FANJUL GOÑI, Joaquín

Vitoria 30-05-1880 / Madrid 17-08-1936

Militar y político, vinculado a Cuenca. Hijo de militar, pronto decidió continuar la tradición familiar. El 30 de junio de 1896 ingresó en la Academia de Infantería, tras superar las correspondientes pruebas. Al año siguiente alcanzó el grado de segundo teniente, con el número 1 de su promoción. Tras un corto periodo en Melilla, ingresó en la Escuela Superior de Guerra y, terminados los cursos y prácticas, fue promovido a capitán de Estado Mayor (1905). Pronto consigue sus primeras condecoraciones, tanto por méritos militares como por haber escrito el libro Sociología Militar, misión social del Ejército (1906). Vuelve a Melilla (1909) ahora para participar en operaciones militares (combate de Tautit, combate de Texdirt, marcha sobre Nador, combate de Zoco el Jemis), logrando el grado de comandante por méritos de guerra (1910). Un breve periodo como profesor en la Escuela Superior de Guerra le sirve de descanso antes de volver al Norte de África, donde sigue participando en operaciones militares, como la muy destacada de ocupación del monte Arruit (1912) además de alguna herida de guerra, que culminan con la obtención de nuevas cruces y medallas. Asciende a teniente coronel (1915) y es nombrado segundo jefe del Estado Mayor del Ejército de España en África (1917), dedicación que compagina con los estudios de Derecho, hasta obtener la licenciatura a la vez que recibe nombramientos de responsabilidad en la Alta Comisaría de España en Marruecos y a continuación, como ayudante de campo del teniente general Francisco Fernández Llano, segundo jefe del Estado Mayor Central (1918) se traslada a Madrid y siente la tentación de la política, poniendo su atención en la provincia de Cuenca, en la que su figura de joven y brillante militar, de tendencias conservadoras, encontró pronto arraigo. Diputado a Cortes por Cuenca (1919, 1921 y 1923) a través del partido de Antonio Maura, mostró en todo momento una actitud que parecía aventurar aires renovadores, dentro de una estructura de conservadurismo clásico, con tendencias y simpatías hacia el agrarismo.

En esa etapa parlamentaria participa activamente en las discusiones sobre el papel que debería corresponder a España en el Norte de África, cuya presencia defendió siempre, al considerar necesaria la intervención de las potencias occidentales en ese conflictivo territorio, como para garantía para el desarrollo de las actividades comerciales que todos ellos estaban desarrollando. Con la dictadura de Primo de Rivera regresa a la vida militar activa y asciende a coronel (1924). Regresa a Melilla para participar, como jefe de la 3ª sección del Estado Mayor, en las nuevas y desdichadas operaciones militares que ensangrientan el Norte de África español: retirada de Xauen, operaciones de Beni-Madán, liberación de Cudia-Tajar, desastre de Alhucemas, hasta alcanzar el puesto de Jefe del Estado Mayor de la comandanca militar de Ceuta (1925) que culmina con el ascenso a general de Brigada (1926), con el que regresa a la península. La proclamación de la República y la agitación política que se vive en el país reactivan su antiguo interés por la política, a la que retorna con un renovado interés por impulsar la movilización ideológica de los sectores conservadores. Consigue acta de diputado por Cuenca durante la República (1931 y 1933), bajo la etiqueta de agrario independiente y dentro del sector de las minorías, formando así del grupo beligerante contra las tendencias que van marcando una línea de renovación ideológica que afecta también a la eliminación de la influencia religiosa en la vida nacional. En esa situación cada vez más crispada, Fanjul cambia de alineación y pasa a formar parte de la CEDA, el partido demócrata-cristiano promovido por Gil-Robles pero a comienzos de 1934 renuncia al acta de diputado al discrepar de la creciente tendencia del sector agrarista de acomodarse a la estructura republicana, de la que disentía el general, monárquico convencido. El Ejército le mantiene sin destino, hasta que se le nombra jefe de la División de Burgos (1934) y en mayo de 1935, subsecretario de Guerra, siendo ministro Gil Robles. A pesar de ese retorno a la jerarquía militar, mantuvo su vocación política, como demostró en el banquete que se le ofreció en Cuenca el 15 de julio de 1935, presuntamente para celebrar su ascenso a general, pero que en realidad fue un acto de afirmación nacionalista en el que proclamó abiertamente su compromiso en defender los intereses provinciales pero también estar dispuesto “para salvar a España dentro del régimen”. A comienzos de 1936 se encuentra desetinado en Canarias, pero cuando se produce la convocatoria de elecciones para el mes de febrero Fanjul decide participar nuevamente en ellas y lo hace anunciando a sus simpatizantes que lo hace para formar un “frente nacional para salvar a España y lo hace integrándose como independiente en una lista conservadora que obtiene claramente el triunfo en Cuenca, con Fanjul en tercer lugar (53.277 votos) detrás de Antonio Goicoechea y Manuel Casanova, pero como las elecciones fueron anuladas no se pudieron formalizar estas actas. .

Mientras que el general Franco era enviado a hacerse cargo de la jefatura del Ejército en Canarias, Fanjul permaneció en Madrid, según todos los indicios claramente comprometido con los preparativos que amplios sectores militares y políticos estaban tramando para ocupar el poder. Se conoce su asistencia a una importante reunión de generales, celebrada el 8 de marzo, en la que los asistentes no ocultaron un creciente malestar hacia la deriva política que estaba llevando a cabo el gobierno de izquierdas, pero sin que aún tuvieran claro que debería producirse un golpe militar ante la indecisión que algunos de ellos mostraron hacia este tipo de solución. Sin embargo, y como es sabido, finalmente las cosas se precipitaron y el 17 de julio Franco inició el levantamiento militar, que encontró un rápido apoyo en gran cantidad de provincias. El día 19, Fanjul se presenta en el Cuartel de la Montaña reclamando el mando para dirigir el levantamiento en la capital de España y prepara el bando dirigido a la población declarando el estado de guerra, mientras esperaba la llegada de nuevas fuerzas que habrían de sumarse a su rebelión, pero lejos de tal cosa, se produjo la reacción contraria, acompañada de nutrido fuego de artillería que le obligó a rendirse en la mañana del día 20.  La intentona fracasa de inmediato; herido por metralla es conducido a la Cárcel Modelo donde un juicio sumarísimo concluye en la condena a la pena capital. Fue fusilado en la madrugada del 17 de agosto, en el patio de la Cárcel Modelo.

Referencias: Maximiliano García Venero, El general Fanjul. Madrid en el Alzamiento Nacional. Madrid, 398 / Ángel Luis López Villaverde, Cuenca durante la II República. Cuenca, 1989; Diputación Provincial/Universidad de Castilla-La Mancha / José Manuel Martínez Bande, Los años críticos. República, conspiración, revolución y Alzamiento. Madrid, 2003; Encuentro / S.G. Payne, Los militares y la política en la España contemporánea. Madrid, Sarpe, 1986 /