FLÓREZ-OSORIO, José

JOSÉ ANTONIO FLÓREZ-OSORIO Y VELASCO

Ponferrada, León marzo 1674 / Cuenca 26‑11‑1759

Quincuagésimotercer obispo de Cuenca (1737-1759). Estudió leyes canónicas en Valladolid, al amparo de su tío Diego de la Cueva y Aldana, obispo de esa diócesis, en la que empezó a ejercer como provisor y vicario general, de su familiar. Antes, en 1707 había sido colegial en el mayor de San Salvador de Oviedo, en Salamanca y poco después obtuvo por oposición la canonjía doctoral de Valladolid. En 1711 empezó a regentar las cátedras de Leyes y Cánones en la misma universidad y en 1725 la de Prima. En 1727 fue designado obispo de Orihuela y diez años después pasó al de Cuenca, tomando posesión el 22 de abril de 1738 por medio del arcediano Manuel Merelo para entrar oficialmente en la diócesis el 11 de mayo. Sin embargo, apenas unos meses más tarde, el 11 de octubre, envió un memorial al rey Felipe V pidiendo licencia para renunciar al obispado de Cuenca, a lo que el monarca “le respondió no se lo permitía por lo satisfecho que estaba de su gobierno y conducta”,según la cita de Mateo López que no explica cuales pudieron ser los motivos para que el obispo estuviera ya cansado de su cargo. A partir de ese momento, Flórez Osorio se dedicó con singular entusiasmo a las tareas episcopales, poniendo en juego un espíritu emprendedor, que se manifestó sobre todo en el impulso a las obras arquitectónicas relacionadas con la diócesis y en especial en la capital. Empresa tanto más destacada si tenemos en cuenta la crisis sufrida durante un largo periodo anterior, primero por el hundimiento de la economía local y luego por los efectos de la guerra de Sucesión. Durante los 21 años que estuvo al frente de la diócesis, promovió en la catedral la reforma de la Capilla Mayor, encargando a Ventura Rodríguez el diseño del Transparente, así como la Capilla de San Julián; también fue idea suya (ciertamente, poco afortunada) la construcción del trascoro y completó su intervención en el primer templo conquense con la aportación de varias rejas y frontales de plata. Ordenó y financió la construcción del Seminario conciliar de San Julián y la restauración de las iglesias de San Gil, Santa Cruz, San Miguel, San Pedro y Santo Domingo de Silos. Durante su mandato, los mercedarios llevaron a cabo la reforma de su antiguo convento, en la Plaza de la Merced, para dejarlo tal y como lo vemos hoy. Mateo López se maravilla de cómo pudo soportar tantas limosnas y gastos como llevó a cabo y señala: «En fín, fue un obispo exemplar, perspicaz y diestro en el gobierno; prudente, caritativo y justificado; muy moderado en los gastos de su persona, casa y familia, lo que proporcionó poder remediar y socorrer tantas necesidades». Otorgó testamento el 7 de octubre de 1741, nombrando como heredero de sus bienes al seminario y fue sepultado en medio del coro de la catedral. Durante su episcopado dictó unas Constituciones para la diócesis, impresas en Valencia en 1746.

Referencias: José Luis Barrio Moya, “El leonés don José Flórez Osorio, obispo de Cuenca durante los reinados de Felipe V y Fernando VI”. León, 1989; Tierras de León, num. 75 / Mateo López, Memorias históricas de Cuenca y su obispado. Edición de Ángel González Palencia. I) Cuenca, 1949, p. 256 / Trifón Muñoz y Soliva, Noticias de todos los señores obispos que han regido la diócesis de Cuenca. Cuenca,1860; pp. 347-349