CONVENTO DE UCLÉS

EL CONVENTO Y LA VILLA DE UCLÉS Y EL ARQUITECTO ANDRÉS DE VANDELVIRA (1530)

Pedro Andrés Porras Arboledas

Cuenca, 2017. Diputación Provincial de Cuenca, 200 pp.

      Sin necesidad de llevar a cabo especiales recuentos o búsquedas bibliográficas, simplemente a ojos de buen cubero es fácil asegurar que el monasterio de Uclés es el tema preferido, al menos en cuanto a número de publicaciones, del repertorio de libros relativo a cuestiones de la provincia de Cuenca. Son incontables los trabajos publicados, añadiendo a ellos los numerosos artículos del más variado carácter y objetivos que hacen referencia al histórico, a la vez que bellísimo, monumento radicado sobre un leve montículo desde el que se domina la villa a la vez que sirve para que el propio edificio pueda ser contemplado, airosamente, desde considerable distancia.

       A ese largo listado de publicaciones se añade ahora otra que, sin embargo, no es estrictamente una más, sino que ofrece dos notables variedades incluidas en el título para que nadie se llame a engaño. La primera hace referencia a la propia villa de Uclés, no siempre abordada con carácter de protagonismo, más bien al contrario: suele quedar un tanto desdibujada a la sombra de los textos, como si el pequeño pueblo situado a los pies del monasterio no tuviera nada que ver con él; la segunda es igualmente digna de atención, porque alude al arquitecto Andrés de Vandelvira, uno de los grandes nombres del Renacimiento español, bien conocido sobre todo por sus destacados trabajos en la ciudad andaluza de Úbeda, pero menos por su también singular aportación a la provincia de Cuenca, donde trabajó en sus inicios, tanto en Uclés como en la capital provincial.

       Pedro Andrés Porras Arboledas es catedrático de Historia del Derecho en la Universidad de Madrid. No es, por tanto, un experto en la temática histórico-artística que asume en su obra, lo cual, como es obvio, no ofrece ningún problema a la hora de valorarla. Al contrario, apreciamos, de entrada, la claridad de la exposición, la seguridad en los juicios, el acierto en el manejo de los datos, para dar como resultado un libro de absoluta coherencia expositiva, que sigue una línea recta bien marcada, en la que no se producen distracciones que puedan apartar al autor del objetivo propuesto.

       Andrés de Vandelvira llegó a Uclés a mediados de marzo de 1530, como maestro de cantería para trabajar en las obras del convento que entonces se iniciaban, a las órdenes de su suegro, el arquitecto Francisco de Luna. Encontraba como lugar de residencia una villa aparentemente pequeña pero de notable importancia como sede administrativa y militar de la Orden de Santiago, que ejercía desde aquí el control de un amplísimo territorio que se extendía por gran parte de la Mancha occidental. Un lugar entonces sometido a graves tensiones internas, con una serie de conflictos encadenados cuyas consecuencias se transmitían al entorno circundante, tanto la villa como las obras del monasterio a las que se dedicaba el joven Vandelvira.

      A lo largo de estas 200 páginas de apretado texto y sobria documentación podemos seguir los pasos de aquellos sucesos que marcan el devenir de la llegada del arquitecto a Uclés, en especial los sucedidos el día 24 de marzo, a causa de la desaforada intervención de Tomás de Ribera, juez pesquisidor enviado por la corona, cuya actuación, de la que fue víctima directa Andrés de Vandelvira, dio lugar a un sonado proceso que Pedro Andrés Porras desmenuza con todo detalle y que, como suele ocurrir en estos documentos, arroja infinidad de observaciones sobre la vida en el convento y en la villa, sobre cuyas circunstancias urbanísticas se aportan igualmente numerosos detalles.

      Un libro más, desde luego, sobre Uclés, pero también distinto, al afrontar nuevos e interesantes puntos de vista que vienen a enriquecer de manera muy notable el conocimiento de un tiempo y un lugar tan importantes para la historia de Cuenca.