CRESPO CEBRIÁN, Manuel

Minglanilla, 30-07-1793 / Minglanilla, 06-08-1868

Militar. Tras estudiar en el colegio de los escolapios en Almodóvar del Pinar, a los 17 años (1810) ingresó en el Ejército como soldado del arma de Caballería y murió como teniente general tres veces laureado. Inició su actividad bélica en la guerra de la Independencia, participando en el cerco de Valencia, la batalla de Uldecona, los combates por Pamplona y Sorauren y la persecución final del ejército francés hasta arrojarlo más allá de nuestras fronteras. Cadete al empezar la guerra, cuando termina el conflicto, ostenta ya el grado de teniente, tras haber sido hecho tres veces prisionero por los franceses y acertar a huir en todas ellas. Es destinado a Cádiz y en 1815 pasó a defender los intereses de la metrópoli en la América que se levantaba en armas, participando en diversas acciones, en especial la batalla de Carabobo (1821), de la que pudo salir indemne junto con su batallón, ganando así su primera laureada, a pesar de que aquellas campañas estuvieron marcadas por la desgracia que habían de culminar con la derrota definitiva y el final del imperio, volviendo a España para ejercer de gobernador militar de El Ferrol durante un corto periodo, porque nuevamente fue enviado a América como gobernador general de la isla de Cuba (1826), permaneciendo allí diez años. Regresó a España a tiempo de participar en las disputas civiles surgidas a la muerte de Fernando VII, circunstancia que le proporcionó el segundo entorchado de honores por la pacificación de Extremadura y aún hubo que unir la tercera laureada, en la siguiente guerra carlista, por su comportamiento en el asalto al castillo de Aliaga. Hay en esa etapa unos tiempos oscuros que hasta ahora no han sido debidamente explicados: en julio de 1845 fue encarcelado en Madrid durante tres meses y en 1848 fue desterrado a las Baleares durante casi un año, probablemente, en un caso y en otro, por motivos políticos, que habría que interpretar en función de los sucesos de esos años. Superados estos trances, a continuación fue nombrado gobernador político-militar de Cartagena, ya con el grado de mariscal. En 1841 fue destinado a Filipinas, como segundo cabo, pasando a Cuba en 1854 como capitán general del archipiélago. Entre una y otra actividad militar ejerció la política, como diputado a Cortes por la provincia de Cuenca entre 1846 y 1850 y luego como senador vitalicio por nombramiento directo de la corona, a partir de 1867.

Referencias: José María Álvarez Martínez del Peral, “Conquenses ilustres”. El Día de Cuenca, 26-03-1927 / Trifón Muñoz y Soliva, Historia de la M. L.e I. Ciudad de Cuenca, y del territorio de su provincia y obispado. Cuenca, 1867,  II., pp.969-970 / José Torres Mena, Noticias Conquenses. Madrid, 1878; Imprenta Revista de Legislación, pp. 703-704