LÓPEZ CHUST, Benito

Cuenca, 21-03-1873 / Carrascosa del Campo, 02-04-1944

Pintor y catedrático de Dibujo en el Instituto de Cuenca, en el que hizo sus primeros estudios. Se incorporó al centro docente como profesor interino con sueldo anual de mil pesetas, nombrado por Orden ministerial de 29-10-1897, incorporándose al puesto el 10 de noviembre siguiente, plaza que ganó en propiedad como catedrático, mediante oposición, el 10‑03‑1903, tomando posesión el 1 de abril. Fue confirmado en el puesto, con retribución de 2000 pesetas, por RO de 31‑01‑1909 y ascendido al nivel de 5500 pts. por RO de 12‑08‑1914. Esta dedicación docente la aplicó también como profesor de Dibujo en la Escuela Normal de Maestras hasta el 28-09-1914 en que cesó por haber sido nombrada titular la profesora Paula Morcillo González. Volvió a incorporarse como Profesor de Dibujo el 18-08-1918, en este caso en las dos Escuelas Normales, ocupación que se ampliaba puesto que ya era también titular de dicha asignatura en el Instituto General y Técnico. Cesó en las Normales el 14-01-1923, pero volvió a incorporarse más tarde, formando parte del claustro de la Escuela unificada en 1931. Al estallar la guerra civil se produce una situación extraña, probablemente porque abandonó su puesto, ya que por Orden del subsecretario de Instrucción Pública fechada en Valencia el 21-01-1937 se dispuso su inmediata incorporación al Instituto, pero no hay constancia de que llegara a hacerlo, pues hay constancia de que el sustituto tomó posesión el 16‑03‑1937.

Desde niño se manifestó su vocación natural hacia el dibujo y la pintura. En el curso 1888‑1889 estuvo matriculado en el Instituto de Cuenca en la asignatura de Estudios superiores de Dibujo, obteniendo la calificación de sobresaliente y luego el premio ordinario. Cursó estudios en la Escuela especial de Pintura, Escultura y Grabado de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando obteniendo excelentes calificaciones y medallas en todos los cursos, concluyendo los estudios en 1896 [AMC, leg. 1951, exp. 6]. Superada la etapa de formación orientó su actividad hacia la pintura historicista para la que mostró una singular capacitación y que encontró campo abonado en la generosidad de las dos corporaciones locales conquenses.

En sesión de 9 de noviembre de 1888, la Diputación acordó concederle una pensión de 500 pesetas para que pudiera continuar el estudio de las Bellas Artes. Habiendo creado la corporación provincial una plaza dotada con 1.000 pesetas «para proveerla por oposición entre jóvenes pobres de esta provincia con aptitud reconocida para la pintura», fue adjudicada a López Chust por acuerdo de 29 de diciembre de 1892 [AMC, leg. 1951, exp. 6]

Autor del cuadro «Doña Juana la Loca», copia de Pradilla, que entregó al Ayuntamiento de Cuenca, el cual lo aceptó «con verdadera satisfacción» en sesión celebrada el 6 de enero de 1894, acordando colocarlo en una de las salas consistoriales. (Actualmente se encuentra ubicado en la escalera principal de acceso al Ayuntamiento).

 Hizo los retratos de Alfonso XIII y su madre, la Reina Regente, que donó a la Diputación, aceptándolos la corporación en sesión de 21‑11‑1896, al mismo tiempo que solicitaba un aumento de la pensión para ir a Roma a estudiar, a lo que accedió el órgano provincial, por acuerdo de 24‑11‑1896, concediéndole 1500 pesetas a partir de primero de julio de 1897. Por su parte, el Ayuntamiento de Cuenca, en sesión de 5 de abril de 1897, acordó aceptar la entrega de un retrato de Severo Catalina, concediéndole una pensión de 1500 pesetas durante cuatro años, para estudiar en Roma.

 El 5 de febrero de 1898, el Ayuntamiento de Cuenca acordó aceptar la donación de un cuadro de Mariano Catalina, «y que vería con gusto que los trabajos que ha de enviar a la Corporación anualmente, sean retratos de hombres célebres para la galería que se haría en el Municipio» [AMC, leg. 1951, exp. 6]. Pero tan halagüeñas perspectivas no debieron desarrollarse como esperaba el joven artista, puesto que el 10 de septiembre de 1898 escribe al Ayuntamiento para decir que no ha cobrado nada de la pensión concedida el año anterior, por lo que no pudo ir a Roma y que al pretender cobrar la de este año, sólo le abonan un trimestre, con lo que no tiene suficiente ni para pagar el viaje, de modo que el municipio acordó que se le abonase la cantidad correspondiente a dos trimestres [AMC, leg. 1951, exp. 21]. Finalmente hizo el traslado a Roma, ciudad en la que, nada más llegar, protagonizó un curioso incidente; al llegar a Ventimiglia la policía de aduanas quiso registrar su equipaje y con la intención de facilitar la maniobra, el joven conquense sacó de su bolsillo una navaja con la que poder cortar las ataduras del cofre, gesto que la policía interpretó como una amenaza, por lo que se lanzaron sobre López Chust, encarcelándolo durante 17 días hasta que se pudo aclarar que no tenía nada que ver con los movimientos anarquistas tan en boga en la época. La intervención del cónsul español en Roma pudo devolverle a la normalidad y a los estudios. Regresó a Cuenca, enfermo, el enero de 1899 y, tras recuperar la salud, en mayo regresó a la capital italiana.

El 24 de marzo de 1904, la Comisión Provincial acordó convocar un concurso para adquirir un cuadro con destino a la escalera principal del Palacio de la Diputación, fijando un precio máximo de 1.400 pts., incluyendo el marco de la obra. En sesión del 23 de abril, la Diputación acordó aceptar el único boceto presentado, original de López Chust y titulado «Mi Patria», si bien se hizo al artista la advertencia de que tuviera cuidado con la indumentaria de los ejércitos y que invirtiera su colocación en la batalla (BOP 04‑05‑1904). La obra fue entregada el 1 de diciembre de 1905 y situada en la escalera principal del palacio provincial, donde aún se encuentra y puede contemplarse. La Diputación, en sesión del 02-05‑1908 acordó pagarle 1000 pts. por el retrato de Alfonso XII que le había sido encargado en sesión del 21‑10‑1907 para ponerlo en el salón de sesiones.

Ya consolidado como pintor, perteneció a la Asociación Española de Pintores y Escultores y formó parte dela comisión que se constituyó en Cuenca en 1925 para representar a la ciudad en la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929. En esa etapa de madurez creativa, continuó elaborando obras de temas históricos como El Príncipe de Viana, Salomé con la cabeza del Bautista, Estudio de música, etc.

La actividad pictórica de López Chust encontró otros complementos, como el de presidente de la Cámara Oficial de la Propiedad Urbana en los años 1933 y 1934. Su nombre aparece como propietario de la finca La Abengozar, en varios documentos de la época, en el BOP. Una esquela en Ofensiva, da noticia de su muerte, seguida del acuerdo municipal del 28-04-1944 lamentando la pérdida del artista.