SEBASTIÁN HERRERO Y ESPINOSA DE LOS MONTEROS
Jerez de la Frontera, 20‑01‑1822 / Valencia, 09‑12‑1903
Sexagésimo tercer obispo de Cuenca (1875-1876). Estudió Filosofía en Cádiz y en Sevilla obtuvo el doctorado en ambos Derechos. En esa etapa practicó la literatura, llegando a publicar poemas y artículos en varios periódicos. Ejerció como abogado y juez en varias localidades andaluzas, pero el conocimiento directo de los efectos del cólera morbo despertaron su vocación religiosa y en 1856, con 34 años, ingresó en la congregación de San Felipe Neri, siendo ordenado sacerdote en 1860 para emprender una trayectoria ciertamente meteórica en el seno de la Iglesia. Rector del seminario de Cádiz, canónigo de la colegiata de Jerez de la Frontera, vicario general del obispado de Cádiz y desde 1868 canónigo arcipreste de la catedral gaditana. Electo obispo de Cuenca el 17 de septiembre de 1875, fue consagrado en Cádiz, el 30 de noviembre del mismo año, por Félix María Arrieta y Llano, OFM, obispo de Cádiz, asistido por Juan Bautista Scandella, obispo titular de Antinoe y Vicario apostólico de Gibraltar y por Vicente Calvo y Valero, obispo de San Sebastián, entrando seguidamente en la diócesis (3 de enero de 1876), a cuyo frente estuvo apenas un año. Fue nombrado obispo de Vitoria el 18 de diciembre de 1876, despidiéndose de sus feligreses conquenses el 3 de enero de 1877, dejando dos mil reales para repartir entre los pobres el próximo día de San Julián. El 22 de marzo de 1882 fue promovido al obispado de Oviedo y al de Córdoba el 15 de marzo de 1883, pasando de aquí al arzobispado de Valencia el 24 de marzo de 1898 a la vez que era designado senador en 1899. El Papa le nombró cardenal el 22 de junio de 1903, con el título de los santos Bonifacio y Alessio, unos meses antes de morir, siendo así el último obispo de Cuenca en recibir el capelo.
Además de su actividad episcopal, el obispo obtuvo cierto renombre como poeta y orador. Palau recoge dos obras suyas: una carta pastoral dirigida al clero y fieles de la diócesis de Córdoba (Córdoba, 1883) y un volumen de Poesías religiosas (Córdoba, 1887 y 1888), pero no hay constancia de que durante su estancia en Cuenca diera ningún otro título a la imprenta.
Referencias: Domingo Muelas Alcocer, Episcopologio Conquense 1858-1997. Cuenca, 2002; Diputación Provincial; pp. 85-119.