¿Génova, 1573? / 1605
Pintor manierista genovés, cuyo nombre aparece en documentos de obras en Cuenca entre los años 1573 y 1597. Al parecer, el pintor vino a Cuenca llamado por Fernando Carrillo de Mendoza, conde de Priego, seguramente para intervenir en alguna de sus obras, aunque no se ha podido documentar ninguna. La hipótesis más razonable es que fue contratado por el conde para actuar en el convento de San Miguel de las Victorias que se proponía fundar tras la batalla de Lepanto. Avecindado en Cuenca, contrajo matrimonio con Isabel Ortiz en la iglesia de Santa María de Gracia. Vivían cerca de la Puerta Nueva, en una posición desahogada, como lo prueba el hecho de que pinceles y pinturas le llegaban directamente de Italia. Lamentablemente, la mayor parte de los trabajos de Matraana se han perdido a lo largo de los avatares del tiempo, por lo que las noticias que tenemos sobre él proceden de los documentos conservados.
El primer trabajo que se le conoce en Cuenca es la pintura de un monumento levantado en la catedral (1578) junto con otros pintores entre los que también figura su hermano Francisco y al año siguiente lo encontramos pintando y dorando las águilas de los ministriles de la catedral. En 1580 recibe el encargo de hacer unas pinturas al fresco en la Capilla Real del monasterio de Santa María de Huerta y en 1581 se encarga de hacer el retablo de Nuestra Señora de Loreto para la capilla de don Pedro de Cabrera en el monasterio de San Francisco, en Cuenca, a la vez que el mismo año trabaja con el entallador Alonso Serrano en el retablo de la capilla de don Pedro de Resa, en la iglesia de Motilla del Palancar. En 1583 se encarga de hacer un retablo de talla y pintura para la ermita de Nuestra Señora de Huerta y en 1584, junto con el entallador Alonso Serrano de hacer un retablo “para la iglesia que ahora se hace en el lugar de Castillejo de la Sierra”. Desde 1584 a 1589 se encargó de las obras decorativas que se montaba el día del Corpus y en 1595 pintó el arco que se erigió en honor de San Julián.
Capilla de la Santísima Trinidad, en la colegiata de Belmonte. Cuadro de Bartolomé Matarana.
También debió hacer algún trabajo para Valera de Arriba, porque en 1584 otorga poderes a su representante para que pudiera cobrar lo que se le debía, pero sin especificar el motivo.; al siguiente acepta el encargo de un vecino de Huélamo para hacer un retablo de talla y pintura, con tres figuras al óleo: San Simón con un Cristo en la mano y a sus lados Santo Toribio y San Andrés. En 1586 se compromete, junto con el escultor Andrés Carrasco, a tallar y pintar una imagen de la virgen para la villa de Cañete. En 1587 firma, junto con el pintor Juan Gómez y los entalladores Matías Hernández y Alonso López, el contrato para pintar un retablo para la iglesia del convento de San Francisco, en Cuenca, que tienen que tallar Matías Hernández y Alonso López. Otro encargo del mismo año es un retablo de madera y pintura para la capilla que el doctor Andrés de Villanueva posee en la iglesia de Santa Cruz, en Cuenca. En 1588 el encargo se refiere a una imagen de Santa Quiteria para el cabildo de San Andrés, de Cañete y dos Cristos para Alcocer, uno amarrado a la columna y otro con la cruz a cuestas “conforme y de la manera de uno que tiene el cabildo de la Vera Cruz de esta ciudad”. Junto con el escultor Andrés Carrasco asumieron ese mismo año la obligación de hacer una imagen de Nuestra Señora de la Concepción para Carrascosa de Haro.
