CUENCA, BARDEM Y SU CALLE MAYOR

Pepe Alfaro y Pablo Pérez Rubio, coordinadores

Cuenca, 2017. Cineclub Chaplin, 133 pp

En 1956, Juan Antonio Bardem asentó sus tropas cinematográficas en Cuenca para que el escenario urbano de esta ciudad sirviera de apoyo visual (compartido con Palencia) para armar el relato de uno de los pilares del cine español, Calle Mayor, cuyo contenido trasciende del mero relato argumental ideado por Sinclair Lewis, para transformar en un retrato amargo, profundo, incluso cruel, de la España del franquismo, donde se consagró el perfil del provincianismo atrapado entre la incultura y la religión. Al cumplirse sesenta años de aquel acontecimiento, marcado a fuego en el indeleble recuerdo colectivo de esta ciudad, el Cineclub Chaplin ha querido recuperar el suceso recreándolo en una exposición que recoge carteles, fotografías (del rodaje y de la película), libros y material hemerográfico, además de un coloquio y la propia proyección del film, complementado con el vídeo de una entrevista hecha a Bardem en la Posada de San José.

      En los primeros días de ese año 1956, Bardem había empezado ya el rodaje de la película, en Palencia, que estaba siendo protagonizada por la actriz americana Betsy Blair (a la que había conocido y convencido en Cannes) y el español José Suárez, uno de los galanes emblemáticos de la época. El 12 de febrero, el cineasta fue detenido por la policía político-social acusado de formar parte de grupos antifranquistas pasando directamente a una celda en la que estuvo recluido un par de semanas. Cuando sale, tanto él como los productores deciden cambiar de escenario y eligen Cuenca y Logroño para rodar las siguientes escenas; de la ciudad conquense son escenas tan emblemáticas como las de la estación del ferrocarril, la plaza de Santo Domingo o la ribera del Huécar, mientras que la riojana aporta los bellísimos soportales.

            Como dicen los coordinadores de este libro, “el tiempo ha pasado de forma devastadora sobre no pocas películas realizadas en los años más duros de aquel régimen ominoso. Sin embargo, el alcance y la pertinencia de Calle Mayor siguen intactos, si no han mejorado con el transcurso de estos seis decenios. No es, obviamente, un caso único, pero sí uno de los más misteriosos. ¿Qué tiene este film singular que lo hace imperecedero, que lo hace seguir suscitando tanta emoción? Desentrañar algunas de esas razones es el cometido de este libro” y ello se hace a través de los textos firmados por Juan A. Ríos Carratalá (“Calle Mayor, de Juan A. Bardem y la imagen de Cuenca), Antonio Santamaría (“De conflictos, oposiciones y contrastes”), Pablo Pérez Rubio (“Drama provinciano, melodrama del deseo”), Pepe Alfaro (“Bardem no regresó a la Calle Mayor”) y Antonio Lázaro (“Viajando con Bardem”).

            A estas citas es imprescindible añadir una mención al impresionante aparato fotográfico que acompaña a las palabras, y en el que se incluye un amplio reportaje de lo que fue el rodaje de aquella película en las calles de Cuenca, lo que convierte a este libro, aparte su valor intrínseco, en un valiosísimo documento que, desde su referencia concreta trasciende para ofrecer un lúcido conocimiento de esta ciudad, no solo en su epidermis física sino como introducción en los trasfondos de su alma provinciana y conservadora.