CARRILLO DE MENDOZA, Diego

DIEGO CARRILLO DE MENDOZA Y PIMENTEL

N. Cuenca o Huete h. 1560 / M. Madrid, 06-10-1636

Marqués de Gelves, conde de Priego y virrey de Nueva España, donde entró el 21 de septiembre de 1621. Desde muy joven había sido militar, actuando como jefe de la caballería a las órdenes del duque de Alba, en la guerra contra Portugal (1580) y participó también en la Armada Invencible (1588) y en Flandes, tras los que tuvo un periodo de actividad administrativa, como como comendador de Villanueva de la Fuente (1598) y asistente del corregidor de Sevilla (1599), alcaide del castillo de Milán y, de regreso a España, virrey de Aragón (1610-1621), experiencias en las que acumuló el prestigio necesario para ser designado virrey en tierras americanas. Dos meses después de haber llegado a México fundaba en la Universidad una cátedra de Cirugía, la primera allí existente, a cargo del médico mexicano Cristóbal Hidalgo, mientras intentaba reorganizar la administración del territorio que se encontraba muy desordenada y en el que pretendía implantar rígidas normas morales. Según las crónicas, ejerció el cargo de manera implacable, actuando con gran dureza contra salteadores de caminos, bandoleros y todo tipo de delincuentes, sin que se libraran tampoco algunos poderosos terratenientes que no vieron con buenos ojos las intenciones del virrey de intentar limitar sus privilegios y ganancias. En esa actitud encontró notables dificultades y enemigos, tanto entre la nobleza como en la Iglesia, recibiendo por ello la excomunión dictada por el arzobispo Juan Pérez de la Serna, al que mandó encerrar en una fortaleza. El conflicto se había planteado por dirimir qué autoridad, la civil o la religiosa, tenía la prioridad en la toma de decisiones y estalló cuando el prelado decidió proteger a un caballero de Santiago acusado de un delito y que se refugió en un convento, negándose a entregarlo a la justicia civil. A esa drástica medida se unieron otros problemas, como la derivada de una decisión personal suya para interrumpir las obras de desagüe de una laguna (1622) a lo que sucedió una terrible inundación de cuyas nefastas consecuencias fue acusado y tampoco fue capaz de controlar la constante subida en el precio de los alimentos, con lo que se fue alimentando su desprestigio. Las cosas se torcieron para el virrey que, ante un motín preparado por sus enemigos (1624), se vio obligado a huir de su palacio, antes de ser destituido y volver a España, donde tuvo que recibir las reprimendas severas de Felipe IV. Como último consuelo le quedó que también el arzobispo Pérez de la Serna fue sustituido. El rey finalmente olvidó aquel episodio y en el tramo final de su vida fue incorporado a los Consejos de Estado y de Guerra.

Referencias: María Elisa Martínez Vega, “El marqués de Gelves: un militar del siglo XVII novohispano”. Militaria, Revista de Cultura Miliar, núm. 2, 1980, pp. 87-102 / Idem, “La crisis barroca en el virreinato de Nueva España: el marqués de Gelves, 1621-1625”, Tesis doctoral, Universidad Complutense, 1990.