HELENA LUMBRERAS GIMÉNEZ
Cuenca, 1935 / Barcelona, 04-08-1995
Cineasta. Hija de una maestra, inicialmente decidió seguir sus pasos y estudió Magisterio en la Escuela Normal de Cuenca, obteniendo como primer destino profesional la escuela de San Lorenzo de la Parrilla, de la que pasó más tarde a la de Belinchón para descubrir que no tenía especial vocación hacia la enseñanza puesto que ya notaba más interés por otras actividades (pintura, literatura), singularmente el cine, marchando a Madrid con esa intención cuando tenía 21 años. En la capital comenzó estudios de Bellas Artes e Historia, pero en la década de los 60 se traslada a Roma para ingresar en el Centro Sperimentale della Cinematografia y en la capital italiana da los primeros pasos como guionista y realizadora de documentales para la RAI y luego participa en rodajes de películas profesionales con directores consagrados: Satyricon, de Federico Fellini; Queimada, de Gillo Pontecorvo, y otros, trabajando en diversas facetas técnicas. De regreso a España, fija su residencia en Barcelona, donde considera que existe un ambiente cultural y social propicio para el desarrollo de sus ideas, que se habían orientado ya hacia el cine militante y la política contraria al régimen, una actividad que se alimenta de los movimientos obreros y la contracultura, junto con unos incipientes criterios vinculados al feminismo entonces todavía en ciernes. La necesidad de subsistir la hace volver a ejercer el magisterio, obteniendo unos ingresos que dedica de forma preferente a invertir en cine, fundando junto con su colaborador (y luego pareja, Mariano Lisas, profesor de Filosofía), el Colectivo Cine de Clase, con los que produce películas antisistema con las que consigue algunas subvenciones a través de la productora italiana Unitelefilms, ligada al Partido Comunista. Es un trabajo que desarrolla de manera clandestina, siempre al margen de las estructuras oficiales y comerciales, pero que consigue atraer la atención de algunas televisiones extranjeras. Son películas rodadas en 16 mm., que en España se proyectan de manera subrepticia en círculos preferentemente obreros, que ella considera es su público natural.
Siguiendo el modelo que había marcado el cineasta soviético Dziga Vertov, uno de los pioneros del cine, en 1968 realiza el mediometraje Spagna’ 68 / El hoy es malo pero el mañana es mío, sobre la situación represiva en que vive un país marcado por el subdesarrollo y en 1970 El cuarto poder, sobre la prensa oficial de la época, con Llorenç Soler. Su siguiente producción, otro mediometraje de 1974, es El campo para el hombre, análisis marxista de la situación agraria en Galicia, firmado por el Colectivo Cine de Clase y, después, O todos o ninguno (1976), relato de una dura huelga de los trabajadores de la empresa Laforsa, en Cornellá, y A la vuelta del grito (1978, sobre la primera huelga general en el País Vasco tras la muerte de Franco), antes de la disolución del Colectivo. En todas ellas, Lumbreras llevó a cabo trabajos de productora, directora, guionista, sonidista y operadora de cámara. De forma paralela, con la llegada de la democracia surgieron también serias discrepancias en el seno de las formaciones de izquierda y en una de esas crisis, fue expulsada del PCE, del que ya se había distanciado y finalmente, el Colectivo se disolvió, como un aspecto más de una situación que Helena Lumbreras calificó de modo tajante: «Puede decirse que la Transición fue un éxito a nivel político, pero desde luego representó uno auténtico desastre social, acelerando la implantación en España del capitalismo”.
Falleció víctima de una rápida y mortífera enfermedad, que tuvo amargas consecuencias para la familia. La muerte le llegó tras abandonar el Hospital Clínico, en el que seguía tratamiento tradicional contra el cáncer, para ponerse en manos de un médico adicto al sistema Hamer, lo que le supuso enormes dolores y gastos, sin que con ellos pudiera evitar la muerte. La familia de Helena Lumbreras (su marido, Mariano Lisa y tres hijas) presentaron una denuncia, pero la juez Anna Grau archivó las diligencias en primera instancia el 26 de septiembre. Sin embargo, los recursos presentados por la familia y el fiscal Carlos Jiménez Villarejo la hicieron reconsiderar su actitud y en noviembre decidió reabrir la investigación, pidiendo disculpas por su primera decisión: «Lamento enormemente haber causado una impresión tan desconcertante», afirma en el auto, en el que entiende que debe investigarse si la aplicación a Lumbreras del método Hamer supuso un posible delito contra la libertad, la salud pública y una supuesta estafa. El médico responsable del caso fue inhabilitado durante dos años. Todos fondos cinematográficos de Helena Lumbreras fueron donados al archivo de la Filmoteca de la Generalitat de Catalunya. Diez años después de su muerte, algunas instituciones culturales empezaron a recuperar su obra en proyecciones que ya no fueron clandestinas, sino a la luz del día.
Referencias: Isadora Guardia, “La escritura de la realidad a través de la mirada de Helena Lumbreras”. Barcelona, Quaderns de Filología. 2012, XVII, pp. 77-99 / Rosa Pereda, “Helena Lumbreras, un nuevo cine político en España”. Madrid, El País, 02-07-1922 / Pablo Pérez Rubio, “Cine clandestino en el tardofranquismo: el caso de Helena Lumbreras y el colectivo Cine de Clase (1968-1978)”. Cuenca, 2022. Real Academia Conquense de Artes y Letras.