CHIRINO, Ginés Pérez

Cuenca, siglo XIII

Sacerdote al que se considera discípulo y seguidor directo de San Julián, dedicado especialmente al auxilio de cristianos cautivos por los musulmanes y, de paso, a intentar la conversión de éstos al cristianismo. Por mediación del rey Fernando III obtuvo un visado del rey moro de Murcia, Zeit abu-Zeit (que era vasallo del castellano) para poder predicar en los reinos levantinos de la península. En esa labor llegó a Caravaca (Murcia), donde predicó el 3 de mayo de 1231 con tal entusiasmo y convicción que provocó la alarma entre los gobernantes musulmanes, que ordenaron su encarcelamiento. Estaba en la cárcel cuando abu-Zeit realizó una visita de inspección, preguntando a cada uno de los cautivos su procedencia y oficio. Chirino le explicó las circunstancias del sacerdocio y la manera de celebración de la misa, lo que suscitó la curiosidad del rey, que quiso ver en directo cómo era tal ceremonia cristiana. Se buscaron todos los ornamentos precisos pero faltaba una cruz que presidiera el altar, momento en que se produjo el extraordinario milagro de que unos ángeles la trajeran por los aires. Al contemplar semejante prodigio, el rey se convirtió al cristianismo y con él la reina, sus hijos y gran cantidad de vasallos, recibiendo allí mismo el bautizo de manos de Chirino. El milagro de la Cruz de Caravaca es uno de los hitos más conocidos del cristianismo español y se conmemora, con fastuosas y populares fiestas, el 3 de mayo de cada año.

Referencias: Martin de Cuenca Fernández: Historia sagrada de la Santísima Cruz de Caravaca. Caravaca, 1891; Pedro Ballester Lorca, La Vera Cruz de Caravaca. Una historia, un símbolo, una fe. Murcia, 1996, Ayuntamiento de Caravaca.