Canónigo, protonotario y tesorero de la catedral de Cuenca, que el 17 de enero de 1518 actuó como testigo principal en el acto de descubrimiento del cuerpo de san Julián. Era hijo ilegítimo de Pedro Carrillo de Albornoz pero esa circunstancia no influyó en forma alguna en la consideración familiar y social, alcanzando los máximos puestos jerárquicos en ambas categorías. Educado en Italia, en el Colegio de San Clemente de los Españoles, en Bolonia desde 1486, centro del que llegó a ser rector, recibiendo del papa Alejandro VI en 1498 el encargo de reformar sus estatutos. Volvió de Italia en 1505 para alcanzar la dignidad de canónigo en Cuenca, en cuya catedral se convirtió en un elemento de singular importancia al impulsar obras, tanto en la propia capilla familiar de Caballeros como en otros sectores del templo, que trajeron hasta la ciudad el estilo renacentista de influencia italiana. Curiosamente, su cuerpo no fue enterrado en la capilla en que descansan gran parte de los miembros de su estirpe.