En 1589 estaba trabajando en una imagen de la Virgen del Rosario y sus andas, para Alconchel de la Estrella y firma el contrato, junto con el pintor Diego de Segovia, para hacer el retablo de la iglesia de Navalón. El 1591 acepta pintar para Francisco del Castillo cuatro cuadros al óleo en madera labrada que el interesado había de proporcionarle, dedicados a San Francisco, la Concepción de Nuestra Señora, la Virgen con Jesucristo y los dos santos Juanes y otro con los Tres Reyes Magos. Unos días después del encargo anterior se comprometió a hacer un Cristo amarrado a la columna para Villanueva de Alcardete y en 1592, junto con el también pintor Quílez Moreno aceptan pintar, dorar y estofar el retablo para la iglesia de Almendros y a renglón seguido, asume con Luis Borunda y Hernando de Mayorga hacer un sagrario de talla y pintura para la iglesia de Tribaldos. En octubre de ese año firma el contrato para pintar y dorar un sagrario para la iglesia de Escamilla y en 1594 el de una obra de más envergadura: el retablo de la iglesia de Villares del Saz junto con una imagen de Nuestra Señora del Rosario, encargada por el cabildo de este título en el mismo pueblo y cuya talla debía hacer Alonso Serrano. Ese mismo año otorga poder a Hernando de Mayorga para que en nombre de los dos firmen el contrato para hacer el retablo de la ermita de la Trinidad, en Campillo de Altobuey. 1594 es la fecha en que Matarana se obliga a “hacer una vidriera blanca triangular con un san Juan Bautista en medio pintado”, para la ventana del coro de la iglesia de San Juan Bautista, en Castillo de Garcimuñoz y en 1595, nada más empezar el año, un sagrario de madera para la iglesia de Santa Cruz, en Cuenca. En mayo de ese año acepta hacer un retablo de madera y pintura para la capilla del racionero Agustín Guerrero, la de la Santísima Trinidad, en la colegiata de Belmonte. Ese mismo año recibió el encargo junto con el escultor Diego de Villadiego, de trazar y pintar el arco triunfal que debería erigirse en la Plaza Mayor de Cuenca en honor de San Julián y con Hernando de Mayorga se comprometió a hacer un retablo para la ermita de San Cristóbal, en Osa de la Vega. Ese mismo año, en octubre, otorgó poderes para reclamar la deuda de cien ducados que el monasterio de Monsalud tenía con él por la elaboración de dos retablos, uno dedicado a San Juan Bautista y otro a San Benito, que debería entregar a mediados de diciembre. Aún ya a punto de terminar 1595 (el 22 de diciembre) firma el compromiso de hacer un Niño Jesús de madera para la ermita del mismo título en Hontanaya. Al año siguiente, el encargo es de una imagen de bulto de San Roque para Villanueva de Alcardete (Toledo) y un Cristo yacente, con su caja, para la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, en San Lorenzo de la Parrilla. Al empezar 1597 reclama que se le abone la deuda de una caja que había pintado y dorado para el cabildo de Nuestra Señora del Remedio, en Villalba del Rey.
El nombre de Matarana se encuentra en algunos documentos de fábrica de la iglesia de Motilla para la que realizó uno o varios retablos entre 1581 y 1585, por encargo del clérigo Pedro de Rexa, lo que permite atribuir a este artista, con cierto fundamento, la realización del retablo principal. Camón Aznar afirma que en 1597 “y por consejo de Ribalta, viene de Cuenca el pintor decorador Matarana, al cual le presta, en 1605, uno de sus oficiales” para que trabaje con él en Valencia.
Referencias: María Luz Rokiski Lázaro: Noticias sobre el pintor Bartolomé Matarana en Cuenca. Revista Cuenca, núm. 31‑32, año 1988; pp. 7‑2 / José Camón Aznar: Summa Artis. XXV: La pintura española del siglo XVII. Madrid, Espasa Calpe, 1985, p. 82 / Pedro Miguel Ibañez, Documentos para el estudio de la pintura conquense en el Renacimiento. Cuenca, Diputación Provincial, 1990, pp. 209-264 / Pedro Miguel Ibáñez, “El periodo conquense de Bartolomé Matarana”. Madrid, 1992; Ars Longa, núm. 3, pp. 65-75 / Rosa López Torrijos, “Batolomé Matarana y otros pintores italianos del siglo XVII”. Madrid, 1978; Archivo Español de Arte, tomo 51, num. 202, pp. 184-186.