Madrid, 05-11-1906 / Madrid, 14-07-1978
Ingeniero de Caminos que formó parte de una familia vinculada a la provincia de Cuenca, como él mismo lo estuvo. Sobrino del general José Lasso Pérez, nacido en Valverde de Júcar, cursó estudios en la Escuela Oficial de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, en Madrid, obteniendo el título en 1932 siendo uno de sus primeros trabajos en la empresa Eléctrica Conquense, de la que pronto dio el salto a otras de mayor nivel profesional y económico, como en la construcción del salto de Almoguera, en el río Tajo o como representante de las compañías hidroeléctricas en la confederación del Júcar. Socio del Ateneo de Madrid, entabló amistad con Manuel Azaña y en 1933 obtuvo la condición de pensionado de la JAE para realizar estudios de economía industrial en Francia e Inglaterra. Adscrito al republicanismo de izquierda, fue uno de los impulsores del Frente Popular en Cuenca, elegido diputado en las elecciones del 3 de mayo de 1936 por el grupo de Izquierda Republicana. Al comenzar la guerra civil se encontraba en San Sebastián, donde desempeñó un activo papel en la represión del movimiento militar; regresó a Madrid para incorporarse al ejército y quedó adscrito a la Aviación, con el grado de capitán, pasando luego, como mayor, al batallón de Vías y Obras de ferrocarriles número uno. En esa etapa, Albino Lasso se vio implicado en un suceso que actualmente hubiera dado mucho juego en la crónica social de las revistas sensacionalistas, por su relación personal con una mujer, Sara Giralt, casada con un capitán de Artillería, que dio lugar a un duro enfrentamiento judicial entre el presidente de la Audiencia Provincial de Madrid (socialista) y el fiscal jefe (comunista) y con la que posteriormente contrajo matrimonio. El proceso judicial se prolongó a lo largo del año 1938 hasta que fue archivado. Albino Lasso participó como diputado en la última sesión de las Cortes de la República, celebrada en el castillo de Figueres el 1 de febrero de 1939.
Concluido el conflicto, el nuevo régimen ordenó su separación del servicio y marchó al exilio en Francia, en compañía de Sara Giralt y de una hija que ésta había tenido en un matrimonio anterior, pasando luego a Brasil (1939-1942), Uruguay (1942-1945) y Argentina (1945-1955), mientras era expulsado del ministerio de Obras Públicas en aplicación de la legislación franquista. En Uruguay trabajó en importantes proyectos de ingeniería, algunos de ellos en colaboración con empresas españolas, además de colaborar con los grupos de exiliados y escribir algunos artículos en la prensa de aquel país y en la mexicana, aunque su vocación política se fue apagando con el paso de los años, hasta que en 1955 inició un proceso de rehabilitación pidiendo el reingreso en el sector público, lo que finalmente se le concedió al año siguiente, pudiendo regresar a España para ocupar nuevamente cargos técnicos, como el de ingeniero jefe de la confederación hidrográfica del Pirineo Oriental (1962-1975). Previamente, y como era obligado, juró fidelidad al régimen franquista, siendo uno de los primeros políticos republicanos en ser rehabilitados en el nuevo sistema, que incluso le concedió una condecoración en 1962, por su activa intervención en las inundaciones de los ríos Ripoll y Tordera. Sin embargo, no consiguió su más firme objetivo: poder volver a fijar residencia y trabajo en Madrid.
Referencias: Juan Miguel Campanario, “La aventura política de Albino Lasso Conde, un ingeniero de caminos que fue diputado del Frente Popular y acabó siendo condecorado por Franco”. XI Congreso de Historia Contemporánea; Granada, septiembre 2012 / Isabelo Herreros, “Albino Lasso Conde”, en Educación, Ciencia y Cultura en España. Auge y colapso (1907-1940). Ciudad Real, 2012; Almud, pp. 290-292.