GARCÍA LÓPEZ, Segundo

Cuenca, 06-10-1929 / Alicante, 10-09-2014

Profesor de dibujo conocido artísticamente como Tete Manzanet, presentó una primera exposición en tiempos juveniles, dedicándose luego a la enseñanza mientras seguía pintando, pero sin mostrar su obra en forma pública. La tendencia pictórica se le despertó muy pronto, en su ciudad natal, y procuró completarla durante una estancia en Madrid en que intentó aprender los secretos de las artes, incluyendo el cine, como alumno de la Facultad de Bellar Artes. A continuación, ya titulado, se trasladó a Alicante para ejercer la docencia, como catedrático de Dibujo en institutos y a la vez ejerció puestos directivos como director del instituto femenino de Alicante y luego del “Miguel Hernández”, también en la capital levantina. Además, fue director del Centro Superior de Arte y Comunicación Visual y de la Colección de Arte Siglo XX del Museo La Asegurada; la Real Academia Conquense de Artes y Letras le nombró correspondiente en Alicante. Durante ese periodo, además de estar dedicado intensamente a la docencia fue un activo promotor de iniciativas culturales de todo tipo, llegando a ser una de las más destacadas figuras de los círculos artísticos de la ciudad alicantina, donde obtuvo un considerable respeto personal y el calificativo de “pintor sin curriculum artístico”. Así fue hasta que en 2003, cuando tenía a73 años, según propia confesión “decidió reorientar su vida” para entrar, con todas las consecuencias, en ese mundo del que había estado alejado y así presentó su primera exposición en Alicante, en 2007, como si fuera un joven primerizo en asuntos pictóricos o, como se escribió en aquel momento, “con el pudor del que comienza pero con la libertad del que no espera ni necesita nada”. En una entrevista con Cristina Martínez para el diario Información lo explicó: “De repente, comencé a obsesionarme cada vez que iba a Cuenca. Entonces me llevé un caballete. Y empecé a trazar líneas. Me temblaba la mano. Me di cuenta de que era como una pasión, como un amor que tienes, al que no haces mucho caso pero al que siempre vuelves”. Y empezó a pintar frenéticamente y, lo que es más sorprendente, a exponer en público sus trabajos, algo que no había hecho hasta entonces. El resultado de ese trabajo, tan ilusionado quedó de relieve en Cuenca, en el otoño de 2008, con una excelente exposición realizada en el Centro Cultural Aguirre, en la que el artista muestra en alguna medida las dubitaciones del primerizo pero arropadas por la firmeza de quien es ya, en verdad, un veterano en la expresión pictórica. Fue una oferta de naturaleza figurativa apoyada en el eco de las figuras que forman el catálogo de sus influencias: Piero Della Francesca, Mantenga, Filippo Lippi, Holbein, Verrocchio, Vermeer, Tintoretto, es decir, una época tan clásica como revolucionaria como apertura hacia la modernidad. Tres años más tarde, en 2011, presentó una nueva exposición, ciertamente espectacular, en Alicante. Académico correspondiente de la Real Academia Conquense de Artes y Letras, la institución le rindió un homenaje de recuerdo el día 29 de noviembre, tras su fallecimiento, acto al que asistieron sus hijos y otros miembros de la familia.

Con independencia de su actividad docente y pictórica, militó en partidos de izquierda durante la clandestinidad franquista y participó activamente en la refundación del PSOE en Alicante a partir de 1967, de cuya agrupación local fue elegido presidente en 1977, si bien nunca obtuvo ni buscó cargo alguno al amparo del partido.