N. Cuenca / M. Cuenca 1611
Pintor, hijo de Gonzalo Gómez y nieto de Martín Gómez el Viejo, formado artísticamente en el taller familiar. Su nombre aparece documentado en Cuenca hacia 1578, figurando en varios trabajos junto a su hermano Juan, incluso haciéndose ambos responsables de obras que su padre, Gonzalo Gómez, había dejado sin terminar al fallecer. En 1589, junto con otro pintor, Pedro Muñoz de Aguilar, se hacen cargo del retablo de Campo de Criptana, dentro de un convenio que ambos habían firmado para que “todas las obras que dentro de tres años salieran a cualquiera de nos… en todo el obispado de Cuenca, hayan de ser y sean para entrambos y se hayan de partir e partan de por medio, y cada uno haga su mitad”. Pese a ese compromiso, poco después Pedro Muñoz cedió su parte dejando a Gómez como responsable en solitario del retablo criptanense. Más tarde se trasladó a El Escorial, donde ya se encontraba su hermano Juan y en ese lugar realizó unas pinturas al óleo para la iglesia del monasterio (1598). Sin embargo, su vinculación escurialense fue corta por lo que regresó a Cuenca donde siguió recibiendo encargos de cierta importancia, aunque parece que su intención fundamental era vincularse de manera oficial a la catedral y en ese sentido presentó una petición, sin éxito. A ese periodo corresponden trabajos suyos en las iglesias de Zafra de Záncara, Alcohujate, Fuentes.
Referencias: Pedro Miguel Ibáñez, Los Gómez, una dinastía de pintores del Renacimiento. Cuenca, 1991; EUCLM / Pedro Miguel Ibáñez, Documentos para el estudio de la pintura conquense en el Renacimiento. Cuenca, Diputación Provincial, 1990; pp. 187, 190, 202-206, 319