GARCÍA DE GALARZA, Pedro

Bonilla, 1538 / Coria, Cáceres, 06-05-1604

Obispo de Coria-Cáceres. Estudió Artes en Alcalá de Henares, y teología y cánones en el colegio de San Antonio de Portaceli en Sigüenza y luego en el de san Bartolomé, en Salamanca (1562). Catedrático por breve tiempo en esta última universidad, consiguió el puesto de canónigo magistral en la catedral de Murcia (1567), de donde fue promovido a obispo de Coria el 24 de octubre de 1578, ciudad en la que fundó un convento de monjas y luego un seminario en Cáceres. Dotado de una profunda formación humanística, ilustrado a la vez que sensible ante las artes, le correspondió aplicar en su diócesis los postulados del concilio de Trento, tarea en la que encontró alguna oposición por parte de las órdenes religiosas. En efecto, tuvo que lidiar con el duque de Alba, que ejercía el patronato en una de ellas y con el que consiguió firmar una concordia; logró también acuerdos con el polémico enclave religioso-militar de la Orden de Alcántara, que señoreaba el partido del mismo nombre; y aplicó severos esfuerzos para limitar las actividades mundanas de varios beaterios de su diócesis, estableciendo la clausura para las monjas implicadas, y ello a pesar de la fuerte resistencia que encontró en estos recintos. También consiguió controlar al cabildo catedralicio promulgando los Estatutos capitulares que estuvieron en vigor hasta el siglo XIX. Para ejecutar aquellas disposiciones convocó dos sínodos diocesanos, el de 1594 en Cáceres y dos años después en Coria. Amigo personal de Felipe II, colaboró con el monarca en diversas gestiones diplomáticas especialmente vinculadas con el reino de Portugal, por entonces incorporado a la corona española; de hecho, el rey se alojó en casa del obispo en 1583 cuando volvía de ser coronado en Lisboa. Galarza fue el promotor de las obras de reforma y ampliación del palacio episcopal cacereño, en cuya fachada queda constancia con su escudo heráldico y la leyenda “Don García de Galarza, obispo de Coria, 1587”. Pero su iniciativa más importante fue la de construir el seminario diocesano en Cáceres, siguiendo las instrucciones del concilio, obra emprendida en 1603 y que encontró una firme oposición en el cabildo catedralicio de Coria que, con toda lógica, pretendía que la nueva institución se edificase allí. Fue enterrado en la catedral de su diócesis, en una capilla que contiene un magnífico mausoleo renacentista en el que se encuentra una estatua de mármol en actitud orante. La obra se encuentra ahora parcialmente oculta porque más tarde se hizo un nuevo retablo mayor que impide su diáfana contemplación. Se cuenta que también construyó un convento de monjas en su pueblo natal, pero no llegó a ser utilizado y derivó en ruina.

Mausoleo del obispo Galarza en la catedral de Cáceres

Publicó dos obras de carácter religioso: Evangelicarum Institutionum libri octo (Madrid, 1579) y De clausura monialium controversia (Salamanca, 1589), además de otras que quedaron en manuscrito. El escudo del obispo García de Galarza tallado en piedra puede contemplarse en la subida a la parte alta de Cuenca, en la pared frontera de la Escalinata de la Madre de Dios.

Fotografía: Escudo del obispo García de Galarza en la escalinata de la Madre de Dios, en Cuenca.

Bibliografía: José María Álvarez Martínez del Peral, “Conquenses ilustres”. El Día de Cuenca, 29-05-1927 / Mateo López, Memorias históricas de Cuenca y su obispado. Edición de Ángel González Palencia. II) Cuenca, 1954, «. 190-191 / Julián Zarco Cuevas, Relaciones de Pueblos del Obispado de Cuenca. Cuenca, 1927. Imprenta del Seminario, II, p. 270