narraciones de los cuatro evangelistas, armonizando sus respectivos contenidos, con el añadido de citas y menciones bíblicas y de los Santos Padres de la Iglesia.

Como poeta, fray Ambrosio escribe versos de gran delicadeza formal, resultado de una paciente tarea de corrección en busca de la perfección lingüística, con lo que se sitúa en un puesto relevante en el conjunto de la poesía religiosa castellana, vinculada a la tradición lírica prerrenacentista lo que la dota de un carácter profundamente popular. Curiosamente, su obra Epístolas y evangelios por todo el año, fue incluida en 1559 en el índice Libros Prohibidos, castigo injusto amén de incomprensible del que fue liberado en 1586 lo que permitió su publicación en una versión expurgada por fray Román de Vallecillo.

Del Cancionero existen varias ediciones modernas. Por otra parte, los versos de fray Ambrosio Montesino figuran en numerosas antologías de poemas religiosos y en grabaciones sonoras de la misma temática. Con motivo del quinto centenario de su muerte, la Diputación Provincial de Cuenca editó un CD conmemorativo denominado «De nuevo trovadas. Ambrosio Montesino y las canciones de lo divino en el primer Renacimiento», con obras musicales que se interpretaban en la corte de los Reyes Católicos, algunas con letra del fraile optense. Se trata de una recuperación histórica elaborada a partir de las partituras del Cancionero Musical de Palacio y de una laboriosa tarea de investigación en archivos y bibliote4cas, realizada por el grupo de música antigua Cinco Siglos y la soprano Delia Agúndez, que realizaron una gira internacional presentando algunas de las obras que se incluyen en esta edición.

Obra publicada

Coplas sobre diversas devociones y misterios de nuestra santa fe católica (Toledo, s.a.)

La vita Christi del Cartuxano (Alcalá de Henares, 1502 y numerosas ediciones posteriores)

Cancionero de diversas obras de nuevo trobadas (Toledo, 1508)

Breviario de la Inmaculada Concepción de la Virgen Nuestra Señora (Toledo, 1508; obra perdida)

Epístolas y evangelios por todo el año (Sevilla, 1503; Toledo, 1512; Amberes, 1542)

Sermones (Medina del Campo, 1586)

Coplas sobre diversas devociones y misterios de nuestra santa fe católica (Madrid, 1949)

Meditaciones, Soliloquios, Manual, Suspiros, de San Agustín (Madrid, 1951. Traducción e introducción)

Cancionero de diuersas obras de nueuo trobadas (Valencia, 2002)

Referencias: José María Álvarez Martínez del Peral, “Conquenses ilustres”. El Día de Cuenca, 21-11-1926 / Ana María Álvarez Pellitero, La obra lingüística y literaria de Fray Ambrosio Montesino. Valladolid, 1976, Universidad de Valladolid / Manuel de Parada y Luca de Tena, Fray Ambrosio Montesino, poeta renacentista y predicador de los Reyes Católicos (Madrid 2002) / Dimas Pérez Ramírez, “Un autógrafo de fray Ambrosio Montesino en el Archivo Diocesano de Cuenca”. Diario de Cuenca, 07-12-1974 / Julio Rodríguez Puértolas, Cancionero de fray Ambrosio Montesino. Cuenca, 1987; Diputación Provincial / Hilario Priego / José Antonio Silva, Diccionario de personajes conquenses. Cuenca, 2021; Diputación Provincial, pp. 372-374

Ilustración: Portada de la primera edición del Vita Christi, Alcalá de Henares, 1502.