CASTILLA, Juan de

Platero de notable prestigio que trabajó en Cuenca al menos desde 1654 hasta 1674, según ha documentado Amelia López-Yarto, quien ha explicado que durante el siglo XVI en Cuenca, debido a la fuerte recesión del mercado lanar, se vieron reducidos sus ingresos y su población a una cuarta parte y como todos los sectores, el de la platería se vio seriamente perjudicado; la escasez de artífices suponía un freno para la evolución de la disciplina y muchos de los que se formaban para ser plateros se vieron obligados a desplazarse a otros centros con un mayor potencial se clientela (principalmente clero) o aventurarse directamente a probar fortuna en la aventura madrileña.

Custodia de Juan de Castilla, en el Museo Diocesano de Cuenca (Foto José Luis Muñoz)

Juan de Castilla fue uno de los pocos maestros que mantuvo a flote la precaria situación de la platería conquense del siglo XVII. A Juan de Castilla se debe la principal custodia que conserva la catedral de Cuenca, de plata cincelada y calada, con una altura de 82 cms. El punzón del platero figura inserto en el pie. Otra obra suya es una cruz procesional que se conserva en el Museo Nacional de Artes Decorativas.

Referencias: Amelia López-Yarto, “Pervivencia de modelos renacentistas en la obra de un platero conquense del siglo XVII: Juan de Castilla”. Madrid, 1993. Consejo Superior de Investigaciones Científica; V Jornadas de Arte “Velázquez y el arte de su tiempo”; pp. 365-372.