FONSECA, Alonso de

ALONSO ULLOA DE FONSECA QUIJADA

Toro, Zamora, 1422 / Santa María de Párraces, Segovia, diciembre 1505

Trigésimo segundo obispo de Cuenca entre 1486 y 1493, desempeñó un importante papel, tanto político como militar, durante aquellos apasionantes años. Miembro de una familia de hidalgos procedente de Portugal, estaba emparentado con los famosos Alonso de Fonseca, arzobispo de Santiago y también Alonso de Fonseca, arzobispo de Sevilla, que le animaron a seguir la carrera eclesiástica. Señor de Villanueva de Cañedo, fue prior del monasterio de San Román de Hornija, en Toro, doctor en Decretos y canónigo de la catedral de Sevilla, antes de empezar a escalar posiciones en la corte, como capellán del rey Juan II, continuando luego su relación con la jerarquía del Estado, a través de muy profundas vinculaciones con los Reyes Católicos, cuya causa asumió de manera inmediata y beligerante, llegando a participar en la batalla de Toro, donde fue uno de los capitanes de las tropas realistas (1476), en el conflicto dinástico suscitado a la muerte de Enrique IV. Por estas acciones fue recompensando con los cargos de oidor y consejero real. Obispo de Ávila (1480) tomó parte activa en la guerra contra Portugal que habría de concluir con la victoria de las tropas castellanas. El premio por su colaboración fue el rico obispado de Cuenca, por nombramiento del papa Inocencio VIII el 26 de agosto de 1485, tomando posesión a comienzo del año siguiente. Aunque no fue un residente habitual en su diócesis, ocupado como estaba en atender otras cuestiones políticas, sí estuvo muy pendiente de los acontecimientos internos del obispado mediante una activa correspondencia con el deán del cabildo catedralicio; en Cuenca edificó un hospital y reconstruyó el convento de San Francisco, orden que, a partir de ese momento, desempeñará un importante papel en la vida de la ciudad, llegando su nombre hasta nuestros días, a pesar de que hace ya tiempo que desapareció el edificio, situado en el Campo de San Francisco. Desde Cuenca, el obispo Fonseca fue trasladado al obispado de Osma (1493), continuando con su actividad cortesana al servicio de los monarcas. En esa catedral financió las verjas del coro y de la capilla mayor, además de levantar la torre, contribuyendo además de mejorar las murallas de la villa. Fue sepultado en la capilla mayor de la colegiata de Toro, su ciudad natal en la que había promovido la edificación de un hospital y la reconstrucción del convento de San Francisco. Reconstruyó el castillo de su señorío, Villanueva de Cañedo (actual término de Topas, en Salamanca), que utilizó como su residencia habitual junto con su amante, Teresa de las Cuevas, con la que tuvo cuatro hijos; la fuerza de esta unión amatoria fue tal que el castillo se sigue conociendo hoy como Castillo del Buen Amor. Favoreció especialmente al mayor de sus hijos, Gutierre, para el que dotó un mayorazgo formado por un rico patrimonio de tierras y lugares. Durante sus episcopados redactó y publicó diversas obras de régimen interno: Estatutos para el régimen y gobierno del cabildo de Ávila (1480), Libro sinodial de Ávila (1481), Estatutos sobre residencia añal y división de rentas de vestuarios para el cabildo de Cuenca (1487), Mandato sobre observancia de estatutos relativos a palabras contumeliosas (1488), Estatutos sobre el servicio del altar y gobierno del coro de la catedral de Cuenca (1491).

Referencias: Jorge Díaz Fernández, Iglesia, sociedad y poder en Castilla: el obispado de Cuenca en la Edad Media (siglos XIIXV). Cuenca, 2003; Diputación Provincial / A. Franco Sival, “Don Alfonso de Fonseca. Un obispo obstinado en crear un patrimonio para su hijo natural”.En El condado de Oropesa y otros estudios de Historia Medieval, pp. 565-631. Jaén, 2010, Publicaciones de la Universidad de Jaén / Mateo López, Memorias históricas de Cuenca y su obispado. Edición de Ángel González Palencia. I) Cuenca, 1949, p. 233 / Trifón Muñoz y Soliva, Noticias de todos los señores obispos que han regido la diócesis de Cuenca. Cuenca,1860; pp. 165-166