MANCO DE LA PESQUERA, EL

Salvador F. Cava, Óscar Serrano

Cuenca, 2019. Edición de los autores, 290 pp.

 Pocos personajes de la reciente historia de Cuenca han alcanzado una tal dimensión de popularidad, rayana en la leyenda, como Basiliso Serrano Valero, conocido como El Manco de la Pesquera, calificado como heroico guerrillero antifranquista por unos o miserable terrorista por otros, según sea el color del cristal con que cada cual mira los hechos de la historia. Nos encontramos ante alguien que tras la guerra civil asumió el papel, ciertamente nada fácil, de arrojarse al monte, vivir en la clandestinidad y acuciar con la violencia de las armas a las fuerzas del orden, singularmente la Guardia Civil, sobre la que recayó el peso fundamental de la lucha contra el maquis en sectores como el de la Serranía de Cuenca, en el que varias partidas se hicieron fuerte durante varios años en los que, en buena medida, contaron con la colaboración o al menos las simpatías de los habitantes de la zona.

       No es la primera vez, ni mucho menos, que Salvador F. Cava (Masegosa, 1955) pone la atención en un tema al que viene dedicando una singular dedicación en los últimos años; en este caso cuenta con la colaboración de Óscar Serrano, residente en La Pesquera, el pueblo natal del guerrillero y que aporta un conocimiento directo del territorio en que se desarrollaron muchas de las hazañas de aquel tiempo. Precisamente la primera parte del libro se dedica a una descripción de ese espacio, tanto desde el punto de vista urbano como del geográfico. La Pesquera es un pequeño pueblo de la provincia de Cuenca, situado en la zona donde la Serranía empieza a descender de nivel para dar forma a la Manchuela, sintiendo la caricia del río Cabriel que aquí comienza a ser embalsado para dar lugar al pantano de Contreras; es uno de los últimos pueblos de la provincia en dirección a Valencia, de cuya carretera se queda al margen, mientras el asfalto sigue en dirección a Minglanilla.

       Tras la localización geográfica viene la histórica, que los autores sintetizan con brevedad y eficacia para ofrecer una sucinta panorámica de los sucesos básicos que alteraron la vida española, con el estallido de la guerra civil, la secuela de la implantación del régimen franquista y, a los pocos años, el comienzo de la revuelta de los guerrilleros impulsada desde el exterior por el Partido Comunista. Tras ello comienza el auténtico relato sobre los avatares de la implicación de Basiliso Serrano, bautizado en el argot interno del maquis como “Fortuna”, desde que tiene los primeros contactos con el grupo hasta que se implica abiertamente en él, llegando a ocupar una posición muy destacada, tanto en la responsabilidad de la gestión y organización como en la práctica de acciones violentas, algunas de especial crudeza, en las fue ganando fama que le hizo penetrar en los vericuetos de la leyenda, alimentada por la dificultad de poder ser localizado. Las actividades de El Manco de la Pesquera ocupa los años 1946 a 1952 hasta llegar al 27 de abril del último año citado, donde la Guardia Civil (seguramente alertada por algunas declaraciones de otros detenidos) llevó a cabo una gran batida en la zona de Cortes de Pallas, en la provincia de Valencia, a la que además de los guardias valencianos llegaron refuerzos desde Albacete y Cuenca, formándose así un fortísimo cerco sobre la zona en que existían indicios de haberse refugiado la partida de guerrilleros. En un paraje abrupto y escabroso, cubierto de espeso matorral, se llevó a cabo el enfrentamiento y el tiroteo que finalmente produjo la huída de algunos y la captura de Basiliso Valero.

       Todo ello se cuenta de una manera prolija y detallada, aportando multitud de datos que nos permiten seguir paso a paso las desventuras de aquellos bandoleros que, más allá de sus posibles motivaciones ideológicas e incluso heroicas, llevaron sangre y amargura durante varios años a los parajes más intrincados de la Serranía de Cuenca, esperando siempre la llegada de una potente ayuda del exterior que nunca apareció, como tampoco  nunca aquel esfuerzo cargado de penurias personales fue capaz de llegar a conseguir, ni de lejos, el utópico objetivo de lograr la caída del régimen de Franco. El 10 de diciembre de 1953, Basiliso Serrano, alias Fortuna, conocido como El Manco de la Pesquera, fue fusilado en las afueras de Paterna, Valencia. Ese mismo día comenzó la leyenda, que dura hasta hoy, a cuyo alimento contribuye este singular libro, tan interesante en la documentación como en el estilo narrativo que da al relato mucho de novelesco.