Siglo XVII
Impresor, con taller activo en Cuenca entre 1613 y 1637, salvo un breve periodo en el que se trasladó a Uclés (1623-1624), contratado por los agustinos residentes en el monasterio para los que imprimió varios trabajos de excepcional calidad y belleza tipográfica. No existan referencias sobre su origen o el lugar en que pudo aprender el oficio. Su primer trabajo es suficiente para hacerle ingresar con todos los honores en el catálogo de ciudadanos ilustres, dignos de recordación, pues a sus prensas debemos la primera edición de La Moschea, la inmortal obra del canónigo Villaviciosa, en 1615, obra de excepcional importancia a la que pueden añadirse Historia de las personas ilustres… de la Orden de San Francisco, de Melchor de Huélamo y las Noticias históricas de la conquista de Tierra Firme, de fray Pedro Simón, considerado uno de los mejores trabajos tipográficos llevados a cabo en Cuenca. El taller estaba «en la calle Ancha», esto es, la actual de Andrés de Cabrera y coincidió en el tiempo con el de Salvador de Viader, en el que debemos considerar como un momento especialmente importante para la historia de la imprenta en Cuenca. Su nombre desaparece como impresor en 1627, sustituyéndole el de su hijo Julián. Paloma Alfaro, que ha estudiado con detalle ese periodo de la imprenta en Cuenca, señala que fue el único tipógrafo conquense que empleó el grabado calcográfico en algunas de sus portadas.
Referencias: Paloma Alfaro, La imprenta en Cuenca, 1528-1679. Madrid, 2022; Arco Libros / Fermín Caballero, La imprenta en Cuenca. Cuenca, 1869; Imprenta de El Eco, pp. 41-49]