GARCÍA PAGE, Nicolás

Ribagorda, 10-09-1771 / Madrid, 06-04-1836

Sacerdote, catedrático y político, que Madoz señala como «célebre diputado a Cortes en 1813 y 1820”. Nacido en el seno de una familia relativamente acomodada, hizo sus primeros estudios en Albalate de las Nogueras, donde aprendió Gramática y Retórica con un maestro local y los continuó en el seminario conciliar de Cuenca, periodo en el que destacó lo suficiente para que al terminar el obispo le encomendara la cátedra de Filosofía en el mismo centro (1797) pasando luego a Madrid para especializarse en Física Experimental y Química. Ordenado sacerdote en 1804, volvió al seminario de Cuenca y se hizo cargo de la parroquia de San Andrés. Parece evidente deducir (aunque no hay datos fehacientes) que había alcanzado un cierto nivel de prestigio social puesto que al comenzar la guerra de la Independencia, fue elegido candidato por Cuenca para participar en las sesiones de las Cortes de Cádiz, incorporándose a esta asamblea el 5 de octubre de 1813, quedando integrado en la comisión de Instrucción Pública, en la que fue nombrado secretario y en la que se mostró muy activo, exigiendo que se llevara a cabo un plan para regular la enseñanza pública, novedad hasta entontes inexistente, a pesar de los variados intentos que ya se habían hecho. Participó igualmente de manera muy activa en otras discusiones parlamentarias, presentando propuestas  como la de que se procediera de inmediato el abono de subsidios a las viudas de guerra o que se fijase la obligación de que los sacerdotes residieran en sus parroquias y no en viviendas personales alejadas de su iglesia. Igualmente novedosa y avanzada fue la propuesta de que en las monedas de curso legal, además de la leyenda alusiva al rey “por la gracia de Dios”, se añadiera también “y de la Constitución”.

Al terminar la situación bélica, continuó ocupando un escaño parlamentario desde el que mostró una firme oposición a la tendencia absolutista impuesta por Fernando VII, firmando, con el grupo de los 69 persas, el manifiesto que pretendía obstaculizar las intenciones del monarca, lo que llevó consigo su detención y traslado a la cárcel en Madrid (1814), de donde salió para cumplir la pena de confinamiento durante seis años en el convento de La Salceda, en la Alcarria. Pasado este trance pudo volver a Cuenca para ser elegido nuevamente diputado en 1821, recibiendo los doce votos de los doce electores; nuevamente se mostró como un activo parlamentario, con participación en debates sobre instrucción pública, reforma del clero regular, legislación de imprenta, etc, llegando a ser secretario del Congreso, distinción a la que se añadió una canonjía en el cabildo catedralicio de Cuenca. Víctima una vez más de los enfrentamientos partidistas que enturbiaron el reinado de Fernando VII, tuvo que huir para buscar refugio, primero en Francia (1824) y luego en Inglaterra (1828), lugar en el que permaneció ocho años hasta que a la muerte del rey pudo volver a España (1834). Rehabilitado, le concedieron el puesto de abad de Santa Leocadia, en el seno del cabildo catedral de Toledo y director del Hospital General de Madrid, que reorganizó por completo. En el tramo final de su vida participó en varias comisiones técnicas promovidas para intentar modernizar las estructuras de diversos organismos públicos, entre ellas la comisión para el arreglo y reducción de los conventos de monjas de Madrid. En 1836 fue elegido miembro de la Real Academia de Ciencias Eclesiásticas de San Isidro. Fue enterrado en el cementerio madrileño de San Nicolás..

En un folleto anónimo de la época, cargado de ironía y socarronería descriptiva, se dice de él: “Clérigo franco, clarito, valiente y despreocupado. Hiere bien las dificultades; no gusta de echarse a dormir a humo de pajas y siempre se tira al grano, a la sustancia, al trigo, al garbanzo. Si le irritan, llega a ser clemente y donde da, levanta chichones”. Los analistas políticos de la época lo califican de “liberal exaltado”.

Referencias: José María Álvarez Martínez del Peral, “Conquenses Ilustres”. El Día de Cuenca, 11-08-1928 / Manuel Amores Torrijos, Un cura liberal conquense en las Cortes de Cádiz (don Nicolás García Page); Cuenca, 2005, Alfonsipolis.