CUENCA Y CARRIZO, Juan de

Puebla de Almenara, ¿1542? / Cádiz, 03-09-1622

Con el nombre escueto de Juan de Cuenca se conoce a un notable personaje del siglo XVII, probablemente menos estudiado de lo que su personalidad merece, capellán del rey Felipe II y obispo de Cádiz. Es historia comúnmente aceptada que nació en medio de una era, porque sus pobres padres, pasajeros por estos lugares manchegos, no tuvieron dinero para pagar una posada, pero semejante versión tiene todos los ingredientes necesarios para ser considerada una leyenda sin fundamento real. Al contrario, es más lógico suponer que procedía de familia acomodada, al servicio de los señores de Almenara, lo que explicaría que pudiera estudiar y progresar socialmente. Desde pequeño mostró una clara afición al estudio y la lectura, lo que propició su ingreso en el monasterio de Uclés, de donde pasó a la Universidad de Salamanca, para obtener el grado de licenciado en Sagrada Teología y ocupar el puesto de  rector del Colegio del Rey. Obtenido el orden sacerdotal, actuó al servicio de la Inquisición como calificador encargado de la censura de libros y proposiciones dogmáticas. Capellán de honor del rey Felipe III, miembro de su Consejo y obispo de Cádiz, mitra de la que tomó posesión el 17 de abril de 1613 y en la que permaneció hasta su muerte.

En su pueblo natal fundó en 1619 el hospital de San Juan Bautista para pobres y ancianos, gestionado por un patronato al que dotó de los bienes necesarios para desarrollar su labor, una parte en metálico y otra en tierras situadas en el término de Puebla de Almenara y en el de Villarejo de Fuentes, institución benéfica a la que asignó también los gastos de un maestro que enseñara a los niños de la villa a leer y escribir. El hospital se encontraba en el espacio que hoy ocupa la piscina municipal. Dotó también dos capellanías en la iglesia parroquial, en la que levantó una capilla para enterramiento de su familia, situada a la derecha (lado de la Epístola) del templo y en la que efectivamente se encuentran enterrados los padres del obispo y él mismo, cuya estatua de alabastro figura en una hornacina en actitud orante; el prelado aparece revestido de pontifical, con capa, mitra, pectoral y anillo, de rodillas sobre un almohadón y con las manos juntas. La inscripción situada en la parte frontal dice: “Hic iacet sepultus benerais D. Joanes D Cuenca cadicensis episcopus vere pater pauperum. Ano de MDCXXIX”, esto es, “Aquí yace sepultado el venerable Don Juan de Cuenca, obispo de Cádiz, verdaderamente padre de los pobres. Año de 1629”.  Debió ser un hombre culto, a juzgar por el contenido de su biblioteca, que ha sido estudiado por Manuel Marcos Aldón en un trabajo monográfico en el que destaca tanto su extenso contenido como la calidad del conjunto, de considerable importancia y que manifiesta los usos de lectura del clero ilustrado a principios del siglo XVII. El obispo gozó siempre de gama de persona humilde y caritativa, dejando sus bienes en herencia a los pobres de su pueblo y familiares. La casa natal del obispo Juan de Cuenca, una magnífica y severa casona de estilo tradicional manchego, se conserva en la actual calle Nueva de Puebla de Almenara.

Sepulcro del obispo Juan de Cuenca en la iglesia de Puebla de Almenara

Referencias: José María Álvarez Martínez del Peral, “Conquenses Ilustres”. El Día de Cuenca,25-04-1928 / Mateo López, Memorias históricas de Cuenca y su obispado. Edición de Ángel González Palencia. II) Cuenca, 1954, p. 157 / Manuel Marcos Aldón, “La biblioteca de D. Juan de Cuenca, obispo gaditano del siglo XVII”. Córdoba, 2002; Revista de Historia Moderna / Julián Zarco Cuevas, Relaciones de Pueblos del Obispado de Cuenca. Cuenca, 1927. Imprenta del Seminario, II, p. 268.