MENA Y CORTÉS, Diego

DIEGO VENTURA MENA Y CORTÉS

Belmonte, 1772 / Belmonte, 06-1814

Primer conde de Buenavista Cerro. Nació en el seno de una familia de rancia nobleza por ambas ramas y recibió una educación esmerada al ingresar en el seminario de Nobles de Madrid, inclinándose por seguir la carrera de las armas. En 1803 compró el título de marqués de Monteverde a la viuda del anterior titular, como un rasgo de generosidad para que ésta pudiera abonar los débitos a la Hacienda pública y cuatro años después solicitó y se le concedió el cambio del título a conde de Buenavista Cerro, con el lema heráldico “Mena por la sangre, Buenavista por el rey”.

Fue uno de los seis diputados propietarios por la provincia de Cuenca a las Cortes extraordinarias convocadas en Cádiz en 1810, elegido el 11 de febrero en las Salas Consistoriales de Cuenca, por once votos de los dieciocho electores. Se le entregó su poder el día 13, jurando y tomando posesión el día 24 de octubre de 1810. En la ciudad gaditana se instaló en la calle de los Cobos, número 7 y fue uno de los diputados que reiteradamente se negaban a que se trasladaran las Cortes de la Isla de León a Cádiz, insistiendo en que se votara una y otra vez la posibilidad con el fin de posponerla el máximo de tiempo posible, aunque finalmente, en 1811 se aprobó el traslado definitivo al oratorio de San Felipe Neri, donde continuaron las sesiones parlamentarias. Preocupado de manera especial por el problema del abastecimiento a las tropas militares que ya estaban combatiendo a los franceses, en su interés por buscar recursos y economizar gastos, propuso que se tratase de buscar una contrata para procurar abastecimientos e incluso llegó a acusar a los comerciantes gaditanos de intrigar ocultamente en su propio beneficio.

De pensamiento absolutista, continuamente se quejaba de que sus airadas intervenciones en las Cortes provocaban con frecuencia la irritación de los espectadores, que le insultaban, lo que provocó la intervención del procurador generales tachando su intervención de “arrebato indecoroso”. Pero finalmente fue uno de los firmantes de la Constitución, volviendo a continuación a Cuenca, donde permaneció cuatro meses, regresando a Cádiz para quedar instalado en la calle Sacramento núm. 254.

Terminada la guerra de la Independencia y vuelto Fernando VII a ocupar el trono, con la reacción absolutista de 1814 se erigió en delator de los más significados diputados liberales que habían puesto en cuestión la soberanía del monarca, muriendo de repente por una enfermedad no definida, probablemente un infarto. El título de Buenavista Cerro pasó por los linajes de Melgarejo y Sandoval hasta quedar en los Martínez del Peral, marqueses de Valdeguerrero, vecinos de San Clemente.

Referencias: José María García León, Los diputados doceañistas. Cádiz, 2006; Ayuntamiento, I, pp. 289-290; II, pp. 593-591 / Manuel Parada y Luca de Tena, Diccionario Biográfico Español. Real Academia de la Historia