GIRALDO DE FLUGO

Frisa, Baja Alemania, ¿1512) / Cuenca, 1591

Conocido como “El Viejo”, para distinguirlo de su hijo, “El Joven”, este flamenco de nacimiento se avecindó en Cuenca en 1539, cuando tenía 27 años. Los escasos datos que se conocen de su vida se han podido extraer a través de diversas comparecencias ante el Tribunal de la Inquisición, en procesos a los que fue llamado como testigo. Afincado en la ciudad, entra en el prestigioso taller de Diego de Tiedra y contrae matrimonio con Ana de Gabiola, hija del cantero vizcaíno Pedro de Gabiola. Cerca del convento de San Francisco, esto es, extramuros de la ciudad, tiene su vivienda el matrimonio. Hacia 1547 ya se había independizado y tenía su propio taller algo que, al parecer, no gustó mucho a Tiedra. Camón Aznar atribuye al artista el retablo de la capilla de San Martín, en la catedral, donde sí hizo, según se comprueba documentalmente, la virgen de alabastro que preside el coro y por la que el cabildo pagó 12.222 maravedís en 1578. Antes, en 1558, había hecho la imaginería del retablo que Pedro de Villadiego preparó para la iglesia de Zafra. A su cargo estuvo también el remate final del retablo de Tarancón, obra del mismo Villadiego. Dimas Pérez supone, en relación con esta presencia de Giraldo, que quizá acompañó a Tiedra cuando éste recibió algunos encargos de la iglesia taranconera, lo que pudo posibilitar que se le encomendara el final de la obra. El trabajo más conocido y mejor documentado es el retablo de la capilla de los Apóstoles, en la catedral de Cuenca, contratado por el canónigo García de Villarreal en 1560 y terminado al año siguiente. Flugo es el autor de los dos relieves de la calle central, figurando la Resurrección y la Ascensión, con imágenes de una sorprendente naturalidad. Modernamente también se le atribuye un relieve que representa a Santiago en la batalla de Clavijo, situado en un retablo de la girola.

Retablo de los Apóstoles, en la catedral de Cuenca, obra espléndida del trabajo de Giraldo de Flugo

En 1574 se concertó con el pintor Juan Gómez para hacer una imagen de Nuestra Señora de la Concepción para la villa de Olmeda, por encargo del vecino Yuste de Ortega y en 1585, con el mismo pintor, para hacer una imagen de San Sebastián para la iglesia de Culebras. En 1588, Giraldo y Juan Gómez se comprometieron a hacer una imagen de Nuestra Señora del Rosario para Olmeda de la Cuesta y otra de la misma advocación para Bólliga. En 1593 hace una imagen de San Juan Bautista, que pintará Pedro Muñoz de Aguilar, para la iglesia de La Peraleja y en 1595 ambos artistas se encargan de una imagen de Nuestra Señora del Rosario para Ledaña. Además hay referencias documentales de que hizo un Calvario para un pequeño retablo de Villaescusa de Haro y dos relieves para el retablo plateresco de la iglesia de Villar del Águila, del que solo subsiste una imagen. El resto de referencias documentales aluden a trabajos que se han perdido, con un retablo para Zafra de Záncara (1556) y otros para Monteagudo de las Ssalinas, Hontanillas, Belmontejo y Zaorejas, referencias todas que nos transmiten la imagen de un constante trabajador de imágenes religiosas, probablemente el más activo de ese periodo. Su hijo, Giraldo de Flugo el Joven, continuó la obra de su padre pero a un nivel mucho menos brillante.

Referencias: Pedro Miguel Ibáñez Martínez, Documentos para el estudio de la pintura conquense en el Renacimiento. Cuenca, 1990; pp. 158, 170, 173-174, 178, 183-184, 193-194 / Pedro Miguel Ibáñez Martínez, “El escultor Giraldo de Flugo”. Madrid, 1990; Boletín del Museo e Instituto Camón Aznar, XLII, pp. 101-111 / Dimas Pérez Ramírez, Pedro de Villadiego y el retablo mayor de Tarancón. Tarancón, 1978, p. 32.