Montalbán , Juan de

JUAN DE MONTALBÁN GÁMEZ

Los Hinojosos, 15-04-1661 / Jaén, 12-11-1720

Teólogo y obispo, especialista en la obra de santo Tomás de Aquino. Recibió la primera educación en el colegio de jesuitas de Villarejo de Fuentes. A los 13 años recibe el hábito en el convento dominico de San Esteban de Salamanca, donde profesó al año siguiente. Su formación académica la completó con los estudios de Teología, realizados en el Colegio de Santo Tomás de Alcalá de Henares, ciudad en la que se ordenó finalmente como sacerdote. Los siguientes años de su vida transcurrieron entre Alcalá de Henares y Salamanca, ciudades en las que impartió clases de Teología y Filosofía, compaginando a su vez la docencia con los cargos dentro de la orden de Predicadores, de la que llegó a ser Provincial. 

En 1706 fue nombrado obispo de Guadix (Granada), sede que gobernaría durante un periodo de catorce años.  Durante los inviernos solía retirarse a un eremitorio próximo a Guadix en el que según la tradición había sido martirizado, de manos de los paganos, San Torcuato, primer obispo de la ciudad. En 1720 fue preconizado obispo de Palencia, pero de camino para tomar posesión de su sedeenfermó gravemente, falleciendo en el convento dominico de Santa Catalina de Jaén. Sus honras fúnebres se celebraron en la Universidad y en el convento de San Esteban de Salamanca.

Hay dos aspectos en la vida del obispo Montalbán que le hacen merecedor de una atención especial. Por una parte, su honda capacidad de interpretación teológica, que puso de manifiesto en reiteradas intervenciones a lo largo de su vida, mostrando un pensamiento vinculado a la tradición, que interpretaba con carácter riguroso, como puso de manifiesto su biógrafo Diego Raspeño, que fue su confesor, al publicar en Salamanca sus Disputationes theologicae, entre los años 1729 y 1731, cuando el autor ya había fallecido. Se trata de un texto en el que comenta y analiza la primera parte de la Summa theologica y en la que sigue con absoluta pureza la doctrina de santo Tomás de Aquino, de quien fue uno de sus más grandes intérpretes y comentaristas.

El otro aspecto que conviene señalar es el de su relación epistolar con el rey Felipe V, de quien llegó a ser consejero directo, con una clara influencia en orientaciones con la que pretendía ayudar a la gobernación del Estado. En este terreno, fue muy famosa la respuesta enviada al monarca a la petición de dictamen que éste le había formulado previamente, buscando remedio para los males que padecía la monarquía. Montalbán, focaliza los problemas en la elección de los altos cargos del estado, especialmente, de los ministros, la mayoría de ellos faltos de preparación y cualidades para el puesto que tenían que desempeñar y cuyo mayor empeño era el de colocar a familiares y amigos en cargos intermedios, prácticas que corrompían la estructura del Estado y su buen gobierno. También hace una crítica, aunque velada, de la elección de obispos, señalando que deben ser elegidos por personas doctas y sabias, evitando que fueran designados por las llamadas “camarillas reales”, terreno en el que igualmente combate con dureza la simonía, práctica consistente en obtener beneficios eclesiásticos de todo tipo (sacramentos, reliquias, cargos, etc.) a cambio de dinero. No faltan tampoco en sus escritos una clara preocupación por la usura, que era aplicada generalmente a las clases populares y humildes, mientras provocaban el enriquecimiento de los prestamistas.

Referencias: Gonzalo Díaz Díaz, Hombres y documentos de la filosofía española. Madrid, 1980-2003, CSIC, Instituto de Filosofía “Luis Vives”, V, pp. 593-594 / Hilario Priego / José Antonio Silva, Diccionario de personajes conquenses. Cuenca, 2021; Diputación Provincial, pp. 371-372.